El año 2014 fue uno que marcó la situación actual de Venezuela. Fue en ese año, cuando se vivieron protestas masivas que duraron meses, y que dejaron entre los meses de febrero y junio 43 personas muertas, 878 heridas y 3.306 detenidas, entre ellos el líder opositor Leopoldo López, según información obtenida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos(CIDH).
En ese contexto de violencia, la libertad de expresión y de prensa también se vieron afectadas, según lo detalla el informe anual 2014 de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH. Fue precisamente en ese año que nacieron algunos de los medios nativos digitales que en la actualidad son reconocidos por continuar con su labor periodística de manera independiente y en un contexto de constante amenaza.
Así lo señaló recientemente el jurado de los Premios Maria Moors Cabot, entregados por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, que para este 2019 decidió otorgar una mención especial al sitio Armando.info, “publicado por un grupo de valientes periodistas de investigación que operan en uno de los entornos más hostiles para la prensa libre”.
Precisamente por continuar con sus investigaciones periodísticas en un ambiente hostil, Armando.info ha tenido que enfrentarse con las autoridades venezolanas. En septiembre de 2017, los periodistas y cofundadores del sitio Alfredo Meza, Joseph Poliszuk y Ewald Scharfenberg; y el reportero del sitio Roberto Deniz fueron demandados penalmente por difamación agravada continuada e injuria agravada, por el empresario colombiano Alex Nain Saab Moran.
La demanda tuvo su origen en dos reportajes realizados por Deniz en los que daba cuenta de vinculación de Saab con el gobierno del Presidente Nicolás Maduro en el negocio de la importación de alimentos para el programa estatal de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). A principios de 2018, los cuatro periodistas decidieron salir del país debido a lo que ellos consideraron falta de garantías judiciales y procesales y desde entonces se encuentran en el exilio.
“Junto a sus colegas, ellos continúan cubriendo la crisis política y humanitaria en Venezuela, exponiendo la corrupción, las violaciones de los derechos humanos y los delitos ambientales, entre otros”, dijo el jurado de los premios Cabot.
El sitio continúa sus operaciones con el equipo dividido entre Bogotá (Colombia) y Caracas. Una situación que hace “aún más difícil” la realización de investigaciones periodísticas, según dijo Poliszuk al Centro Knight. En esta entrevista, Poliszuk, quien actualmente es el Becario de Libertad de Prensa en el marco de las Becas de Periodismo John S. Knight (JSK) en la Universidad de Stanford de Estados Unidos, habla del significado de este reconocimiento para el equipo y lo que viene de aquí en adelante.
Centro Knight: Armando.info nace de manera “formal”, como dicen en su página web, en 2014. Sin embargo, desde 2010 ustedes habían estado trabajando como medio de investigación. ¿Qué los llevó a crear este espacio? ¿Qué veían o qué hacía falta en ese espectro mediático de la Venezuela de hace casi 10 años?
Joseph Poliszuk: Armando.info nació en efecto en 2010 como un proyecto incipiente del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS Venezuela) – una ONG en la que Ewald [Scharfenberg] estaba al frente– por una necesidad de estimular y apoyar investigaciones periodísticas que trascendieran la agenda de los medios tradicionales en un entorno adverso a la libertad de expresión. Pero en 2014, cuando comenzaron las primeras protestas contra Nicolás Maduro, y su gobierno a través de empresas offshore empezó a comprar medios tradicionales como El Universal – el diario en el que trabajé durante casi 10 años – para censurarlos, [esto] se convirtió en una oportunidad para lanzar nuestro propio medio, pero también [vimos] la necesidad de abrir un espacio de periodismo independiente cuando el gobierno buscaba arrodillarnos, al gremio en general, y a nosotros en nuestros trabajos en particular.
CK: ¿Cuáles fueron los mayores desafíos para iniciar y mantener Armando.info?
JP: Esto ha sido una carrera de resistencia. Si echamos el tiempo atrás, creo que era difícil pensar en todo lo que nos ha pasado desde entonces. El exilio, naturalmente, ha sido una de las cosas más difíciles de afrontar en lo personal y profesional pero también ha sido un reto trabajar, sostener y mantener la operación a distancia tanto en lo económico como en la dinámica de trabajo.
Sostener nuestra operación en una sociedad con hiperinflación no ha sido fácil; tampoco levantar una sala de redacción y construir un equipo en un país en el que hay una masiva oleada de gente, y profesionales en particular, que mes a mes abandonan el país.
En estos cinco años también ha sido un reto crear una estructura en un país fragmentado y desmembrado. En un entorno agresivo contra los medios independientes y cualquier iniciativa de la sociedad civil, no solo ha sido difícil hacer periodismo en un país con fuentes cerradas, sino incluso sostener nuestra operación diaria.
No es lo mismo hacer un buen periodismo, que construir una estructura que permita a nosotros y a otros hacerlo.
CK: Precisamente sobre el exilio al que hace mención; cuatro periodistas se vieron forzados a salir del país por una demanda. ¿Cómo afectó esto sus vidas personales y la manera de hacer periodismo? ¿Cómo es la dinámica actual de trabajo y de toma de decisiones de Armando.info?
JP: Nuestras reuniones de pauta son a distancia. Nuestra redacción está dividida entre Caracas y Bogotá. El desarraigo y el estar obligados a estar lejos de casa ha sido duro, pero más allá de lo personal, nuestro trabajo es aún más difícil a distancia. Sostener nuestra operación desde Bogotá se ha vuelto, además, más costoso.
De cualquier modo, también es cierto que la dinámica de la migración venezolana nos ha permitido encontrar y buscar fuentes en el exilio en general y en Bogotá en particular. La tecnología y las características de la diáspora emergente han abierto la posibilidad de cubrir Venezuela a la distancia.
CK: La situación de los medios en Venezuela ha captado la atención internacional desde hace ya algunos años, pero ¿cuál es la situación de los medios en el país hoy? ¿Cuál creen es el rol que tiene el trabajo de Armando.info en ese contexto?
JP: En Venezuela la censura es directa, pero también solapada. Ha sido un verdadero reto buscar, construir y conseguir fuentes alternativas de información en un país en el que se oculta hasta la cifra de la hiperinflación o la tasa de asesinatos de uno de los países más violentos del mundo.
El gobierno ha ido conculcando todos los espacios de libertad de expresión. Primero compraron y censuraron los medios incómodos, ahora bloquean direcciones IP y confiscan pasaportes de periodistas. Hay profesionales de la comunicación – como Jesús Medina– en la cárcel. Se trata de una espiral contra todas las libertades.
Armando.info en ese panorama se ha enfocado en el periodismo de investigación. Es el único medio dedicado exclusivamente a la investigación periodística en Venezuela. En tiempos en que instituciones como la Fiscalía y la Contraloría no ejercen su trabajo, Armando.info ha configurado uno de los más grandes archivos sobre la corrupción y violaciones a los derechos humanos de la Venezuela de estos días. Trata, de hecho, de explicar y entender Venezuela más allá del día a día de las noticias.
CK: ¿Cómo podría la comunidad internacional apoyar más a los medios de Venezuela?
JP: Estamos construyendo una comunidad y para nosotros es fundamental que la gente nos conozca, participe y se involucre con nuestro trabajo. Necesitamos además seguir sosteniendo nuestra operación. A pesar de la hiperinflación venezolana, el periodismo de investigación suele ser caro y nuestros medios de financiamiento son escasos.
CK: ¿Cuál es la historia más importante en las Américas hoy?
JP: Hay muchas, pero sin duda el caso venezolano atraviesa el continente.
CK: El jurado del premio Maria Moors Cabot decidió otorgar este reconocimiento “debido a los incansables esfuerzos de sus periodistas y por su contribución a nuestra comprensión de la terrible situación que enfrenta el pueblo venezolano”. ¿Qué significa para ustedes este reconocimiento y mención especial?
JP: Es un respaldo a años de esfuerzo que empezaron incluso antes de nuestra primera publicación, cuando decidimos evitar la censura e ir más allá del relato que suele salir en los medios tradicionales. Ha sido además un bálsamo contra el exilio y los vaivenes que suele haber en una redacción a distancia en la que hemos perdido la oportunidad de trabajar juntos. Estamos sumamente agradecidos y honrados. Después del sinsabor de tener que trabajar a distancia y fuera de casa, este es un aliciente para seguir adelante haciendo lo que sabemos y nos gusta.
CK: ¿Qué viene de aquí en adelante luego de este reconocimiento?
JP: Nosotros queremos seguir enfocados en hacer periodismo de investigación. Tenemos proyectos especiales y esperamos que muchos más se sumen a nuestra comunidad y nos apoyen en la búsqueda de información y recursos.