Por Alessandra Monnerat y Carolina de Assis
Antes y durante las elecciones presidenciales en Brasil, que tuvieron lugar el 28 de octubre, los periodistas fueron blanco de amenazas físicas, verbales y digitales, además de agresiones.
Al menos nueve periodistas sufrieron agresiones físicas o verbales tras el anuncio del resultado de la votación en Brasil, de acuerdo con la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji, por su acrónimo en portugués). En siete casos, la violencia fue perpetrada por partidarios del presidente electo, Jair Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL), de acuerdo con la organización.
Además, se registraron 42 casos de violencia contra periodistas desde el inicio de la campaña electoral, el 16 de agosto. En total, Abraji contabilizó 153 agresiones en contexto político-electoral desde principios de año – 72 físicas y 81 digitales.
“Cada vez que un periodista sufre violencia por ejercer su oficio, la libertad de expresión es atacada y uno de los pilares de la democracia se rompe”, comunicó la asociación.
El domingo, varios profesionales fueron atacados mientras cubrían las celebraciones de la victoria de Bolsonaro. En Fortaleza, estado Ceará, ocurrieron dos casos en la sede del partido del presidente electo. Una periodista del diario O Povo fue derribada mientras estaba parada sobre un equipo de sonido y se lesionó la mano, según relató O Povo. Una reportera de TV Verdes Mares fue agredida verbalmente y el vehículo del equipo fue golpeado con piedras, según el diario.
Otros dos eventos de violencia se registraron en la celebración de la victoria en la Avenida Paulista, en São Paulo. La reportera Anna Virginia Balloussier, de Folha de S.Paulo, fue cercada y hostilizada por electores del presidente electo, según Abraji. La periodista holandesa Sandra Korstjens, corresponsal de la emisora RTL Nieuws, relató haber sufrido acoso sexual, persecución e intimidación, de acuerdo con Abraji. Según la profesional, uno de los hombres le impidió continuar con su trabajo. Ambas señalaron que algunos de los seguidores las defendieron.
En Santos, también en el estado de São Paulo, tres periodistas, dos de TV Tribuna y uno del diario A Tribuna, tuvieron que dejar el lugar en que trabajaban por ser hostilizados, de acuerdo con el Sindicato de los Periodistas Profesionales del Estado de São Paulo (SJSP) y la Fenaj (Federación Nacional de los Periodistas), que repudiaron las agresiones a los profesionales.
En el lugar frente a la residencia de Bolsonaro, en Río de Janeiro, también se produjeron intimidaciones contra periodistas. La reportera Mellyna Reis fue insultada mientras hacía una transmisión en vivo, según Abraji. Otros equipos de cobertura también fueron agredidos verbalmente, haciendo inviables las grabaciones.
Además de estos sucesos, Abraji también registró dos ofensas en el ambiente digital. Uno de los asesores de prensa de Bolsonaro, Carlos Eduardo Guimarães, calificó a la prensa como “engaño” y “escoria” en una lista de transmisión de WhatsApp con periodistas. El caso fue reportado por varios periódicos, como O Globo y Gazeta do Povo. Después de la repercusión negativa, el asesor ofreció disculpas públicamente, como registró Agência Brasil.
En Twitter, un diputado federal elegido por el partido de Bolsonaro, Marcio Labre, amenazó a un reportero de Diário de Pernambuco. “Si él transgrede la ley y el orden, va a conocer la mano pesada del estado", escribió el político al periodista João de Andrade Neto, según informó Nexo.
Estos casos registrados el domingo no son aislados del contexto electoral. El 25 de octubre, seis organizaciones brasileñas e internacionales publicaron un comunicado conjunto en rechazo a la intimidación de periodistas cubriendo la campaña electoral en el país. Estas pidieron que los dos candidatos que disputaron la segunda vuelta el domingo pasado, Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores – PT) y Bolsonaro, denunciaran “de forma contundente las amenazas y actos de violencia” contra los profesionales en esta cobertura a lo largo del año.
Las organizaciones que firmaron la declaración son Artículo 19, Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji), Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Conectas Derechos Humanos, Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras (RSF).
El comunicado recuerda el acoso en línea y las amenazas recibidas por la reportera del Folha de S. Paulo Patrícia Campos Mello, responsable de la investigación sobre el supuesto fraude electoral cometido por empresas partidarias de Bolsonaro.
Según el comunicado, Mello “recibió una oleada de amenazas en línea y dos llamadas amenazadoras, y su cuenta en WhatsApp fue hackeada”. Mauro Paulino, director ejecutivo de Datafolha, instituto de investigación vinculado a Folha, también habría sido amenazado, según el comunicado.
De acuerdo con Folha, entre el viernes 19, día siguiente a la publicación del reportaje, y el martes 23, uno de los números de WhatsApp mantenidos por el periódico recibió más de 220 mil mensajes de cerca de 50 mil cuentas de esta aplicación.
El diario dijo considerar “haber indicios de una acción orquestada con el objetivo de restringir la libertad de prensa” y pidió que la Policía Federal investigue las amenazas a los profesionales.
“Las amenazas contra Patrícia Campos Mello y otros periodistas representan una escalada alarmante de la retórica contra la prensa en este ciclo electoral contencioso en Brasil”, dijo Natalie Southwick, Coordinadora del Programa del CPJ para América Central y del Sur, en el comunicado conjunto. “Los periodistas que cubren la elección presidencial en Brasil deben poder trabajar libremente y con seguridad mientras hacen reportajes sobre cuestiones de interés público. Pedimos a los candidatos de todos los partidos que respeten la libertad de prensa, se abstengan de hacer declaraciones inflamatorias contra los medios, y exhorten sus partidarios a parar de acosar y amenazar a periodistas”.