Días después de darse a conocer la orden ejecutiva del presidente Donald Trump de suspender la ayuda financiera de Estados Unidos a organizaciones extranjeras, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusó a periodistas y medios de noticias que se han beneficiado de esa ayuda de ser parte de “una operación mundial de lavado de dinero” y de impulsar una agenda globalista.
El mensaje de Bukele, publicado en su cuenta de X el 8 de febrero, vino en respuesta a un post de la cuenta @wikileaks sobre aportaciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) a medios de comunicación. El post no hacía referencia alguna a El Salvador ni a una presunta red de lavado de dinero.
Es falso que Wikileaks haya filtrado un listado de medios de comunicación y ONG financiados por USAID para generar “falsas matrices de opinión” contra Maduro
La desinformación surge de portales oficialistas como Venezuela News:https://t.co/jWvzZwvz8b
— Cazadores de Fake News (@cazamosfakenews) February 17, 2025
En respuesta, la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) dijo que los señalamientos de Bukele eran parte de una campaña de desinformación que buscaba silenciar a los periodistas que han investigado y denunciado abusos de poder y el manejo de los recursos públicos.
Para los periodistas salvadoreños, las declaraciones de Bukele son ejemplo de una narrativa que regímenes autoritarios han utilizado en múltiples ocasiones con el fin de desprestigiar y criminalizar el trabajo de los medios independientes, con base en las formas en las que estos se financian.
“Lo primero que hacen es montar una narrativa en la que se comienza a acusar sin pruebas, solo por el desprestigio, y de forma populista para llegar a las grandes masas y hacerles creer que de verdad aquí hay lavado de dinero”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) Ezequiel Barrera, director y fundador de la revista digital de periodismo de investigación Gato Encerrado. “Han encontrado en esta narrativa [sobre los apoyos de USAID] que viene desde Estados Unidos la oportunidad para ser todavía más férreos en el desprestigio a los medios”.
Aunque, como Bukele, varios líderes más de América Latina han aprovechado la orden ejecutiva de Trump para descalificar a medios y periodistas que reciben fondos de la cooperación internacional, desde años anteriores mandatarios de la región ya habían calificado este tipo de financiamiento como formas de injerencia y desestabilización.
Periodistas de medios independientes y expertos de América Latina coinciden en que este tipo de narrativas son falacias tramposas para obstaculizar los esfuerzos de la prensa de vigilar al poder.
Clayton Weimers, director de la oficina de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Norteamérica, dijo en un comunicado del 3 de febrero que la medida de Trump generaría un vacío que beneficiaría a los propagandistas y a los regímenes autoritarios.
José Nieves, director del medio digital cubano El Toque, coincide en que la suspensión de apoyos al exterior es una victoria para gobiernos como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua que difunden la narrativa de que no existe periodismo independiente cuando es sostenido por fondos de Estados Unidos.
“Es una narrativa tramposa porque supone que el financiamiento norteamericano es el que condiciona la agenda y eso es una falacia”, dijo Nieves a LJR. “La idea tras ese razonamiento es que ‘el que paga manda’. Esa es una idea que presume que todas las personas cambian de opinión si alguien les paga. Y es una idea que habla más de quien la tiene que de quien se presume que actúa de esa manera”.
El periodista dijo que recibir una subvención o financiamiento de la cooperación internacional o de alguna organización no significa ponerse al servicio de dichas entidades. Más bien, dijo, la lógica detrás de ese tipo de financiamiento está en una coincidencia de principios y objetivos de la organización donante y el medio.
“En mi carrera de casi 10 años dirigiendo un medio, jamás un donante me ha dicho ‘tienes que hablar de esto, tienes que decir esto’”, dijo Nieves. “Nosotros hemos decidido trabajar con determinados financistas cuando entendemos que los objetivos que persiguen coinciden con nuestros objetivos. Y si los objetivos del financiamiento norteamericano son traer democracia a Cuba, que haya un cambio de régimen, esos objetivos también son nuestros objetivos”.
El equipo del medio salvadoreño Gato Encerrado durante la grabación de una entrevista en video. La redacción ha sido sub-beneficiaria de fondos de USAID a través de organizaciones implementadoras. (Foto: Cortesía Gato Encerrado)
En un informe publicado en mayo de 2024, USAID explicó que entre los objetivos de financiar medios independientes de América Latina estaban apoyarlos en su labor de proporcionar información objetiva y precisa a los ciudadanos, contrarrestar los intentos de actores no democráticos de controlar el espacio informativo y blindar a las comunidades de la manipulación de la información.
De forma similar, una periodista que pidió conservar el anonimato, cuyo país es gobernado por un régimen dictatorial, dijo que el grupo de medios que dirige busca financiamiento de entidades cuyo objetivo sea el reforzamiento de la democracia. La clave, dijo, está en saber cómo alinear los intereses de cada medio con los de las entidades que otorgan los fondos.
“Son programas que están buscando que se mantengan los espacios democráticos abiertos, no decirnos qué publicar”, dijo la periodista a LJR. “Las líneas editoriales de cada medio son independientes y jamás nos han dicho qué publicar o en qué manera decir las cosas. Lo único que nos están pidiendo es que demos espacio a la diversidad de pensamiento y a los temas a los que se les tiene que dar cobertura. Es decir, a las labores tradicionales del periodismo”.
En la mayoría de los casos, los apoyos de la cooperación internacional a medios independientes no vienen directamente de USAID u otras entidades del gobierno estadounidense, sino de organizaciones que son beneficiarias de estas agencias, conocidas como organizaciones implementadoras. Esto convierte a los medios receptores de los apoyos en sub-beneficiarios de los fondos.
Gato Encerrado, por ejemplo, ha sido sub-beneficiario de fondos de la cooperación internacional a través de organizaciones implementadoras como The National Endowment for Democracy (NED), IREX e Internews, dijo Barrera. Normalmente, agregó, buscan convocatorias que otorguen financiamiento a proyectos sobre desinformación y valores de la democracia, así como a cobertura de temas como corrupción y derechos humanos.
Para ser seleccionado para recibir fondos de estas organizaciones es necesario cumplir con una serie de criterios. NED, por ejemplo, establece que los solicitantes de sus programas de apoyo deben ser medios independientes, y que los proyectos a financiar deben ser apartidistas, fomentar y defender los derechos humanos, apoyar la libertad de información y fortalecer las instituciones democráticas, entre otros.
“El acuerdo era que ellos nos daban, a partir de nuestro proyecto, algún tipo de financiamiento para que pudiéramos ejecutar una serie de investigaciones o una serie de reportajes de profundidad en los que pudiéramos explicar las situaciones que están ocurriendo en la realidad”, dijo Barrera. “Nunca nos dijeron ‘sobre eso tienen que escribir’. Nunca nos dijeron ‘nos interesa que se investigue a tal persona o a tal gobierno’. Nunca fue así”.
Barrera rechazó las acusaciones de que recibir financiamiento de organizaciones implementadoras o de agencias de cooperación internacional afecte su condición de medios independientes.
“Somos independientes a la hora de hacer investigaciones y de tomar decisiones editoriales”, dijo Barrera. “No buscaríamos un tipo de financiamiento que pusiera en entredicho nuestra independencia”.
Nieves coincidió y dijo que, ante las descalificaciones y señalamientos, los medios tienen como defensa su rigor periodístico y su código de ética.
“Cada medio debe establecer sus propias políticas, sus propios estándares, debe ser lo más transparente que quiera y pueda con sus audiencias y responder. Hacer lo que se llama rendir cuentas”, dijo.
Laura Dib, directora del programa de Venezuela en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), dijo que, en su experiencia trabajando con organizaciones y programas en materia de derechos humanos que reciben apoyo de entidades como USAID, este tipo de agencias tienen en sus contratos cláusulas para garantizar que no exista injerencia en los proyectos a los que otorgan apoyo.
Además, los contratos también incluyen cláusulas de transparencia y establecen indicadores de cumplimiento para asegurar que el dinero sea utilizado de forma adecuada, agregó Dib.
“Es muy fácil en esa narrativa satanizar la ayuda que viene desde el extranjero sin conocer un poco la minuciosidad con la que se llevan a cabo esos contratos y la autonomía que tiene el socio implementador para operar”, dijo Dib a LJR. “Todas las organizaciones que reciben dinero proveniente de Estados Unidos pueden ser auditadas en cualquier momento y tienen completamente el deber de garantizar la transparencia de toda esa información”.
En al menos dos países de la región, periodistas y medios han sido señalados individualmente por supuestamente haberse beneficiado con apoyos de entidades de Estados Unidos, poniendo en duda su credibilidad. En República Dominicana, un grupo de periodistas fue víctima de una campaña de descrédito en redes sociales la semana pasada, por supuestamente recibir fondos de USAID.
Periodistas de El Salvador temen que las descalificaciones del presidente Bukele escalen a una persecución judicial, como sucedió con los ataques al medio independiente El Faro. (Foto: Captura de pantalla)
El periodista Johnny Arandel, autor de las publicaciones que generaron la campaña de desprestigio, se retractó de sus acusaciones y dijo que no tenían sustento.
En Venezuela, diversos portales reportaron sobre una supuesta filtración de WikiLeaks de documentos de USAID que revelaba que medios independientes como La Patilla, Efecto Cocuyo, El Pitazo y EVTV habían recibido pagos de USAID con el fin de desestabilizar al gobierno. El sitio especializado en fact-checking Cazadores de Fake News desmintió la información y aclaró que tal filtración no había existido.
Periodistas de medios independientes de El Salvador están preocupados por que la campaña de desinformación alrededor de la suspensión de apoyos de Estados Unidos vaya a derivar en una posible persecución legal del gobierno de Bukele, dijo Barrera.
Representantes de medios como Revista Factum, Voz Pública, MalaYerba, Focos TV y Revista Elementos, además de Gato Encerrado, se reunieron tras darse a conocer la orden ejecutiva de Trump para armar una estrategia conjunta para defenderse de la narrativa de desprestigio y buscar opciones alternativas de financiamiento.
El grupo lanzó el 3 de febrero un video en redes sociales en el que hablan de la importancia que tiene el periodismo libre y el financiamiento de la cooperación internacional en la democracia y en las decisiones que toman los ciudadanos salvadoreños.
“Una cosa que nos preocupa muchísimo es que esta narrativa, cuando comience a cobrar fuerza, y a tener algún tipo de eco en la población, en las grandes audiencias, comience a dar pie para perseguir penalmente [a periodistas]”, dijo Barrera. “Al final lo que buscan es desgastar a los medios e incluso también meter en la cárcel a periodistas de medios independientes solo porque han sido críticos”.
Vincular a periodistas críticos del poder con esquemas criminales tampoco es algo nuevo en El Salvador. En 2020, Bukele acusó de lavado de dinero al medio digital El Faro, el cual fue sometido a auditorías por parte del Ministerio de Hacienda. La persecución, además de continuo acoso y denuncias de espionaje a sus periodistas, derivó en que El Faro terminara trasladando sus oficinas administrativas y jurídicas a Costa Rica en abril de 2023.
“El gobierno de El Salvador ha estado siempre viendo las formas de querer involucrar a los medios en algún esquema de lavado de dinero o en formas de persecución penal”, dijo Barrera. “No tengo ninguna duda de que sea así [en esta ocasión]. Nosotros ya lo hemos visto en otras ocasiones, y es que estamos viendo el mismo patrón”.
Barrera dijo que, mientras las acusaciones de Bukele y otros líderes autoritarios a medios que reciben fondos de la cooperación internacional son lanzadas sin pruebas, el trabajo de los periodistas salvadoreños tiene suficiente respaldo en evidencia para defenderse.
“Cada afirmación que se hace en un reportaje o en una publicación, todo tiene un respaldo. Nosotros hacemos un trabajo de investigación, seguimos el método periodístico, no somos parte de ningún grupo de conspiración contra el gobierno”, dijo. “Es la naturaleza misma del periodismo el arrojar luz sobre la oscuridad en la que se quiere mantener los trapos sucios”.
Por su parte, la periodista que pidió el anonimato dijo que ve una tendencia entre los líderes autoritarios del continente de ver la suspensión de fondos a medios independientes como una oportunidad para quitarse de encima la labor del periodismo de hacer al gobierno rendir cuentas.
Hoy, en El Salvador, el periodismo independiente resiste pese a estar otra vez bajo amenaza. pic.twitter.com/lxfurILLi2
— Factum (@RevistaFactum) February 3, 2025
“A la gente que está en el poder le molesta que haya actores en la sociedad que hagan contraloría de la labor pública”, dijo. “[Decir que los medios que reciben fondos de Estados Unidos] es una narrativa que se está utilizando de manera era muy conveniente para tratar de eliminar de la sociedad los espacios de contraloría”.
Paradójicamente, son esos mismos gobiernos autoritarios los que han tratado de asfixiar a la prensa independiente mediante el bloqueo de otras formas de financiamiento. Eso ha orillado a muchas redacciones a depender de los apoyos de entidades internacionales, dijo Nieves.
“Es ahí donde está la trampa y la falacia, porque uno tiene que recurrir a este tipo de fondos de cooperación internacional porque en los países nuestros no tenemos la manera de vender publicidad, ni de que haya un fondo de gobierno público que sea equitativo y accesible para todos”, dijo Nieves. “Ellos controlan los recursos y las economías de nuestros países y nos hacen imposible sostenernos de otra manera que no sea esa”.