La prensa de Sinaloa, al nortoeste de México, ya no hace periodismo de investigación tras la muerte de Javier Valdez, periodista del semanario periodístico sinaloense Ríodoce, asesinado el 15 de mayo de este año.
Cuando mataron a Valdez, prácticamente asesinaron a la libertad de expresión en Sinaloa, dijo conmovido uno de los fundadores de Ríodoce, colega y amigo cercano de Valdez, Alejandro Sicairos Rivas al Centro Knight.
“Seleccionaron bien a la víctima, porque Javier era un periodista que tenía una proyección internacional muy importante, y que para nosotros los periodistas de Sinaloa significaba ese emblema de la actividad, que tiene que hacerse con toda la responsabilidad, valentía y profesionalismo. (...) Es otro golpe, digamos el tiro de gracia, para el periodismo en México”, añadió Sicairos Rivas, también actual director de la Asociación de Periodistas y Comunicadores 7 de junio.
Valdez, fundador y reportero de Ríodoce y corresponsal de La Jornada, fue asesinado a sangre fría por sujetos desconocidos que lo interceptaron en plena calle, lo hicieron bajar de su auto y le pidieron que se arrodillara para luego dispararle doce veces al cuerpo. El periodista hacía periodismo de investigación sobre tráfico de drogas y crimen organizado en Sinaloa, principalmente.
Según Sicairos, las investigaciones sobre su muerte siguen estancadas. Las fiscalías estatal y federal, cuatro meses después del asesinato de Valdez, siguen sin dar con los responsables.
Con cerca de 11 periodistas muertos en lo que va del año 2017, generalmente a causa de su labor periodística, México vive actualmente una de las olas de violencia más cruentas de los últimos años.
Sobre esta coyuntura de abierta agresión a la prensa en México se discutió en el evento organizado el 13 de septiembre por la Escuela de Estudios Latinoamericanos Teresa Lozano Long de la Universidad de Texas en Austin y el Centro Knight para el Periodismo en las Américas. Dicho evento, Foro Urgente: Periodistas Mexicanos Confrontando la Violencia, congregó en Austin a reconocidos periodistas de México, ganadores de premios nacionales e internacionales.
Entre ellos estuvieron, además de Sicairos, los periodistas Daniela Pastrana, directora de Periodistas de a pie, Alfredo Corchado, de The Dallas Morning News y Ramón Cantu, de El Mañana de Nuevo Laredo.
En una breve entrevista al Centro Knight, Sicairos habló sobre las secuelas que ha dejado, a cuatro meses de su muerte, el homicidio del prestigioso periodista Javier Valdez en la prensa de México, pero sobre todo en el estado de Sinaloa.
“El periodismo en México y en Sinaloa está muy golpeado por el miedo. El caso del ataque a Javier Valdez fue un ataque certero contra el periodismo”, dijo Sicairos.
Para el periodista esta situación seguirá empeorando si la prensa no se organiza con entidades e instituciones internacionales de periodistas y de derechos humanos, con ayuda de las cuales se puedan tomar acciones que logren garantizar la protección de periodistas y el libre ejercicio de su profesión en México.
“Javier (Valdez), Miroslava (Breach), (Salvador) Adame, muchísimos casos, donde nosotros queremos justicia nada más. (…) Lo que nosotros queremos es que encuentren, atrapen y lleven ante los tribunales a los asesinos de los periodistas. Esa sería la única manera de restablecer esa capacidad de hacer periodismo valiente, periodismo de investigación, periodismo profundo. En tanto no, va a ser muy difícil que recuperemos esa confianza en México, para hacer periodismo de investigación”, lamentó Sicairos.
El periodista adelantó que tanto él como un grupo de periodistas de Sinaloa están trabajando con los organismos internacionales Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), Article 19 de México y Reporteros Sin Fronteras en un protocolo de protección a periodistas más sólido y consistente que se adapte a la realidad y a las necesidades de Sinaloa. Ya están en conversaciones con las autoridades de Sinaloa para que una vez terminado se implemente en el estado.
“Pues, ahí (en Sinaloa) tenemos a las principales organizaciones de narcotráfico (de México), y se tienen que tomar medidas muy específicas en esa tierra donde la situación de violencia es incontrolable. (…) En Sinaloa se está guardando silencio, la sociedad no protesta, no sale, solo somos 30 o 40 periodistas que salimos a tomar la calle, la sociedad ya dejó de respaldarnos, porque tiene miedo, y tiene razón”, enfatizó Sicairos.
Asimismo, el periodista denunció que en Sinaloa, cuando matan al hermano de un político, a un gran empresario, o a un deportista notable, se activan rápidamente los mecanismos de justicia estatales y detienen en poco tiempo los posibles sospechosos. “No hacen lo mismo con los periodistas, entonces, existe un amalgama de indiferencia, corrupción, impunidad, narcopolítica. Ahí juega un papel muy importante la autocensura. Una por miedo, y otra por cuidar contratos de publicidad que ponen en riesgo la sobrevivencia del medio mismo”, dijo.
Desde la muerte de Valdez, los periodistas sinaolenses se autocensuran mucho más. Ya no escriben lo que quieren escribir. Van en grupo a cubrir las noticias sobre delincuencia, contó Sicairos, agregando que aún cuando saben quiénes son los responsables de tal o cual enfrentamiento u homicidio que estén cubriendo, no lo escriben porque saben que en eso "se les puede ir la vida".
En situaciones así, algunos organismos recomiendan que se deje de hacer periodismo en las zonas de conflicto o que no se toquen los temas de delincuencia organizada.
El miedo en Sinaloa es generalizado, explicó el periodista. “En un estado en el que asesinan en promedio a seis personas diarias, en donde en seis años tuvimos más de 7.500 crímenes, en un estado en donde hay ya casi cuatro mil desapariciones forzosas, en un estado en cuyas comunidades de la sierra la violencia está desplazando a la gente, las está sacando, en un estado en que desde principios de año está el ejército presente y no se ha reducido la incidencia delictiva. ¿Qué nos queda?, más que tener miedo. La gente no habla de estos temas, somos los periodistas los que estamos hablando de esto, a medias ya. No podemos resignarnos a vivir así”, añadió.
Necesitamos la solidaridad internacional, subrayó Sicairos. “No podemos seguir solos en esto, porque aparte de que podría haber más periodistas muertos, el muerto, ya de una vez por todas, puede ser el periodismo”.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.