A pesar de que el número de asesinatos contra periodistas brasileños disminuyó a apenas dos casos en 2016, los ataques a la libertad de prensa se han manifestado de otras maneras. El informe anual de la Asociación Brasileña de Radio y Televisión (Abert, por sus siglas en portugués) señaló que en comparación con 2015, el año pasado tuvo un aumento del 65,5 por ciento en los casos de violaciones a la libertad de expresión.
La organización verificó 11 diferentes tipos de violaciones y registró un salto de 116 a 192 ocurrencias el año pasado. La forma más común de violación continúa siendo la agresión física, con 67 casos (64 ocurrieron en 2015).
La mayoría de estos hechos ocurrieron durante las manifestaciones que una vez más se tomaron el país que atraviesa una turbulenta crisis política y económica. Los policías fueron los agresores en 27 de los casos, mientras que los mismos manifestantes en 14.
“Hay, de hecho, por parte de las fuerzas de seguridad y de una parte de los manifestantes una falta de comprensión del papel de la prensa que es cubrir y reportar los hechos. Eso lleva a la agresión”, explicó el presidente de Abert, Paulo Tonet Camargo, al Centro Knight.
De hecho, la mayor parte de las agresiones en general vienen del poder público, tanto de policías como de agentes de seguridad, así como de políticos y funcionarios públicos. Según el presidente de Abert, una forma de cambiar este escenario es educar a las fuerzas de seguridad sobre cómo actuar frente a la prensa, especialmente durante las manifestaciones.
“Estamos esperando el nombramiento del nuevo Ministro de Justicia para entregarle el nuevo informe, pidiéndole medidas por parte del poder público para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad, fundamentalmente para que entiendan el papel de la prensa presente en las protestas”, dijo Tonet Camargo.
Otras violaciones registradas incluyen ofensas (22 casos), amenazas (19), condenas y decisiones judiciales (18), intimidaciones (17), ataques y vandalismo a instalaciones y carros de medios (17), censura (12), detenciones (7), atentados (6), robos y hurtos (4) y un caso de acoso sexual. Este último fue registrado cuando el cantante de funk MC Biel hizo comentarios inapropiados a la periodista Giulia Pereira, del portal iG, durante una entrevista en video.
Un índice que llama la atención es el de decisiones judiciales que saltó de 2 en 2015 a 18 el año pasado. De los casos identificados, 12 fueron contrarios a los intereses del periodismo independiente, de acuerdo con Abert, como la violación a la privacidad telefónica de la periodista del Estado de S. Paulo Andreza Matais. Sin embargo, como lo destacó Tonet Camargo, la mayoría de las decisiones judiciales que atacan la libertad de prensa son proferidas por jueces de primera instancia y, posteriormente, son corregidas en tribunales superiores.
“Los grandes intentos por restringir la libertad de expresión han sido corregidos en tribunales superiores. Tal vez haya una falta de comprensión de la justicia de primera instancia sobre la libertad de expresión”, dijo.
Brasil sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Como lo señaló el informe de Abert, la clasificación mundial de los últimos cinco años de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ubica al país entre los más peligrosos de América Latina para periodistas, superado apenas por México. En el mundo, Brasil ocupa la posición 104 en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2016 de RSF. Para la organización Press Emblem Campaign, el país fue el 10º país más peligroso del mundo en 2016.
A pesar de las preocupantes cifras, hay un hallazgo positivo en el informe: la disminución del número de asesinatos. La estadística es aun más relevante en comparación con 2015 cuando ocho periodistas fueron asesinados - tres en apenas 11 días, en lo que organizaciones internacionales de periodismo llamaron el “noviembre negro de Brasil”.
Esta es una tendencia observada en el mundo: RSF, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), la Federación Internacional de Periodistas (FIJ) también registraron una disminución en sus índices globales. El informe destaca que para RSF esa disminución se debe a la huida de periodistas de países en riesgo, mientras que el CPJ evalúa que esto puede haber sido causado por la decisión de los medios de comunicación de evitar enviar equipos periodísticos a situaciones de riesgo.
A pesar de la positiva disminución de asesinatos, Tonet Camargo destacó que la prensa debe continuar alerta. “Prefiero celebrar cuando nuestros índices de violencia disminuyen y cuando nuestra posición en la clasificación de libertad de prensa suba”, aseguró.
Para lograrlo, el presidente señaló que las organizaciones y asociaciones de periodistas juegan un papel importante. Sugirió la creación de un observatorio de violaciones a la libertad de prensa.
“Fundamentalmente es necesario que las asociaciones y periodistas se unan para buscar formar un observatorio para verificar las violaciones a la libertad de prensa, así como para verificar los criterios de evaluación de estos índices”, finalizó.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.