La encuesta "Perfil del Periodista Brasileño 2021” escuchó a 7.000 periodistas entre agosto y octubre del año pasado para trazar un retrato actual de la profesión periodística en Brasil. El informe final de la encuesta señala transformaciones así como continuidades en el panorama periodístico del país en relación con la primera edición de la encuesta, realizada en 2012. Entre ellas se encuentra la profundización de la precariedad de la profesión durante los últimos diez años, evidenciada por los bajos salarios, las largas jornadas de trabajo y el aumento de las formas precarias de empleo.
"Los datos de la investigación 'gritan' que la precarización del trabajo periodístico se ha profundizado significativamente en base a varios indicadores", dijo Samuel Pantoja Lima, coordinador general de investigación y profesor de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), en Brasil, a LatAm Journalism Review (LJR) [lea la entrevista completa abajo].
En 2012, el 60% de los periodistas que respondieron a la encuesta tenían un contrato de trabajo formal de acuerdo con la normativa laboral brasileña, mientras que en 2021 esta tasa se redujo al 45,8%. Los profesionales que trabajan como freelancers, prestadores de servicios sin contrato, contratistas y microempresarios individuales (MEI, por sus siglas en portugués) representan el 24% de los periodistas.
Los MEIs tienen unos ingresos anuales limitados y una tasa de impuesto más baja. Un contratista puede tener unos ingresos anuales más elevados pero debe pagar más impuestos. La jornada laboral supera las ocho horas diarias para el 42,2% de los periodistas, y el 3,2% afirma trabajar más de 13 horas al día.
En relación a cuánto gana un periodista, el rango de salario mensual entre R$ 5.500 [US$ 1.020] y R$ 11.000 [US$ 2.040] fue el más mencionado (27%). Sin embargo, el 57,9% de los periodistas afirmó recibir menos de R$ 5.500 [US$ 1.020], al seleccionar rangos salariales hasta este monto. Sólo el 40,1% de los encuestados dijo que sus ingresos son suficientes para cubrir siempre sus gastos mensuales, mientras que el 23,9% dijo que esto sólo es posible "a veces". Y el 36,1% dijo que sus ingresos mensuales no son suficientes, por lo que están endeudados, tienen que aceptar trabajos extra o dependen de la ayuda de otras personas para llegar a fin de mes.
Entre los indicadores de salud relacionados con el trabajo, el 66,2% dijo que se sentía estresado en su trabajo, el 34% dijo que ya había sido diagnosticado con estrés y el 20,1% ya había sido diagnosticado de algún trastorno mental relacionado con su labor. En cuanto al acoso en el trabajo, el 40,6% dijo haber sufrido acoso psicológico y el 51,9% haber sido testigo de cómo un compañero sufría acoso psicológico, mientras que el 11,1% habría sufrido acoso sexual y el 18% habría sido testigo de cómo un compañero era acosado sexualmente en el trabajo.
Estos y otros indicadores mapeados por la encuesta que apunta a la precariedad de las condiciones de trabajo de la mayoría de los periodistas brasileños también tienen un impacto en el ejercicio ético del periodismo. Cuando se preguntó por la existencia de factores que impiden a los profesionales ejercer el periodismo de forma ética, la "presión de los anunciantes, empleadores, gobiernos u otros" (64,3%), la "sobrecarga de trabajo y falta de tiempo" (38,4%) y el "desánimo y las dificultades en el trabajo" (30,8%) fueron los impedimentos más mencionados.
"Es importante recordar que entre el estudio original y su seguimiento, tuvimos muchas situaciones que contribuyeron al deterioro del mercado laboral, en general, en Brasil: la reforma laboral de 2017, la inestabilidad política (impeachment de la ex presidenta Dilma Rousseff en 2016), la crisis económica, [y] la implementación de la agenda neoliberal. Todo esto afectó al mercado laboral en su conjunto, y sus resultados también impactaron en el mercado laboral del periodismo brasileño", dijo Lima.
Para el investigador, uno de los valores de esta investigación es que puede informar sobre la acción organizada de los periodistas para revertir este panorama. "Es muy difícil revertir el escenario de precarización a través de compromisos individuales. Esto no es sólo un reto para los periodistas, sino para la clase trabajadora. Es necesario reinventar constantemente las formas de organización y desarrollar el poder en defensa del Periodismo - como profesión y como forma social de conocimiento", dijo
La encuesta también ha recogido datos demográficos sobre los periodistas brasileños, y ha constatado que, al igual que hace diez años, esta categoría laboral sigue estando compuesta mayoritariamente por mujeres (58%), personas de raza blanca (68%), solteros (53%), de hasta 40 años (59,3%) y residentes en la región sureste del país (61,5%). Sin embargo, un dato importante en comparación con la primera edición de la encuesta es que la proporción de hombres ha crecido seis puntos porcentuales en los últimos diez años: han pasado del 36% al 42% de los periodistas del país.
Otro cambio significativo es el aumento de siete puntos porcentuales en la presencia de periodistas negros: del 23% en 2012 al 30% en 2021. Para Lima, esto es el resultado de, "probablemente una combinación de cuotas en las universidades, acciones para una mayor diversidad en el mercado y la autoidentificación impulsada por el avance de las luchas antirracistas en la sociedad en la última década". Los indígenas sólo representan el 0,4% de los periodistas, el mismo porcentaje encontrado en la primera edición de la encuesta.
Lea a continuación la entrevista completa con el investigador Samuel Pantoja Lima, coordinador general de la investigación "Perfil del Periodista Brasileño 2021".
LJR: ¿Por qué es importante la encuesta "Perfil del Periodista Brasileño"?
SPL: La encuesta es importante porque es el estudio más sistemático sobre la situación actual de los periodistas brasileños. Es el estudio más sistemático (con una sólida base estadística) y el más representativo de todo el territorio nacional - hubo más de 7 mil encuestados de todos los estados de la Federación y del Distrito Federal. También es una encuesta que está en su segunda edición, y desde la primera hasta la actual se han mejorado los métodos y se ha hecho la encuesta cada vez más precisa, a pesar de las dificultades de mapear un grado que no requiere registro en un organismo profesional formal, como un Consejo Profesional brasileño, por ejemplo. En este sentido, la encuesta es una referencia indispensable tanto para quienes organizan la profesión (Sindicatos, Federación Nacional y Asociaciones Profesionales) como para quienes estudian científicamente a los periodistas o los forman. En definitiva, es relevante para activistas, actores políticos, funcionarios públicos, investigadores y profesores de periodismo.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de los datos recogidos en esta edición de la encuesta?
Resumiendo muy brevemente (al fin y al cabo tenemos más de 100 hojas de cálculo con datos del estudio), diría que uno de los datos más significativos fue el aumento de la presencia de personas negras entre los periodistas en Brasil: del 23% en 2012 al 30% en 2021; probablemente resultado de la combinación de cuotas en las universidades, acciones para una mayor diversidad en el mercado y la autoidentificación impulsada por el avance de las luchas antirracistas en la sociedad en la última década. En segundo lugar, es relevante la mayor participación de los hombres en el mercado laboral, en un contexto de desempleo y crisis económica. El estudio afirma que los periodistas en Brasil siguen siendo mayoritariamente mujeres (58%), blancos (68%), solteros (53%) y de hasta 40 años, un perfil que ha cambiado poco en relación con la encuesta realizada hace nueve años.
¿Cuáles son los puntos más significativos en los que el escenario trazado en 2021 difiere más del trazado en 2012? ¿Y cuáles se mantienen igual? ¿Y cómo evalúa estas continuidades y cambios?
En cuanto a las continuidades y diferencias entre el primer estudio (2012) y el actual (2021), creo que podemos destacar la tendencia a la precarización del mercado laboral periodístico como principal continuidad. Es importante recordar que entre el estudio original y su actualización, tuvimos muchos eventos que contribuyeron al deterioro del mercado laboral, en general, en Brasil: la reforma laboral de 2017, la inestabilidad política (impeachment de la ex presidenta Dilma Rousseff, en 2016), la crisis económica, la implementación de la agenda neoliberal. Todo esto afectó al mercado laboral en su conjunto - y sus resultados también afectaron al mercado laboral del periodismo brasileño. Por lo tanto, evalúo esto como una continuidad importante. También es posible observar como una continuidad el aumento de la presencia de la población negra entre los periodistas (del 23% en 2012 al 30% en 2021); esto era algo esperado como efecto de las políticas públicas de inclusión social y racial, combinado con la autoidentificación por raza (fruto de la movilización antirracista), por lo que es una continuidad relevante. Otra que es un cambio, pero también una continuidad, es la que se refiere a la diversificación de la profesión, es decir, el periodismo es cada vez más mixto -como hemos dicho- operando cada vez menos en formatos "puros" como sólo gabinete de prensa o sólo periodismo (verificación, reportaje, etc.) y cada vez más en interfaces tanto con varias posibilidades o matices del trabajo periodístico, como en variadas conexiones con otras actividades profesionales.
¿Qué dicen los resultados de la encuesta sobre la situación actual de los periodistas brasileños?
Como complemento a la pregunta 2, podemos destacar que la profesión de periodista en Brasil se encuentra hoy bajo una especie de "bomba de tiempo", desde el punto de vista de la precarización de las condiciones de trabajo y del empeoramiento de la salud laboral. Los datos de la investigación "gritan" que la precarización del trabajo periodístico se ha profundizado significativamente en base a varios indicadores. En cuanto a los tipos de contratos, el volumen de contratos CLT [contratados bajo normativa laboral] ha descendido (del 60% en 2012 al 45,8% en el estudio actual), un probable efecto de la reforma laboral. Y los acuerdos precarios suponen el 24%: autónomos, quienes prestan servicios sin contrato, contratistas y microempresarios individuales (MEI). Otros datos alarmantes se refieren a las horas de trabajo: el porcentaje de periodistas con una carga de trabajo diaria superior a 8 horas sigue siendo alto (42,2%) y el 3,2% de los encuestados dijo trabajar más de 13 horas al día, con el agravante de que el 60% de los periodistas brasileños tiene menos de 40 años. En cuanto a la salud laboral, para resumir, tenemos un grave cuadro de indicadores: a) el 66,2% se siente estresado en el trabajo (mientras que el 33,8% respondió que no); b) el 34,1% ha sido diagnosticado de estrés (frente al 65,9% que respondió negativamente); c) el 20,1% ha sido diagnosticado de algún trastorno mental relacionado con el trabajo y otro 31,4% ha recibido prescripción de antidepresivos; d) alrededor del 20% ha sido diagnosticado de lesiones por esfuerzo repetitivo (Ler)/Trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo (TME); y, por último, e) el 40% de los periodistas declaró haber sufrido acoso psicológico y el 11% acoso sexual.
La buena noticia es la reconfiguración del mercado laboral, según los datos de la encuesta del Atlas de Noticias, que citamos en el informe final del Perfil: se ha producido un importante crecimiento de las "estructuras alternativas e independientes frente a las corporaciones mediáticas hegemónicas" (según la encuesta "Atlas de Noticias, 2020", entre 2019 y 2020 se crearon 1.170 nuevos espacios informativos de periodismo digital), pero suponen alrededor del 10% de los profesionales de los medios.
¿Qué impacto le gustaría que tuviera esta investigación en la vida de los periodistas brasileños y en el ambiente periodístico del país?
En primer lugar, que siga contribuyendo al perfeccionamiento de los estudios sobre periodistas en el país, especialmente en el ámbito de trabajo de la Asociación Brasileña de Investigadores en Periodismo (SBPJor), en particular en la Red de Estudios sobre Identidad y Profesión de los Periodistas (RETIJ), que articula decenas de investigadores a nivel nacional, así como INTERCOM, COMPÓS y otras entidades que reúnen a investigadores en el campo del periodismo y la comunicación.
En segundo lugar, esta investigación puede contribuir a la organización de los periodistas, en forma de sindicatos, asociaciones, la Federación Nacional - FENAJ puede utilizar los datos como referencia para afinar sus estrategias de acción. En tercer lugar, los periodistas que tienen acceso a los datos pueden definir mejor sus estrategias individuales y trayectorias profesionales. También pueden tomar conciencia de la importancia de la acción colectiva para exigir la mejora de las condiciones de trabajo, los salarios, la salud laboral, etc. Es muy difícil revertir el escenario de precarización mediante compromisos individuales. Esto no es sólo un reto para los periodistas, sino para la clase trabajadora. Es necesario reinventar constantemente las formas de organización y desarrollar el poder en defensa del Periodismo - como profesión y como forma social de conocimiento.
¿Piensan mantener la periodicidad de la investigación, realizando una nueva edición cada 10 años?
Sí, la idea es mantener esta frecuencia a una década, porque creemos que es un periodo más fructífero para observar los cambios y las continuidades en el Periodismo. Por lo tanto, la próxima edición será en 2031.
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