Por Ingrid Bachmann
Aunque Íngrid Betancourt dio marcha atrás en su reclamo multimillonario contra el Estado colombiano por los daños que sufrió durante seis años de cautiverio a manos de las FARC, la prensa de ese país ha criticado duramente a la ex candidata presidencial y la imagen pública de Betancourt, dice la agencia AFP, se ha hundido.
“Vergonzoso” es el título que acompaña la imagen de Betancourt en la portada de la revista Semana. El columnista Daniel Samper calificó la actitud de “miserable” y señal de “ingratitud con las fuerzas del Estado que le advirtieron de los peligros que ella desoyó y que posteriormente la rescataron”.
La acusación de la falta de protección del Estado es lo que menos convence a la prensa. El Espectador cita a un jefe de brigada que asegura que la propia Betancourt se quitó la escolta previo al momento del secuestro. El mismo diario reproduce un video en el que Betancourt ignora las advertencias de un periodista sobre la ruta que la política pensaba seguir durante su campaña. Fue precisamente en esa carretera donde fue secuestrada.
La ex candidata “por irresponsable se fue a meter a la boca del loco” y terminó secuestrada, advierte una columna de Mauricio Pombo en El Tiempo. “No hubo secuestro más advertido que el suyo ni persona por la que el Estado haya trabajado más por su liberación”, concluye un editorial El Mundo de Medellín.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.
