“La escalada represiva de los Ortega-Murillo en contra de cualquier voz que critique su dictadura ha provocado que las fuentes de información se cierren. Es un ‘apagón informativo’ nunca visto en tiempos de paz en el país. Quienes se atreven a hablar solo lo hacen bajo condición de anonimato. Es un golpe devastador para la libertad de expresión y prensa, que abre las puertas a más acusaciones de ‘Ciberdelitos’. Los periodistas han dejado de firmar las notas o reportajes por temor a una orden de captura. Así se vive la autocensura en Nicaragua.”