Por Dean Graber
La agudización del conflicto entre el cartel del Golfo y su ex fuerza de seguridad, los Zetas, ha resultado en 200 muertes en dos semanas en los estados de Tamaulipas y Nuevo León, además de una autocensura sin precedentes a lo largo de la frontera de México con Texas. El silencio informativo se apoya en amenazas, secuestros y ataques contra los periodistas, reporta el Dallas Morning News.
"En los últimos 14 días, al menos ocho periodistas mexicanos han sido secuestrados en el área de [la ciudad fronteriza de] Reynosa", explica Alfredo Corchado. "Uno murió después de recibir una dura paliza, según informes que no pudieron ser verificados independientemente. Dos fueron liberados por sus captores. El resto están desaparecidos".
Se trata de un reportero del diario El Mañana, un fotógrafo independiente para el vespertino La Tarde, dos periodistas de un servicio de noticias online y un camarógrafo de televisión, explica Corchado, quien cita a editores y reporteros que hablaron en forma anónima.
Incluso en México, uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, esta reciente campaña de intimidación tiene mayores alcances y es más efectiva que intentos similares en el pasado. A diferencia de Ciudad Juárez, una ciudad azotada por el narcotráfico donde la prensa actualiza la cifra de muertos a diario, los medios en la región dominada por el cartel del golfo dicen que que no tiene más opción que autocensurarse.
Las autoridades de Reynosa ha creado una cuenta en Twitter para entregar detalles sobre la violencia en la ciudad. También trata de disuadir a los residentes de divulgar información no confirmada a través de Internet, agrega The Monitor.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.