Gustavo Gorriti entiende que los ataques que él y el medio de periodismo de investigación peruano IDL-Reporteros enfrentan en la actualidad son una amenaza no sólo para él sino al periodismo en general, y en mayor alcance a la democracia.
Su lucha, explica, no es solamente por su trabajo, sino porque en el futuro otras generaciones de periodistas puedan cumplir con ese rol.
“Una de las lecciones es que el periodismo debe luchar porque la democracia subsista, porque exista y no debe tener ningún pudor en defenderla abiertamente. Y la historia está llena de ejemplos de lo que significa haberse descuidado”, dijo Gorriti, fundador y director de IDL-Reporteros, a LatAm Journalism Review (LJR).
Gustavo Gorriti fundó IDL-Reporteros en 2009 en Lima, Perú. (Captura de pantalla de la entrevista)
“Y lo segundo, es que el periodismo de investigación en estas sociedades tiene un costo. Cuando tú descubres las fechorías de los poderosos que tienen medios a su alcance, van a contestar, van a responder, vas a recibir desde amenazas hasta ataques. Entonces una parte integral del ejercicio del periodismo de investigación debe ser planificar una eficaz defensa de la investigación y del periodismo en sí”.
Actualmente, Gorriti tiene una investigación abierta de parte de la Fiscalía General de Perú por el presunto delito de soborno, conocido como “cohecho activo”. El caso incluye también a dos fiscales que en su momento investigaron el escándalo multinacional conocido como Lava Jato. Según explicó Gorriti a LJR, la fiscalía consideró que el periodista recibió información privilegiada por parte de los fiscales a cambio de una “muy buena prensa”.
Con base en ese supuesto, la Fiscalía está solicitando el levantamiento de las comunicaciones de Gorriti. Es por esta solicitud que tanto el periodista como IDL-Reporteros y organizaciones internacionales y nacionales han señalado que la investigación abierta por la Fiscalía es una retaliación por sus investigaciones.
Como lo han hecho en otras investigaciones judiciales derivadas de sus reportajes, Gorriti e IDL-Reporteros dicen que no revelarán sus fuentes, a pesar de la investigación criminal, las campañas de difamación y desinformación en su contra y los ataques a su redacción.
Tal como se lo reiteró a LJR, Gorriti ha dicho que luchará hasta las últimas consecuencias y que no entregará ni sus comunicaciones, ni sus fuentes. E incluso que, si debe ir a la cárcel, lo haría.
“Si nos quieren forzar a que lo hagamos, sea cual fuera el precio, no lo vamos a hacer. Lo digo esto sin condiciones, sea cual fuere el precio”, dijo Gorriti. “Ahora que vamos a aceptar pasivamente el castigo que se les ocurra a estos mafiosos imponer, eso tampoco”.
LJR se comunicó con la fiscalía varias veces, pero aún no había recibido respuesta al momento de esta publicación.
IDL-Reporteros publicó por primera vez una investigación sobre los contratos de la constructora brasileña Odebrecht con el gobierno peruano en 2011. No podía imaginar la magnitud del escándalo que llegaría a alcanzar, no sólo en ese país, sino en toda la región.
De la mano de otros medios del país, lograron desvelar un gran esquema que “ha involucrado a todos los expresidentes desde el retorno de la democracia a Perú”, dijo Romina Mella, jefa de redacción de IDL, durante el pasado Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital organizado por el Centro Knight.
Sin embargo, IDL-Reporteros ha publicado muchas historias de alto perfil en sus 14 años de existencia, que a menudo afectaron a personas en lugares poderosos.
Según Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) del Perú, “el mayor caso de corrupción del sistema de justicia en los últimos años” de Perú fue destapado por Gorriti e IDL-Reporteros. La investigación periodística conocida como “Los cuellos blancos del puerto” reportó cómo fiscales y jueces estaban presuntamente involucrados en actuaciones ilícitas que iban desde tráfico de influencias, trampas en exámenes de jueces y fiscales e incluso manipulación de sentencias. Como consecuencia de las revelaciones, dijo Lainez, hubo una gran movilización ciudadana, explicó.
“Y esa factura se la tienen guardada al periodismo”, aseguró Lainez.
Según explicó, los 20 años que la ANP lleva haciendo monitoreo de la libertad de prensa en Perú le permiten asegurar que se trata de un “ataque sin precedentes” en contra de Gorriti y de IDL-Reporteros.
“No es sólo la última disposición de la Fiscalía, es toda una campaña de acoso y estigmatización que vienen sufriendo desde hace años”, dijo Lainez.
De acuerdo con sus registros, en los últimos cinco años no ha habido un reporte anual de la ANP en el que no aparezcan casos de ataques o agresiones a IDL-Reporteros o a Gustavo Gorriti.
Algunos de estos ataques, tal vez los más conocidos, tienen que ver con los que realizan grupos de extrema derecha como La Resistencia. De acuerdo con denuncias del equipo de IDL-Reporteros y registrado por organizaciones como la ANP, miembros de La Resistencia atacan constantemente a la sede del medio, incluso en algunas ocasiones han ido a la vivienda de Gorriti. Allí hacen manifestaciones ruidosas, atacan las sedes con objetivos e incluso han tirado excremento.
“Todo con total impunidad”, dijo Gorriti al explicar cómo las autoridades hacen poco para detenerlas. De acuerdo con Gorriti, las autoridades explicaron que las acciones de este grupo están protegidas por la libertad de expresión.
También enfrentan campañas de desinformación en las que usualmente se señala a Gorriti y a IDL-Reporteros de varios delitos como por ejemplo haber amenazado al fiscal general del país, o de sobornos, de planear las investigaciones que hace la Fiscalía, entre otros.
“Esto de abrir la investigación [de la fiscalía] sencillamente termina lo que ha sido una de las ofensivas de descrédito más grandes, contra el periodismo de investigación, más grandes que yo he visto en el mundo”, dijo Gorriti. “Yo no he visto una campaña en la que se hayan metido tantos recursos [como esta]”.
Gorriti, Mella y el equipo de IDL-Reporteros han respondido a los ataques con lo que mejor saben hacer: periodismo.
Mella le dijo a LJR que han aprovechado los diferentes ataques en su contra - desde los físicos a su sede hasta las campañas de descrédito, para investigar qué hay detrás de ellos. Así, por ejemplo, agregó que han encontrado que detrás del financiamiento que reciben grupos como La Resistencia estarían grupos conservadores y políticos salpicados en diferentes investigaciones periodísticas.
Asimismo, la investigación de IDL-Reporteros encontró una coordinación entre los ataques violentos de grupos de extrema derecha y campañas de desprestigio en su contra que se viralizan no solamente por redes sociales, sino incluso por medios de comunicación.
“En determinado momento nos ocupamos a desmontar las campañas de desinformación que había contra nosotros”, aseguró Mella. “Y pudimos en medio de la propia cobertura sobre los ataques y la desinformación, pudimos establecer en un determinado momento las conexiones y las coordinaciones que había entre la difusión masiva a través de las campañas de desinformación con este tipo de ataque como acoso callejero. Y cómo estas están organizadas y articuladas con grupos políticos, empresarios, actores que están involucrados en casos de corrupción sobre las cuales IDL-Reporteros ha publicado en los últimos años”.
Las campañas de desprestigio y toda la desinformación que en ellas circula también son objeto de verificación por parte de IDL-Reporteros. Y han ido más allá: no solamente las desmienten, sino que aprovechan para volver a dar a conocer sus investigaciones que dieron origen a los ataques. Incluso utilizan sus verificaciones para explicar cuál fue el proceso periodístico detrás de las investigaciones. Esto ha permitido que su audiencia reconozca el ejercicio de transparencia, pero también que vuelva a conocer las investigaciones hechas en su momento.
Gustavo Gorriti y Romina Mella reciben el Premio Global Shining Light por investigaciones sobre la Operación Lava Jato. (Cortesía)
Así lo hicieron con el señalamiento de que Gorriti y dos fiscales “cercaron” al expresidente Alan García para instigarlo a cometer suicidio. García se suicidó en su vivienda cuando las autoridades llegaron a detenerlo por su presunta vinculación con el caso Lava Jato. La Fiscalía lo investigaba por presunto lavado de activos y por recibir sobornos de Odebrecht. Mella explicó que para desmentir la acusación contra Gorriti, IDL-Reporteros explicó cómo se llevó a cabo su investigación que implicó a García en el caso Lava Jato.
Mella aseguró que ninguna de las investigaciones periodísticas - ya sean las que desmienten campañas o buscan análisis de los ataques - han sido desmentidas.
Además de responder con periodismo, explicó Mella, el equipo ha decidido responder a los ataques con acciones legales también.
En la actualidad tienen interpuestas varias demandas de difamación. Dos acciones penales han sido ganadas por IDL-Reporteros en contra de la misma persona, Juan Muñico González, uno de los líderes de La Resistencia.
También han presentado denuncias por acoso y organización criminal, explicó Mella.
“Hemos además desplegado ese tipo de acciones porque consideramos en determinado momento que era vital hacerlo como parte de nuestro trabajo y como una de las líneas de defensa de nuestras investigaciones”, dijo Mella.
Algo que tienen claro Gorriti, Mella y el equipo de IDL-Reporteros es que van a seguir luchando.
Gorriti, además de estos ataques, también está luchando contra un linfoma que para el momento de su diagnóstico se encontraba en estadio 4, es decir, la última etapa. Luego de pasar por una quimioterapia “muy dura”, que lo llevó a perder su pelo, gran parte de su masa muscular y peso, Gorriti ha vuelto paulatinamente a su trabajo y a hacer investigaciones. Especialmente ha vuelto para responder a los señalamientos en su contra.
“He ganado el tiempo necesario. Me hubiera encantado poder ese tiempo ganado emplearlo en cosas mucho más gratas que estar peleando contra el cucarachero, pero uno -- como lo he dicho en otra ocasión – no escoge las guerras en las que participa”, dijo Gorriti.
Esa lucha implicó que apenas tuvo fuerzas para hacerlo, empezó a dar entrevistas y enfrentar sus acusaciones. Medios internacionales como The Washington Post, Associated Press, El País, Connectas, así como medios nacionales, han destacado su caso.
En sus artículos recuerdan las historias sobre Gorriti que la mayoría de los periodistas latinoamericanos ya conocen.
Por ejemplo, que esta no es su primera lucha seria contra el poder en el Perú. Que el periodista, conocido por sus investigaciones sobre Sendero Luminoso y el régimen de Alberto Fujimori, fue secuestrado en 1992 por hombres vestidos de civil fuertemente armados y liberado sólo después de una campaña internacional. Tanto Fujimori como el jefe de facto de inteligencia, Vladimiro Montesinos, fueron condenados por ese secuestro.
También se sabe que enfrentó una orden de expulsión de Panamá en 1997 después de que él y la unidad de investigación del periódico panameño La Prensa publicaran artículos sobre presunta corrupción que involucraba al presidente y su partido.
O cómo, más recientemente, en 2018, IDL-Reporteros resistió a las solicitudes de las autoridades judiciales y legislativas de revelar sus fuentes luego de publicar sobre supuesta corrupción en el sistema judicial.
Sin embargo, esta lucha es diferente. Si llegara a avanzar hasta la última etapa, las consecuencias para el periodismo serían muy peligrosas. O por lo menos así lo analizan tanto Gorriti como Lainez.
“Eso sería terrible”, dijo Lainez. “No digo solamente para él [Gorriti] en la dimensión individual, el escarmiento que se estaría dando con esto y el precedente que se estaría generando sería un golpe letal al periodismo de investigación en este país”.
