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¿Quién se ríe ahora? Creadores latinoamericanos de sátira digital influyen en el discurso público con crítica al poder

En marzo de 2022, el expresidente de México Andrés Manuel López Obrador llamó al presentador Chumel Torres “ideólogo del conservadurismo” y lo acusó de estar entre las voces que sus opositores usaban para desprestigiar su gobierno. El exmandatario hizo acusaciones similares sobre los periodistas Carlos Loret de Mola, Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze.

La diferencia es que Torres no es periodista o columnista, ni trabaja en un medio de comunicación tradicional. Torres es un youtuber ampliamente conocido en México por ejercer crítica política y sátira en su programa en línea “El Pulso de la República”.

El caso de Torres es ejemplo de la creciente visibilidad e impacto que están teniendo creadores de contenido digital satírico en los debates públicos nacionales del continente, de acuerdo con Paul Alonso, periodista, autor y académico peruano.

Peruvian journalist Paul Alonso.

En su nuevo libro, Paul Alonso analiza cómo la sátira en línea se ha vuelto cada vez más influyente en América Latina. (Photo: Cortesía Paul Alonso)

Alonso, quien actualmente es profesor asociado de la Escuela de Lenguas Modernas del Instituto de Tecnología de Georgia, es autor de varios libros sobre sátira e infotainment en los medios de comunicación, entre ellos el de próxima publicación “Digital Satire in Latin America. Online Video Humor as Hybrid Alternative Media” (Sátira digital en América Latina. El humor en video en línea como medio alternativo híbrido).

“El hecho de que el presidente de México llamara a un creador digital uno de sus principales adversarios creo que fue sintomático de decir ‘el presidente de un país está entendiendo realmente que este tipo de creadores digitales independientes son unos de sus principales críticos y que su voz es muy visible”, dijo Alonso a LatAm Journalism Review (LJR).

Alonso, quien en anteriores libros ha abordado la sátira en televisión y medios impresos, analiza en esta nueva publicación cómo la sátira en línea se ha vuelto cada vez más influyente en América Latina y entre la población latina de Estados Unidos. También aborda cómo los shows digitales de sátira y crítica sociopolítica están llenando los vacíos dejados por la televisión, el periodismo tradicional y el entretenimiento comercial.

Para su investigación, Alonso realizó entrevistas con productores y presentadores de algunos de los programas satíricos nacidos en internet más influyentes de Argentina, Perú, México, Colombia, Ecuador y entre la población latina en Estados Unidos, y estudió cada caso desde una perspectiva de análisis del discurso.

Una reacción a crisis y polarización

Uno de los principales hallazgos de Alonso es que la mayoría de los shows de sátira sociopolítica en línea han surgido como reacción a momentos de crisis, trauma social, o creciente polarización.

“El Pulso de la República” se consolidó en México en medio de una marcada división social entre el que López Obrador consideraba “el pueblo bueno” y sus adversarios. Mientras tanto en Colombia, shows de sátira política como “La Pulla” y el show con enfoque de género “Las Igualadas”, ambos del diario El Espectador, surgieron en respuesta al trauma por el largo periodo de violencia política en torno al proceso de paz en ese país, dijo Alonso.

“Abordaron los temas reaccionando al contexto de la guerra en Colombia y a la polarización creada por el proceso de paz nacional”, dijo Alsonso. “De la misma manera que, por ejemplo, [el humorista] Guille Aquino en Argentina reaccionó a la polarización creada dentro de la derecha y la izquierda, el kirchnerismo y el macrismo. Y todavía hace algunos contenidos satíricos sobre la polarización después de las elecciones de [el Presidente] Milei”.

Programas en línea como los anteriores se caracterizan, de acuerdo con los hallazgos de Alonso, por poner el foco en los temas que los grandes medios de comunicación no están cubriendo, o no están sacando a la luz completamente.

“Uno de los principales roles de la sátira ha sido -especialmente en el panorama mediático- llenar los vacíos dejados por la televisión, los periódicos, etcétera, que en América Latina han estado tradicionalmente alineados con intereses políticos y han sido más partidistas”, dijo.

Históricamente, agregó Alonso, el contenido de sátira social y política ha tenido presencia esporádica en los medios latinoamericanos por la naturaleza del género. El autor describe la sátira como una forma artística transgresora, irreverente y que se dirige al poder de forma, en algunos casos, agresiva. Para un medio tradicional, contenido con esas características puede representar desde la salida de patrocinadores hasta incluso procesos legales, dijo.

“Tiene otro tipo de reglas que las del periodismo tradicional, a veces puede ser una forma muy eficaz, muy inteligente y muy creativa”, dijo Alonso. “Pero eso también puede alejar a la publicidad, o no alinearse con algunos de los puntos de vista editoriales conservadores más tradicionales de los medios tradicionales”.

Screenshot of the Mexican satire YouTube show "El Pulso de la República".

Chumel Torres era considerado por el expresidente de México como una voz opositora, a raíz de sus críticas en su show en línea "El Pulso de la República". (Foto: Captura de pantalla de YouTube)

Por esos motivos, los medios y producciones satíricas han sido, en su mayoría, producidos de forma independiente, agregó.

El impacto que han tenido los programas de contenido satírico en línea se debe, en gran parte, justamente al hecho de que abordan temas que no tienen mucho espacio en la agenda informativa de los medios tradicionales, dijo Alonso.

Uno de los principales impactos que el autor encontró en su investigación es la atracción de audiencias jóvenes que buscan contenido sobre los temas que los otros medios no abordan en plenitud.

“Han creado nuevas conversaciones y atraído a un público más joven, lo que era -especialmente en el período que cubrí- un asunto de especial importancia, porque los medios tradicionales estaban realmente teniendo problemas para atraer lectores o espectadores jóvenes”, dijo Alonso.

Los programas de sátira sociopolítica también tienen la capacidad de contribuir al combate de la desinformación, dijo Alonso, lo cual ha sido especialmente notorio durante la pandemia por COVID-19 y contextos similares.

Como ejemplo citó el caso de Perú y el famoso comediante Gerardo García “El Cacash”, quien comenta noticias de forma cómica y dinámica en su canal de YouTube y en un podcast. Alonso explicó que creadores como García desmantelaron los discursos sesgados que reproducían los medios tradicionales sobre la crisis sanitaria.

Este tipo de crítica a los medios de comunicación es otra de las características que Alonso encontró en la mayoría de los programas digitales de sátira que analizó para su libro. Dijo que este tipo de contenidos juegan ese otro rol de vigilar, no solo al poder político, sino también a los medios de comunicación.

“La mayor parte de la sátira contemporánea es una crítica al sistema, a algunos de los vicios de una sociedad, pero también hacen crítica a los medios”, dijo Alonso. “Uno de sus principales objetivos en la mayoría de los casos son también los medios de comunicación de sus países. Se presentan como una alternativa a esos medios también exponiendo, criticando, deconstruyendo el discurso de los medios”.

¿Periodismo o algo más?

Mientras que Chumel Torres rechaza absolutamente el título de periodista, “La Pulla” se autodefine como un programa de periodismo de opinión. Existe una diferencia en los tipos de aproximación a la información que tienen los creadores analizados en el libro, dijo Alonso. Por eso es que no existe un consenso en considerar el contenido de sátira política como una forma de periodismo.

Cover of the book "Digital Satire in Latin America", by Peruvian journalist Paul Alonso.

Para "Digital Satire in Latin America", el autor entrevistó a productores y presentadores de programas satíricos digitales de Argentina, Perú, México, Colombia, Ecuador. (Foto: Musuk Nolte)

Algunos creadores de sátira se quitan la etiqueta de periodista para gozar de mayor libertad artística, dijo Alonso. Otros argumentan que no son periodistas porque no reportean ni generan noticias, aunque sí analizan y comentan los hechos, lo cual, al final del día, también son funciones del periodismo.

“En los viejos medios tradicionales, tienes la sección de noticias y la de reportajes”, dijo Alonso. “Y luego están las secciones de opinión y análisis. Ellos [los creadores de sátira] hacen esa parte de interpretar, comentar y contextualizar”.

Algunos creadores de contenido satírico, dijo Alonso, van incluso más allá, llegando a terrenos como el activismo. El autor puso el ejemplo del comediante John Oliver, en Estados Unidos, cuyas piezas sobre los escándalos de corrupción en la FIFA o la polémica de la neutralidad del internet incluyó llamados a la acción para lograr impactos en la realidad.

De forma similar, “Cualca”, el programa de sketches cómicos de la comediante Malena Pichot, de Argentina, se ha convertido en uno de los espacios más relevantes para las voces feministas en su país.

“Ella siempre está confrontando e involucrándose en muchos debates sobre cuestiones de género y derechos de la mujer”, dijo Alonso. “Muchos de estos programas satíricos son también plataformas para, yo diría, una crítica más visible y a veces incluso para el activismo”.

Autores citados en el libro, como Geoffrey Baym, ven a la sátira como un nuevo tipo de periodismo con características particulares. Sin embargo, Alonso prefiere definir este tipo de contenidos como una nueva forma de comunicación sociopolítica que se está volviendo cada vez más importante en el discurso público.

No obstante, encontró que varios de los creadores y productores de contenido satírico que ha entrevistado para sus investigaciones tienen algún tipo de experiencia o formación en periodismo. Pero éstos terminaron dedicándose a la sátira porque ésta llenaba más sus necesidades vocacionales, especialmente de aquellos que tenían el deseo de ejercer un periodismo de rendición de cuentas.

“Muchos periodistas que no encontraron un sitio en los grandes medios, sobre todo quienes tenían vocación por las conversaciones democráticas y el periodismo vigilante del poder, encontraron un espacio haciendo crítica social y política en formas satíricas”, dijo Alonso. “Hay una conexión muy fuerte entre la formación periodística y el discurso satírico. El hecho de que muchos de estos productores, presentadores y escritores tengan una conexión profesional con el periodismo es muy revelador de la hibridación de estas formas”.

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