El periodismo independiente de Nicaragua vive un contexto desafiante al ser objeto de persecución por parte del régimen de Daniel Ortega. Al menos 223 periodistas nicaragüenses han ido al exilio, desde abril de 2018, para poder seguir ejerciendo la profesión y muchos de ellos no cuentan con un acompañamiento editorial o asesoramiento en la conceptualización de sus piezas informativas.
Por esta razón, la Fundación para la Libertad de Expresión y Democracia (FLED) dio inicio a principios de octubre Sala de Edición, un espacio virtual con el fin de fortalecer el periodismo independiente en Nicaragua y la región centroamericana.
La FLED es una organización civil, con sede en Centroamérica, que promueve el fortalecimiento de la democracia, la defensa de la libertad de expresión, de información y de prensa. Sala de Edición se une a su grupo de pequeños proyectos dirigidos a medios de comunicación para contribuir a elevar su calidad periodística.
“Nosotros consideramos que el periodismo de calidad es la mejor respuesta que se puede dar a este panorama adverso. Y la edición es un engranaje importante en este proceso de la búsqueda de una mayor calidad”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) Octavio Enríquez, periodista nicaragüense exiliado en Costa Rica y coordinador de la iniciativa Sala de Edición.
Dentro de los servicios ofrecidos por Sala de Edición se encuentran mentorías, acompañamiento editorial, asesoramiento en la conceptualización de piezas informativas, y producción de guiones para contenido sonoro y audiovisual. Además, se proporcionará apoyo técnico para la elaboración de cuestionarios para entrevistas periodísticas.
Pueden participar medios o periodistas independientes dentro o fuera de Nicaragua. La iniciativa no ofrece a los participantes apoyo en temas de verificación de datos, desarrollo multimedia ni acompañamiento de reporteros en los territorios.
Según una nota de prensa enviada por el equipo de Sala de Edición, la iniciativa tiene como objetivo poner “la lupa a mejorar la calidad de los contenidos periodísticos, para así forjar un periodismo comprometido, ético y con un enfoque inclusivo de género y derechos humanos”.
A su vez, contarán con un equipo de editores calificados y con vasta experiencia. Entre ellos está Jennifer Ortiz, editora multimedia y especialista en producción audiovisual; Julio López, editor multimedia, miembro de CONNECTASHub y especialista en producción sonora; Homero Hinojosa, editor multimedia, periodismo y resiliente y comunitario; y Wilfredo Miranda, editor de Divergentes, miembro de CONNECTASHub, especialista en periodismo de investigación y profundidad.
“Además, Sala de Edición tiene a dos miembros honoríficos: Carlos Eduardo Huertas y Ana Lucía Duque, director y miembro de la mesa editorial de Connectas, respectivamente. Para nosotros es un honor contar con su respaldo”, dijo Enríquez.
Los periodistas interesados en acceder a estos servicios podrán encontrar formularios de solicitud en el sitio web de la FLED, y luego de ser seleccionados serán asignados a un editor que los guiará en el proceso de producción. En la página también hay disponible un repositorio con información útil para periodistas.
La edición periodística es una asignatura pendiente en Latinoamérica. En general, en las escuelas de periodismo o dentro de las mismas redacciones en América Latina no existe capacitación para editores; explicaron los entrevistados para este reportaje.
“Lo que ha ocurrido siempre con los editores es que se han formado mientras ejercen como reporteros. Entonces, se escoge a los mejores y se les asciende”, explicó Enríquez.
En este caso, Sala de Edición apuesta por trabajar con editores graduados, en su mayoría, de la escuela de editores de Connectas. Estos editores cuentan con especialidades diversas como el periodismo radiofónico, audiovisual, investigaciones, crónicas o género.
“Varios de estos periodistas nicaragüenses han participado en nuestra cátedra. Nosotros lo que hicimos fue acompañar en este proceso a la FLED para que los exalumnos de la cátedra hagan un acompañamiento a nuevos periodistas. Me parece un modelo interesante para generar mentorías al interior de las organizaciones”, explicó a LJR Carlos Eduardo Huertas, director de Connectas.
Según la FLED, Sala de Edición emerge como un herramienta de apoyo para periodistas independientes, dentro de un contexto adverso como el de Nicaragua, donde se registraron un total de 1.329 violaciones a la libertad de prensa sólo en el pasado año.
“Nosotros creemos que la edición es vital para brindar un mejor servicio a la ciudadanía, más aún cuando en este caso los editores no llegan al final del proceso, sino que van sumando su conocimiento y experiencia a lo largo de toda la investigación. Eso ayuda no solo a tener una mejor curaduría, sino que integra a todos los miembros: periodistas, diseñadores, editores. Es un trabajo en equipo”, dijo Enríquez.
“Esta combinación de talento, ejercicio profesional responsable y ético, junto al compromiso con los derechos humanos, convierte a la propuesta en un servicio necesario. Nosotros, como editores, creemos en el periodismo”, dijo.