Por Alejandro Martínez
Un comando armado irrumpió al hogar de la periodista mexicana Anabel Hernández antes del fin del año, según la revista Proceso.
Un grupo de por lo menos una docena de personas, armadas con rifles AK-47 y armas cortas, clausuraron la calle donde vive Hernández el 21 de diciembre y entraron a varias otras viviendas preguntando por el domicilio de la periodista. Desactivaron varias cámaras de seguridad en las residencias, incluyendo las que estaban instaladas en la casa de Hernández.
La periodista no se encontraba en su hogar a la hora de la invasión.
Los individuos, quienes se identificaron primero como agentes de la Policía Federal y luego como “zetas”, temporalmente privaron de la libertad y golpearon a uno de los escoltas asignados por las autoridades de la Ciudad de México para proteger a Hernández, quien se encontraba en el domicilio de la periodista en el momento.
Los motivos de la invasión son inciertos. El comando estuvo en la colonia aproximadamente media hora sin que las autoridades respondieran al suceso.
Periodistas de diferentes organizaciones periodísticas en varios estados mexicanos y España firmaron una carta dirigida al presidente del país Enrique Peña Nieto y otros funcionarios criticando la invasión y llamando a una investigación del hecho.
“Los periodistas del país estamos preocupados de la impunidad con que grupos armados ilegalmente se pasean impunemente, atropellando los derechos de todos los mexicanos y se burlen de los acciones de las autoridades y, especialmente, en el caso de un ejemplo de la libertad de expresión como lo es la compañera Anabel Hernández”, dice la carta.
“A las autoridades les recordamos que la impunidad, derivada de su omisión para investigar y sancionar las agresiones contra periodistas son el contexto perfecto para que los embates continúen y, con ello, sigamos en peligro no sólo quienes nos dedicamos a informar profesionalmente, sino la sociedad en su conjunto, que con cada agresión ve en riesgo su derecho a acceder y recibir información”.
Hernández levantó una denuncia ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, la cual abrió la averiguación previa AP.179/FEADLE/2013 para investigar si el incidente está relacionado con otras amenazas e intimidaciones que la periodista ha sufrido durante los últimos tres años.
Hernández ha recibido protección por parte de las autoridades del Distrito Federal desde la publicación de su revelador libro “Los Señores del Narco”, en el que detalla las raíces del narcotráfico en México y acusa a funcionarios, empresarios y altos mandos de la Policía Federal de colusión con el crimen organizado.
En varias ocasiones desde ese entonces, Hernández ha recibido información que Genaro García Luna, el ex titular de la principal agencia policiaca durante el sexenio pasado, pretendía asesinarla. Hernández ha acusado a García Luna de enriquecimiento ilícito y de vínculos con el cartel de Sinaloa.
El 16 de diciembre, cinco días antes del incidente, la revista Forbes listó a García Luna como uno de los 10 personajes más corruptos en México y citó el libro de Hernández como referencia. Ese mismo día, García Luna escribió directamente al editor en jefe de la revista, Steve Forbes, asegurando que "el juicio de valor que hace (el artículo), son mentiras y carecen del rigor periodístico propio de su revista, los argumentos de la fuente en la que se sustenta son falsos".
Aunque las escoltas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal han acompañado a Hernández las 24 horas del día desde 2010, su familia fue blanco de un ataque durante una fiesta de cumpleaños en 2011, varias de sus fuentes han sido amenazadas, asesinadas o encarceladas, y en marzo de 2013 la periodista nuevamente recibió información de que se encontraba en riesgo.
Hernández ha criticado numerosas veces la ineficiencia del Mecansimo de Protección a Periodistas del gobierno federal en garantizar su protección o responder a emergencias.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.