Por Giovana Sanchez
Después de que un equipo de televisión hubiera sido tomado como rehén en el estado de Paraná, una emisora invadida en el estado de Goiás y ocho periodistas golpeados en São Paulo, la Unesco junto con representantes de medios de comunicación de Brasil entregaron el pasado 10 de marzo una carta al Ministro de Comunicación Social solicitando acciones para proteger a los periodistas y garantizar que los medios puedan trabajar con seguridad en medio de la cobertura de las investigaciones de corrupción del país.
En la reunión con el ministro Edinho Silva, según el diario Folha de São Paulo, estuvieron presentes integrantes de la Asociación Brasileña de Emisoras de Radio y Televisión (Abert), la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ), la Asociación Brasileña de Radio y Televisión (Abratel) y la Asociación Nacional de Editores de Revistas (ANER). Junto con la Unesco estas organizaciones manifestaron su preocupación por los recientes episodios de violencia contra trabajadores de los medios en el país.
La Federación Nacional de Periodistas (Fenaj) emitió un comunicado en el que condenó “toda y cualquier forma de violencia contra los profesionales de la comunicación” al tiempo que criticó a “gran parte de la prensa brasileña” que “ha abdicado su labor periodística para comportarse como miembros de la oposición del gobierno federal”. La federación instó “a toda la población brasileña a respetar a los trabajadores de la prensa y, al mismo tiempo, pide a las empresas de comunicación volver al periodismo”.
El 10 de marzo, el canal TV Tarobá, estación afiliada a la red Bandeirantes en la ciudad de Cascavel (Paraná), afirmó que el reportero gráfico Davi Ferreira y la periodista Patrícia Sonsin fueron tomados como rehenes por integrantes del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) cuando grababan imágenes del campamento del movimiento para un reportaje. Según Folha de São Paulo, “el MST negó haber tomado al equipo periodístico como rehén y dijo que solo les pidió a los periodistas abandonar el lugar”.
El MST también invadió el 8 de marzo la sede de la emisora afiliada de TV Globo en Goiânia (estado de Goiás), de acuerdo con Folha de São Paulo. Según el diario, el grupo pintó las paredes con spray y gritó frases de repudio a la estación.
El diario también informó que el canal dijo que el ataque fue un “intento para intimidar la labor de la prensa”. Asimismo dijo que una vez la policía llegó al lugar, el grupo se marchó de la sede sin confrontaciones. Según Folha, Gilmar Mauro, coordinador del MST, dijo que el acto fue organizado por las mujeres del grupo como un evento relacionado con el Día Internacional de la Mujer.
La ANJ condenó la invasión llamándola un “acto criminal por parte de grupos extremistas”. Por su parte, la Abert también emitió un comunicado condenando los hechos y pidiendo una investigación rigurosa de estos.
Días antes, el 4 de marzo, al menos ocho periodistas fueron atacados en São Paulo durante la cobertura de la declaración de testimonio del expresidente de Brasil Luís Inácio Lula da Silva con relación al caso conocido como Operación Lavado de Autos (Operação Lava Jato) que investiga acusaciones de corrupción en el país.
De acuerdo con un comunicado de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji), “Juliano Dip, de TV Bandeirantes, y el reportero gráfico que lo acompañaba fueron empujados en frente del edificio en que el expresidente [Lula] vive en São Bernardo de Campo (São Paulo). La cámara del profesional estaba rota y los periodistas salieron escoltados por la policía militar”.
Más ataques se registraron en la sede del Partido de los Trabajadores (PT), actual partido gobernante y del expresidente Lula.
Otra manifestación en contra de la cobertura de TV Globo tuvo lugar en Río de Janeiro cuando decenas de personas se reunieron en frente de la sede del canal para demostrar su apoyo al expresidente. No hubo informes de confrontaciones o heridos.
El caso Operação Lava Jato investiga desde 2014 casos de corrupción y lavado de dinero que involucra a políticos de diversos partidos así como a empresas.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.