Con más de tres décadas de experiencia, el periodista de televisión mexicano Rafael Ortega ha registrado la historia del movimiento de discapacidad en México y en América Latina.
Ingresó a los medios de comunicación cuando aún era común el uso de términos médicos para referirse a las personas con discapacidad (discapacitados, incapacitados, enfermos) y cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no contaba con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
En 1988, cuando él era un estudiante de periodismo en la Escuela Carlos Septién García le dispararon. Desde entonces, ha estado en una silla de ruedas. Quería ser corresponsal, pero no lo fue aunque comparte que quizás ese disparo lo hubiera podido recibir en su cobertura en Nicaragua o en Medio Oriente.
“Jamás me imaginé estar encerrado en una redacción, en una oficina coordinando noticieros o redactando siendo jefe de redacciones. Sin embargo, así fue como empezó mi carrera”, dijo Ortega, quien se inició en el periodismo en la redacción en la desaparecida agencia de noticias Eco.
Ortega, quien ahora trabaja para Foro TV, es uno de los pocos periodistas con discapacidad que trabaja en salas de redacción en América Latina. En su histórica carrera, ha cubierto los Juegos Parapanamericanos de 2011, la aprobación de legislación a favor de las personas con discapacidad y la creación de los primeros organismos a cargo de las políticas públicas de este sector.
Los periodistas no se escapan de los prejuicios y estereotipos sobre la discapacidad. Aunque hay casos de reporteros con discapacidad al interior de las redacciones en América Latina, ellos son una excepción. No hay datos duros en este tema, pero las experiencias personales de periodistas con discapacidad indican que así es.
Para comprender las barreras para los periodistas con discapacidad que quieren ingresar a las redacciones y cómo es el abordaje de las personas con discapacidad en los medios, LatAm Journalism Review (LJR) conversó con Ortega y otros profesionales de los medios sobre su experiencia trabajando en salas de redacción y sus consejos para escribir historias con enfoque de derechos humanos.
Rompiendo paradigmas
Esta vez Ortega comparte su historia, en otras ocasiones es él quien escribe sobre los demás con historias enfocadas a organizaciones civiles de derechos humanos o la situación del desempleo de las personas con discapacidad.
El periodista reconoce a otros colegas con discapacidad y amplia experiencia como la periodista Francisca Saavedra, quien fue directora de corresponsales Internacionales en Noticieros Televisa, con ella realizó el programa “Retos”, enfocado a la búsqueda de espacios y oportunidades de las personas con discapacidad.
Ortega destacó la importancia de la visibilidad a Saavedra al inicio del programa: “La televisión es para gente que pueda aportar. Tú y yo tenemos que romper esos paradigmas. Yo no quiero que me hagan un tiro de televisión que sea plano medio. Yo quiero que se vea la silla de ruedas”.
Al recordar comenta cómo hace décadas era común que en los medios de comunicación se ilustraba la discapacidad sin incluir la diversidad de esta población, anulando a personas con discapacidad intelectual, auditiva, entre otras.
Él insiste que no basta con hablar de discapacidad para aparecer en los medios informativos. Es necesario tener noticia, novedad, remarca.
“Los medios no te van a hacer caso si tú no generas noticia, pero no la noticia lastimera, insisto, la noticia que te dé algo”, explica.
Como Ortega, Jorge Lanzagorta adquirió discapacidad mientras estaba en la escuela, se tituló en la licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla, un estado ubicado en el centro de México.
“Cuando entré a la Ibero, fue el primer día que empecé a usar el bastón, todo lo que fue mi prepa fue mi proceso de pérdida de visión y cuando entré a la universidad me encuentro con la experiencia de la discapacidad visual en un entorno educativo”, dijo Lanzagorta, quien escribe sobre notas del día y cobertura local para el medio digital independiente Lado B, a LJR.
Fue ahí que se acercó al tema de medios de comunicación y acceso a la información
Mely Arellano, editora de Lado B, fue su profesora. Ahí surgió el vínculo para comenzar a publicar en este medio enfocado a la cobertura de derechos humanos.
Una de sus publicaciones destacadas es “Sin recursos para el Instituto de la Discapacidad, pero el CRIT recibe casi $55 millones”. Los CRIT, o Centros de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón, cuestionada organización sin fines de lucro respaldada por Televisa que atiende a los niños con discapacidades neuromusculoesqueléticas en algunas ciudades de México.
“Empecé a explorar el tema de los recursos, revisar cómo estaban asignados en el Estado para este Instituto, cuál era su plan”. En su investigación periodística confirmó que la organización Teletón recibe más fondos que la institución pública.
Lanzagorta describió que trabajar en la redacción ha sido como pertenecer a una comunidad donde “siempre hay colaboración y acompañamiento en el proceso”. El trabajo colectivo en Lado B es algo que le permite desempeñarse con confianza.
El periodista reconoció que en los procesos que no son accesibles, hay apertura en Lado B para resolver los problemas. Él explicó que una de las barreras más comunes es la falta de accesibilidad en los sitios web de noticias. Como un ejemplo compartió que es usual la carencia de descripción de fotografías en las noticias que debe monitorear para hacer sus reportes.
Barreras para entrar a las redacciones
Los casos de Ortega y Lanzagorta son la excepción ante un escenario donde las personas con discapacidad también están excluidas de las redacciones, algo que no ocurre solo en América Latina sino que también pasa en Estados Unidos como lo escribió Sara Luterman para NiemanLab.
“El único periódico en el que trabajé fue el periódico de la universidad”, compartió la periodista peruana Andrea Burga en la Primera Conferencia Latinoamericana sobre Diversidad en el Periodismo. En esa ocasión el periódico le ayudó con medidas de accesibilidad necesarias para hacer su trabajo porque al ser una persona ciega requiere de un software que le ayude a leer la pantalla y a su vez, escribir.
Según la periodista, en medios tradicionales de Perú se negaron a instalar ese programa y adaptar el equipo de trabajo con el argumento de que no sería compatible con el equipo del periódico.
“Por eso, inicié proyectos personales desde el periodismo independiente porque en mi país me decían varios medios que no podían darme medidas de accesibilidad porque no están preparados para una persona ciega”, cuenta Burga, creadora del espacio digital Sociedad y Discapacidad (Sodis).
Andrea Medina, periodista de Chile, también comparte las complicaciones para trabajar en redacciones de medios por las llamadas “barreras actitudinales”, es decir, barreras de las ideas de las personas, sus prejuicios.
“Es muy difícil que te den esas oportunidades. He tenido ciertas oportunidades para trabajar como periodistas, en medios de comunicación. Pude hacer mis prácticas profesionales en un diario de circulación nacional, en el área donde me formé, el área de economía, pero en el medio digital dejé de trabajar porque tuve una ausencia muy larga no me podían esperar a que yo me recuperara, empiezas a ver esas barreras”, relata.
Comparte que al ser una persona con la condición Osteogénesis imperfecta, sus tiempos de recuperación después de una fractura son distintos, algo que no comprendieron en la redacción.
Verónica González, quien es una persona con discapacidad visual, recordó las veces que escuchó “eso no lo puedes cubrir”. Ella explicó que la principal barrera es suponer lo que “pueden o no podemos hacer”.
González dice que es importante que las redacciones pregunten a las personas con discapacidad antes de asumir que no pueden hacer algo.
Cubriendo las discapacidades
El perfil de Lanzagorta es multifacético. Su experiencia va desde el periodismo hasta el activismo y el deporte de alto rendimiento. Esto le permite ver cómo la cobertura acerca de la discapacidad suele ser escasa y dispersa.
Desde hace 11 años, dirige “Fucho para ciegos”, una asociación civil de Fútbol para ciegos. Este deporte le ha permitido representar a México y ganar medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos Río 2016.
Comenta que una de las razones para que sea superficial el contenido informativo sobre el deporte adaptado es por los llamados “mitos de la discapacidad” que asocian a estas personas como si fueran heroínas.
“Siempre dignificando a la persona, poniendo el centro a la persona”, esa es una de las recomendaciones de Lanzagorta tanto para la cobertura sobre personas con discapacidad como para incluir a periodistas con discapacidad en las redacciones. Su recomendación más importante es: “conocer a las personas que viven con distintos tipos de discapacidad y siempre el acercamiento persona-persona es algo que que nos ayuda mucho a acercarnos a la vivencia real”.
El periodista Ortega repite una y otra vez, que la cobertura debe abandonar el enfoque de lástima y que desde el periodismo debe hablarse con naturalidad y quitarle ese velo de tema especializado.
Él insiste que eso aburre y que debemos hablarlo con facilidad y sin tabúes “porque todos estamos expuestos a una circunstancia de este tipo. Un día me levanté y en la noche, mi vida, había dado un giro de 180 grados”.
Para obtener más información y orientación sobre cómo informar sobre personas con discapacidades, consulte la Guía de estilo del lenguaje sobre discapacidades, publicada recientemente en inglés y español por el Centro Nacional sobre Discapacidad y Periodismo de la Universidad Estatal de Arizona en los EE.UU.