En desacuerdo con las normas internacionales para la libertad de expresión y el acceso a la información, la defensa de la reputación en Brasil, país marcado por un alto grado de judicialización de los medios, todavía puede hacerse por medios penales. Para presionar cambios en la legislación penal, la organización Artículo 19, lanzó una campaña en defensa de la despenalización de la difamación, el pasado viernes 9 de noviembre.
De acuerdo con la organización, la ley brasileña no sólo contempla sanciones penales que incluyen el encarcelamiento del presunto agresor, sino que también considera como difamatorias las expresiones de opinión, penaliza las declaraciones sobre hechos verídicos y protege la reputación de funcionarios y personajes públicos en el ejercicio sus funciones, criterios que generan restricciones ilegítimas y contrarias a la normatividad internacional.
"Proteger la reputación de alguien por vías penales es considerado una medida desproporcionada y una amenaza a la libertad de expresión. Sobre esta base, las normas internacionales señalan que la responsabilidad de aquel que ofende la reputación de otro debe determinarse en el ámbito civil", dijo la organización en un comunicado.
Como parte de la campaña, Artículo 19, divulgó un informe que analiza las sentencias del Tribunal Supremo Federal y del Tribunal Superior de Justicia, máximas instancias del poder Judicial brasileño, y las comparó con las sentencias de tribunales internacionales sobre difamación. El estudio demostró que "en el caso brasileño, a veces las sentencias apoyan fines contrarios al espíritu de los tratados internacionales que reconocen el derecho a la libertad de expresión".
A pesar de que el encarcelamiento por difamación no es muy común en Brasil, en muchos países de América Latina las leyes penales son utilizadas por funcionarios del gobierno para atacar a los periodistas que denuncian casos de corrupción, como ocurrió recientemente en República Dominicana, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Colombia.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.