Por Carolina Peredo
Se trata de la periodista y activista Lydia Cacho Ribeiro, quien en 2005 fue detenida en el Estado mexicano de Quintana Roo y luego trasladada y torturada a Puebla, tras haber publicado el libro "Los Demonios del Edén", una investigación que vinculaba a políticos locales y miembros de la policía con una red de pornografía y prostitución infantil. El caso fue respaldado por la organización Artículo 19, que acompañó a Cacho a presentar la denuncia ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza.
Lydia Cacho se convierte así en la primera periodista de México que llega a esta instancia bajo la forma de una denuncia individual ante la ONU. Dentro de su informe, Cacho argumentó que fue víctima de acoso sexual y psicológico cuando fue detenida en la ciudad de Cancún, en el estado de Quintana Roo, por la Policía Judicial del estado de Puebla, acusada de difamar al empresario textilero de Puebla Kamel Nacif, a quien la periodista vinculó con una red pederasta.
El caso de Lydia Cacho fue documentado en el informe “Impunidad. Violencia contra Mujeres Periodistas. Análisis legal”, elaborado por Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), publicado en agosto del 2013, para revisar la detención de la reportera y la impunidad en que se encuentra su denuncia. Artículo 19 informó en esa oportunidad sobre varias grabaciones que se hicieron públicas, en las que el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín (PRI), ofrecía a su amigo Kamel Nacif castigar a la periodista por lo que había publicado.
Luego de un intenso proceso de defensa y un año después de la detención, la periodista fue absuelta de todo cargo. Sin embargo, tras su liberación, la galardonada con premios como el Human Rights Watch Award for the Defense of Human Rights (2008) siguió recibiendo amenazas de muerte y acoso y en 2012 decidió exiliarse. A nueve años del episodio, la escritora tuvo la posibilidad de exponer ante las autoridades internacionales sobre la complicidad política con el crimen organizado en México y cómo los trabajadores de prensa están expuestos a un constante riesgo de muerte.
La noticia fue replicada por distintos medios a nivel nacional e internacional. En EconomíaHoy destacaron los dichos de Lydia Cacho antes de su presentación: "Colegas que hacían el mismo trabajo que yo han sido asesinadas". Además dijo que presentaba su caso a la ONU porque "sigo viva para contar mi historia, sobre la manera en que un Estado atenta contra la libertad de expresión para mantener las cosas como están".
Esta intervención inédita para una periodista mexicana se da en el marco de otro posible caso de ataque contra la prensa. El viernes 10 de octubre familiares del periodista Jesús Antonio Gamboa
Urías reportaron su desaparición en el Estado de Sinaloa. Hasta la fecha no se han reportado novedades sobre el paradero del director de la revista política Nueva Prensa.
Sinaloa es uno de los Estados más violentos en México y uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo, sobre todo luego de la captura del capo narco Joaquín "El Chapo" Guzmán en febrero pasado. Desde entonces, organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Artículo 19 e Ifex han reportado reiterados casos de agresiones y censura contra periodistas.
Al finalizar su presentación ante la ONU y consultada por el grupo dedicado a cubrir el sistema de derechos humanos de la ONU, Panorama, Lydia Cacho sostuvo que "Existen claras evidencias que México es un narcoestado y para eso [el Estado en sus diferentes niveles] tiene que generar impunidad”. La periodista queda ahora a la espera de que la ONU sancione a México por la violación de sus derechos individuales.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.