Las preguntas de los periodistas pueden ser incómodas y embarazosas para las autoridades públicas bajo presión. No es de extrañar que mucha ruedas de prensa tengan un aire de tensión y no es poco común que la persona al otro lado del micrófono intente protegerse, respondiendo con cautela las preguntas. Sin embargo, tampoco es raro tratar de controlar quién y qué se puede preguntar, o peor, convocar a ruedas de prensa sin preguntas, donde está prohibida la contradicción.
“Limitar la posibilidad de formular preguntas a los periodistas es una técnica de control discursivo. Por lo mismo, es un modo de evitar un periodismo incisivo, crítico y que podría, por ejemplo, mediante la interrogación inteligente, evidenciar contradicciones, paradojas, doble discurso, incoherencia, ignorancia etc. de las autoridades que convocan a la conferencia de prensa”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) Pedro Santander, profesor de periodismo y director del Observatorio de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
La tendencia de algunos líderes políticos nacionales y locales en América Latina y el Caribe ganó fuerza con la pandemia. Con las medidas de distanciamiento social, el control sobre quién hace que las preguntas ha aumentado – esto cuando se realizan las preguntas.
En Chile, el presidente Sebastián Piñera y sus auxiliares han adoptado la práctica de hacer pronunciamientos sin permitir preguntas a los periodistas desde las protestas sociales de finales de 2019. Según el “Informe Libertad de Expresión en Chile”, del Observatorio del Derecho a la Comunicación, la restricción a la prensa continuó durante la gestión de la pandemia COVID-19, siendo replicada en gobiernos regionales, como Atacama.
“Efectivamente, la calidad de las democracias latinoamericanas está cada vez más en cuestión, hay una degradación de las democracias; [Jair] Bolsonaro, [Iván] Duque, Juan Orlando [Hernández], [Nayib] Bukele o [Sebastián] Piñera son ejemplos paradigmáticos en ese sentido. Entonces, se establece una correlación: a mayor degradación de las democracias mayor control sobre el discurso de la prensa y la actividad periodística. No permitir preguntas es, por lo mismo, una costumbre que ocurre cada vez más pues refleja la baja calidad democrática que también es cada vez mayor”, dijo Santander.
En Argentina, el comienzo de la pandemia estuvo marcado por la suspensión de las rutinarias ruedas de prensa que tenían lugar en la Casa Rosada, donde los funcionarios de la administración del presidente Alberto Fernández ofrecían información y respondían a las preguntas de los periodistas. En un primer momento, las preguntas fueron prohibidas durante los informes sobre la pandemia. Luego, las interacciones entre periodistas y autoridades federales fueron totalmente suspendidas.
"En los últimos meses, como el presidente Alberto Fernández y como la vicepresidenta y varios de sus ministros, incluso jefe de gabinete, culpabiliza los medios por la situación social e el fracaso económico, la relacion con la prensa y los periodistas voltan a resentirse, sendo infrequentes las conferencias de prensa para que los periodistas puedan preguntar. Son comunicados en que los funcionarios leen lo que quieren comunicar y los periodistas no pueden preguntar," disse à LJR Silvana Giudici, presidente de la Fundación LED, que trabaja en la defensa de la libertad de expresión en el país.
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) sugirió al Gobierno la realización de conferencias de prensa federales de manera virtual para garantizar el distanciamiento social necesario y la seguridad de los involucrados. No obstante, según la organización, la propuesta no fue aceptada.
“A pesar de la experiencia mundial al respecto y de las posibilidades de virtualidad que dio la pandemia, esas conferencias de prensa nunca fueron abiertas a los periodistas de todo el país”, señala el balance de FOPEA sobre la libertad de prensa en el país en 2020.
También en Argentina, el gobierno de la provincia de Formosa, en el norte del país, comenzó a exigir el envío previo y escrito de las preguntas que se iban a realizar durante las entrevistas con las autoridades locales sobre las acciones contra la pandemia. Para FOPEA, lo que está haciendo el gobierno es descartar las preguntas consideradas más incómodas.
“Las preguntas de los periodistas en este contexto eran prácticamente el único espacio de poder acercar las inquietudes de la gente, o de poder cuestionar y poner ‘a prueba’ esa ‘verdad oficial’”, dijo a LJR Bárbara Read, directora del periódico local La Mañana de Formosa. “Entendemos que quitarles a los periodistas la posibilidad de hacerse oír sin impedimento es una forma solapada de atacar la libertad de expresión”.
Un problema aún más serio ocurre en Barbados, donde el ambiente virtual a través del cual se hacen las entrevistas permite aún más control, según el presidente de la Asociación de Periodistas y Trabajadores de los Medios del país, Emmanuel Joseph.
“Se convoca a una rueda de prensa, estás ahí en Zoom y luego, [se nos dice] sin preguntas. No se te permite hacer preguntas. Bueno, no es una conferencia de prensa si no se permite hacer preguntas. Este es uno de los problemas más importantes que tenemos en Barbados”, dijo Joseph, quien también es periodista sénior del periódico Barbados Today, durante un evento virtual promovido por el Instituto de Medios del Caribe. Como presidente de la asociación de periodistas, Joseph está negociando con el gabinete del Primer Ministro la posibilidad de hacer preguntas en ruedas de prensa.
En las entrevistas cara a cara, en las que los periodistas no se pueden poner automáticamente ‘mudo’, no cumplir con lo que se determina y tratar de hacer preguntas a modo de chacaleo puede causar problemas para el periodista. En el mejor de los casos, el periodista puede lograr que se le revoque la invitación para una futura entrevista. En el peor de los casos, la situación puede escalar a la agresión física.
Eso fue lo que sucedió en el estado de Amazonas, el norte de Brasil. La periodista Rosieena Carvalho, del Portal UOL, insistió en hacer preguntas al vicegobernador de Amazonas al final de su pronunciamiento sobre un presunto fraude en la compra de respiradores. Él y otros miembros del gobierno habían sido objeto de una operación de la policía federal y el caso tuvo una repercusión nacional.
“Llegué en el momento en que estaba comenzando su pronunciamiento, desde su versión”, dijo Carvalho al LJR. Al final del pronunciamiento, ella trató de acercarse al vicegobernador, pero fue bloqueada y parece ser empujada por un oficial de la policía militar encargado de la seguridad del político. El video del momento de la agresión está en línea.
“Dije que era periodista, que iba a hacer una pregunta, y que el vicegobernador decidiría responder o no”, dijo. “Los asesores nos rodeaban, haciendo un asedio físico”. Posteriormente, Carvalho y otros tres colegas realizaron un informe policial y publicó las preguntas que no pudo hacer en su blog.
LJR intentó contactar al vicegobernador, pero hasta la publicación de este artículo no hubo respuesta.
Para el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pedro Vaca, la posibilidad de que los periodistas pregunten y contra pregunten es la forma para aclarar dudas sobre temas de interés público, cuyo resultado es siempre el enriquecimiento del debate.
“Yo creo que los gobernantes tienen derecho a no responder. Ahora, entre un gobernante más abierto esté a ese escrutinio, más disponible esté a resolver dudas, en la escala de credenciales democráticas, aumenta”, dijo Vaca a LJR. “Un gobernante encerrado, que no habla, que no se expone – no quiero decir que es autoritario, pero tiene menos credenciales democráticas, está menos abierto al debate”.
*Este artículo fue escrito originalmente en portugués y fue traducido por Silvia Higuera. Algunas entrevistas fueron hechas en español.