En un intervalo de apenas 15 días, Brasil perdió a tres de los más grandes fotoperiodistas que se desempeñaron en la cobertura del poder político en la capital, Brasilia. Dida Sampaio (53), Orlando Brito (72) y Erno Schneider (87) marcaron una época con registros icónicos que cuentan la historia del país desde mediados del siglo XX hasta nuestros días, pasando por la dictadura militar y el proceso de redemocratización. En una desafortunada coincidencia, murieron por causas naturales con poco tiempo de diferencia.
En reconocimiento a su trabajo, los tres han ganado importantes premios de la prensa brasileña, como el Esso (ahora extinto) y el Vladimir Herzog, e incluso reconocimientos internacionales, como el World Press Photo Prize, otorgado por el Museo Van Gogh en Holanda.
“La cobertura política es muy agotadora. Hay turnos de horas y horas para, a veces, uno o dos ‘clics’, en situaciones cada vez más difíciles… (Los tres) tenían la anticipación de la mirada. Presentían lo que iba a suceder en cuestión de segundos. Lo grandioso del fotoperiodismo es mostrar la verdad a pesar de las apariencias en cuestión de segundos. Si no lo haces, pierdes”, dijo a LatAm Journalism Review (LRJ) el fotoperiodista Alcyr Cavalcanti, presidente de la Asociación Brasileña de Reporteros Fotográficos y Cinematográficos.
Presente en varios libros de historia de Brasil, la foto del entonces presidente Jânio Quadros con las piernas torcidas, el 21 de abril de 1961, es inolvidable para muchos brasileños, y siempre surge cuando se menciona el nombre del exgobernante. Más que la curiosidad de la posición en que fue fotografiado Jânio, la imagen, realizada por el fotoperiodista Erno Schneider, simbolizaba a un presidente confuso y lleno de contradicciones, en medio de una reunión con el presidente de Argentina, Arturo Frondizi, en la frontera entre los dos países
“Mientras Jânio iba a encontrarse con Frondizi en el puente, en medio del puente, decidió caminar. Y caminaba, yo lo seguía desde un lado. De repente, hubo un tumulto. Se dio la vuelta. En ese momento , vi que estaba todo raro, todo torcido. Sentí que tenía una foto diferente. Entonces, hice ‘clic’. Fue solo un disparo”, dijo Erno Schneider al programa Fantástico, de TV Globo, en una entrevista de 2002.
Apenas cuatro meses después de haber sido captado a través de la lente de Schneider, Jânio renunció a la presidencia, en un periodo que duró cerca de ocho meses. La icónica foto le valió al fotógrafo y al Jornal do Brasil, el medio para el que trabajaba en ese momento, el Premio Esso de Fotografía en 1962.
Un gaúcho de la ciudad de Feliz, el “Alemán”, como lo conocían sus amigos, murió el 8 de marzo a los 87 años, tras una caída en su casa. Además de trabajar para el Jornal do Brasil, también trabajó en el diario O Clarim, en Rio Grande do Sul, dirigió el departamento de fotografía de Correio da Manhã y fue editor de fotografía del diario O Globo.
“El fotoperiodismo pierde un referente, pero también un ser humano amable que enseñó a mucha gente. Dejará un gran vacío, pero estamos agradecidos por el legado que deja. Fue uno de los más grandes de Brasil”, dijo en un comunicado Rodrigo Ziebell, presidente de la Asociación de Reporteros Fotográficos y Cinematográficos de Rio Grande do Sul (Arfoc-RS).
Francisco de Assis Sampaio, de Ceará, o simplemente Dida Sampaio, de 53 años, fue víctima de un accidente cerebrovascular (ACV) el 25 de febrero. Le sobreviven su esposa Ana y sus hijos Raíssa, Felipe y Gabriela. Después de pasar por Jornal de Brasilia y Correio Braziliense, llegó al diario O Estado de S.Paulo en 1994. Allí, se destacó por la cobertura de las autoridades de Brasilia, incluido el Premio ExxonMobil (antes Esso, el más tradicional de la prensa brasileña) de Fotografía 2015.
La imagen victoriosa capturó un paseo en bicicleta de la entonces presidenta Dilma Rousseff en el momento en que se iniciaba la acusación de “pedaleo fiscal” que serviría de base para su proceso de juicio político en 2016. El “pedaleo fiscal” es una técnica de contabilidad no oficial en la que el gobierno temporalmente usa dinero de bancos del estado sin declarar un préstamo. La composición de la foto también incluye una pancarta de fondo que dice “Lava Jato” (lavado de autos), el mismo nombre del operativo de la Policía Federal que reveló esquemas de corrupción y llevó a prisión a varios políticos.
“Esa foto fue absoluta. Hay varios factores que llevaron a conseguirla. Hubo suerte, pero también olfato periodístico. Estas fotos definitivas son una locura. Un gran fotoperiodista también va detrás de las noticias”, dijo Cavalcanti.
Sampaio, sin embargo, fue más allá de la cobertura de los líderes políticos. En el mismo año que ganó el Esso de Fotografía, también ganó la categoría Regional Sudeste, por el especial Favela Amazônia, en sociedad con el reportero Leonencio Nossa. La obra contaba la historia del avance del narcotráfico, las milicias y el crimen organizado territorial en la selva amazónica.
“Mucho más que un incansable cazador de primicias, Dida buscaba un registro de una historia viva. Así, trató de relatar una cotidianidad siempre conflictiva, dramática, contradictoria y también tierna y sencilla”, escribieron los periodistas Leonencio Nossa y Andreza Matais en el periódico Estadão.
Tras ganar el Premio Abril de Fotografía -fueron 11 en total-, Orlando Brito fue considerado “hors concours”, único en su tipo. La cantidad de trofeos acumulados y el título que le otorgan hablan de un fotoperiodista que atravesó generaciones y se mantuvo en lo más alto, influyendo en una multitud de profesionales.
En 1979 fue coronado como el primer brasileño en ganar el premio World Press Photo, el más renombrado del fotoperiodismo mundial, por una secuencia de fotos de un ejercicio militar que publicó en el diario O Globo. Las fotos muestran a dos militares cayendo de una tirolesa. En ese momento, el régimen autoritario liderado por las Fuerzas Armadas se dirigía a su fin.
Originario del estado de Minas Gerais, Brito murió el 11 de marzo, a la edad de 72 años, por complicaciones de una cirugía intestinal. Le sobreviven una hija, Carolina; y dos nietos, Theo y Thomas.
Después de iniciar su carrera como técnico de laboratorio en Última Hora, en Brasilia, el fotógrafo trabajó como fotoperiodista o editor en algunos de los medios más prestigiosos de la prensa brasileña, como el diario O Globo, la revista Veja, el Jornal do Brasil y la revista Caras; en esta última, presentó sus fotos en 113 portadas entre 1982 y 1998. En la fase final de su carrera, se convirtió en un profesional independiente y fundó la agencia Obrito News.
“La dimensión de Brito como testigo y biógrafo visual del poder en Brasil no tiene paralelo, ni en calidad, ni en cantidad ni en longevidad. A cada uno de los 15 presidentes de la República (y sus respectivos séquitos) observados casi a diario desde 1964, Brito le dedicó una tenacidad única”, escribió la periodista Dorrit Harazim en O Globo. “Estaba tan familiarizado con las figuras de Brasilia que sabía cómo captar incluso los cambios de humor reprimidos. Nada se le escapó, ni rehúyo de las más somnolientas agendas oficiales”.
*Foto de portada: Pedro França/Agência Senado.