A pesar de que el número de periodistas asesinados en todo el mundo se encuentra en su punto más bajo en 17 años, México sigue siendo el segundo país en el mundo más mortal para los profesionales de la prensa, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
El 17 de diciembre, la organización de libertad de prensa publicó su lista anual de casos en los que confirmó que las muertes de periodistas estaban relacionadas con ese trabajo.
Según el CPJ, al menos 25 periodistas fueron muertos este año. De ese número, al menos 10 fueron “blanco selectivo de asesinato” y la mitad de esos casos ocurrieron en México, dijo la organización.
El CPJ confirmó que siete periodistas en América Latina y el Caribe fueron asesinados en represalia por su trabajo. De ese número, cinco eran de México, uno de Honduras y uno de Haití.
Los casos confirmados en México son los de Nevith Condés Jaramillo en el estado de México, Jorge Celestino Ruiz Vázquez en el estado de Veracruz, Norma Sarabia Garduza en el estado de Tabasco, Francisco Romero en el estado de Quintana Roo y Rafael Murúa Manríquez en el estado de Baja California Sur. El CPJ señaló que Sarabia Garduza es solo una de las dos mujeres periodistas asesinadas este año.
En Haití, el cuerpo del reportero Néhémie Joseph de Radio Méga fue encontrado el 10 de octubre en Mirebalais. Y en Honduras, el reportero de transmisión Leonardo Gabriel Hernández recibió un disparo cerca de su casa en el sur de Honduras el 17 de marzo.
El CPJ también está investigando otras 25 muertes a nivel mundial, 15 de ellas en América Latina y el Caribe, para determinar si están relacionadas con el trabajo.
Los casos en la región incluyen: México (6), Honduras (3), Brasil (2), Colombia (2), Haití (1) y Perú (1).
Los seis casos en México incluyen los de Edgar Alberto Nava López en el estado de Guerrero, Rogelio Barragán en el estado de Morelos, Telésforo Santiago Enríquez en el estado de Oaxaca, Omar Iván Camacho Mascareño en el estado de Sinaloa, Santiago Barroso en el estado de Sonora y Jesús Eugenio Ramos Rodríguez en el estado de Tabasco.
Los casos hondureños incluyen a José Arita en Puerto Lempira, Buenaventura Calderón en Gracias a Dios y Edgar Joel Aguilar en Copán.
Las dos muertes en Brasil ocurrieron con menos de un mes de diferencia. Romário da Silva Barros recibió tres disparos en su automóvil en Río de Janeiro el 18 de junio. Robson Giorno también fue asesinado a tiros en el estado de Río de Janeiro el 25 de mayo.
Los asesinatos en Colombia también ocurrieron dentro de un mes. El periodista de radio comunitaria Libardo Montenegro fue asesinado el 11 de junio en el departamento de Nariño. El documentalista Mauricio Lezama Rengifo fue asesinado cerca de la frontera del país con Venezuela el 9 de mayo.
En Haití, el presentador de radio Pétion Rospide recibió un disparo mientras conducía a casa desde su trabajo en Puerto Príncipe. Su muerte ocurrió en el contexto de protestas contra el presidente Jovenel Moïse.
Y, más recientemente, el cuerpo de la periodista radial Sonia Isabel Alvarado Huayunga fue encontrado en el noreste de Perú el 9 de diciembre.
El número de casos globales confirmados este año, al menos 25, está en marcado contraste con la cifra del año pasado: 56. El CPJ lo atribuye a la estabilización de los conflictos regionales y al bajo número de periodistas asesinados por su trabajo. También llamó la atención sobre los esfuerzos para combatir la impunidad en los asesinatos de periodistas.
Sin embargo, la organización señaló que “un país donde los intentos por combatir la impunidad aparentemente no han surtido efecto es México”.
México y Brasil también figuraron en la lista de este año del CPJ de 13 países donde los asesinos de periodistas con mayor frecuencia quedan impunes.
El CPJ también agregó que al menos dos periodistas asesinados en 2019 en México habían solicitado protección al Mecanismo Federal para la Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. Ese mecanismo, como informó el CPJ, es ampliamente criticado por estar “con poco personal, falta de fondos e incapaz de responder rápidamente con las medidas apropiadas”.
Las organizaciones internacionales de libertad de prensa y libertad de expresión tienen en cuenta diferentes criterios al documentar el número de periodistas asesinados, por lo tanto, las cifras varían según las organizaciones. Algunos de estos criterios responden al tipo de periodismo que realiza el periodista, si estudiaron profesionalmente, si su muerte está directamente relacionada con su trabajo periodístico, entre otros.
Aunque sus números varían, Reporteros Sin Fronteras (RSF) también dijo que el número de periodistas asesinados este año fue “históricamente bajo”.
La organización contó con 49 periodistas asesinados en 2019 y dijo que la disminución es el resultado de un menor número de profesionales de la prensa asesinados en zonas de guerra.
Sin embargo, RSF señaló que “el número de periodistas asesinados en países que se dice están ‘en paz’ sigue siendo igual de elevado año tras año”, mencionando específicamente a México.
Diez periodistas fueron asesinados en México en 2019, según RSF, y “América Latina, donde en total fueron asesinados 14 periodistas, se ha convertido en una zona tan letal para la prensa como Oriente Medio, zona devastada por los conflictos fratricidas”.
Entre otras organizaciones que rastrean asesinatos de periodistas, la Unesco registró 21 periodistas asesinados en América Latina y el Caribe este año en su Observatorio de Periodistas Asesinados, que se lanzó en 2018.