La tarde del miércoles 4 de marzo fue liberado el periodista cubano Yariel Valdés González (29), tras pasar casi 12 meses en diferentes centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
El 28 de febrero, la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés) desestimó la apelación que presentó ICE en septiembre de 2019 luego de que un juez de inmigración le concediera el asilo a Valdés, de acuerdo con el sitio Washington Blade. Debido a esa apelación, el periodista continuó detenido a pesar de ya contar con el asilo.
Valdés entró a Estados Unidos el 27 de marzo de 2019, por el puerto de entrada de Calexico West, en el Valle Imperial de California, y la frontera con Mexicali, México. Al entrar a territorio estadounidense pidió asilo y fue entonces transferido al centro correccional del condado de Tallahatchee, en Tutwiler, Mississippi, de acuerdo con el Washington Blade. Luego lo trasladaron al centro de detención de ICE, Bossier Parish, en Plain Dealing, Louisiana.
Al momento de su liberación, se encontraba en otro centro de Louisiana, el River Correctional Center, en New Orleans, a donde fue trasladado el 7 de enero, según dijo Valdés al Centro Knight.
De acuerdo con el Diario de Cuba, Valdés dejó la isla en 2018 debido a amenazas y presiones de las autoridades por ejercer como periodista independiente.
Tras ser liberado del River Correctional Center, Valdés viajó a Miami acompañado de su amigo y editor de noticias internacionales del Washington Blade, Michael K. Lavers, en donde logró reunirse con sus tíos y familia que lo esperaban en esa ciudad.
Respecto a su estadía en los centros de detención de ICE en donde estuvo bajo custodia por casi un año, Valdés dijo que fue una situación muy complicada en la que presenció episodios de racismo y xenofobia.
“La situación en esos lugares es complicada, para no decirte horrible, pero hay que sacar fuerzas de donde no hay, a veces, para superar todas esas cosas y pensar sobre todo en lo más importante, en tu vida, en tu futuro que en lo que me podría suceder si regreso a Cuba. Yo trataba de aferrarme a eso, a esta meta, a este sueño, porque si regreso a Cuba va a ser el fin, va a ser horrible, mucho peor de lo que era antes que cuando estaba allá. Afortunadamente tuvimos un final feliz”, dijo.
Michael Lavers del Washington Blade dijo al Centro Knight que “como editor de Valdés, su caso es bien importante porque, como sabes, hay mucha persecución en Cuba, no hay una prensa libre, y su objetivo principal fue vivir en paz, para vivir en libertad, y finalmente el puede intentarlo en Estados Unidos. (…) Estoy bien, bien feliz de que mi hermano está aquí, y que él pueda empezar su vida en libertad con todo el amor y el apoyo de toda la comunidad cubana aquí en Miami”.
Sobre sus planes en libertad, Valdés contó que le encantaría volver a hacer periodismo, “sobre todo aquí, en este país, en donde hay libertad de expresión, donde hay libertad de prensa, algo que realmente no conozco todavía y que espero conocer pronto. Mis planes son esos, ojalá se me puedan dar”.
Valdés aseguró que seguirá en contacto con el Washington Blade, medio que le ha ofrecido su ayuda incondicional en todo este proceso y con quienes ha colaborado como periodista en varias ocasiones. También buscará ponerse en contacto con los medios cubanos en Miami.
El periodista teme por sus colegas en Cuba, que están expuestos a un régimen totalitario que no tolera las voces disidentes. Y resaltó, “mi mayor temor es con ellos, que se enfrentan todos los días a miles de cosas: arrestos domiciliarios, arrestos completamente ilegales de horas, de días, a [tiempo en] prisión, violencia, tortura y a miles de estrategias que se inventa cada día el régimen cubano para trata de ahogar esas voces que se tratan de levantar en Cuba”.
“Vamos a seguir la lucha por mí y por todos los colegas que están en Cuba, porque en estos momentos está bien difícil la situación allá para los periodistas en Cuba, y está empeorando más cada día”, dijo Valdés.