La libertad de prensa en Brasil se convirtió en rehén de la violencia contra los periodistas en 2012. A pocos días de finalizar el año, otro caso emblemático demuestra la escalada de agresiones y amenazas contra el ejercicio de informar. El galardonado periodista investigativo Mauri Konig, director de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji) y reportero especial de Gazeta do Povo, en Paraná, tuvo que abandonar su lugar de residencia y refugiarse en un sitio seguro después de recibir amenazas de muerte.
Konig y su familia fueron objeto de intimidaciones por medio de llamadas telefónicas realizadas a las oficinas del diario, después de publicar artículos que denunciaban casos de corrupción y abusos policiales en el estado. En una de las llamadas, un desconocido advirtió que cinco agentes de policía de Río de Janeiro se trasladaron a Curitiba para atacar la casa del reportero.
Un día antes de que Konig necesitara buscar un lugar seguro para él y su familia, el periodista André Caramante, del Folha de S. Paulo, regresaba después de tres meses de exilio. El periodista fue perseguido y tuvo que abandonar el país después de escribir un artículo sobre Paulo Telhada, ex-comandante de las Rondas Ostensivas Tobias de Aguiar (ROTA), un brazo de la Policía Militar, y concejal electo de São Paulo, quien utilizó su página de Facebook para pregonar la violencia contra supuestos delincuentes.
Estos dos casos recientes ilustran el creciente riesgo que enfrentan los periodistas brasileños, principalmente los que cubren temas delicados como narcotráfico y corrupción. En medio de este escenario de hostilidades, la Secretaría de Derechos Humanos anunció que estudia la creación de un programa federal específico para la protección de los periodistas amenazados en Brasil, informó Uol.
Informes indican aumento en muerte de periodistas
Brasil aparece, en el año 2012, como uno de los países más mortíferos del mundo para los periodistas, según los análisis de las principales organizaciones internacionales defensoras de la libertad de prensa. Todas ellas registran un aumento significativo de la violencia con relación a años anteriores.
Según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras, Brasil cierra el año como el 5º país más peligroso del mundo para los profesionales de la prensa, con cinco asesinatos por motivos relacionados con la profesión. En 2011, fueron tres.
Previamente, la organización Press Emblem Campaign había resaltado que nunca antes hubo tantas muertes de periodistas en Brasil y clasificó al país como el 4º peor del mundo, empatado con México, para el ejercicio del periodismo. La organización registró 11 casos de asesinatos de periodistas este año, el año pasado fueron 6.
Un análisis de fin de año del Comité para la Protección de los Periodistas sobre los profesionales asesinados en cumplimiento de su deber, cita cuatro casos ocurridos en Brasil, la mayor cifra anual en una década. Según la entidad, el país es históricamente uno de los más peligrosos para la prensa, sin embargo había registrado pocas muertes entre 2005 y 2010, haciendo que este reciente aumento, en el número de casos, sea especialmente preocupante.
Las diferencias entre las cifras publicadas depende de los criterios utilizados por cada una de las organizaciones para determinar si el crimen está o no relacionado con la actividad periodística de las víctimas.
Entre los periodistas asesinados citados por las organizaciones se encuentran: Laecio de Souza (Bahia), Mario Randolfo Marques (Rio de Janeiro), Paulo Roberto Cardoso Rodrigues (Mato Grosso do Sul), Divino Aparecido Carvalho (Paraná), Onei de Moura (Paraná), Decio Sa (Maranhão), Valerio Luiz de Oliveira (Goiás), Luis Henrique Georges (Mato Grosso do Sul), Anderson Leandro da Silva (Paraná), Edmilson de Souza (Sergipe) y Eduardo Carvalho (Mato Grosso do Sul).
La mayoría de ellos perdió la vida tras denunciar la influencia de las mafias criminales en sectores políticos y económicos, casos de corrupción de autoridades locales y delitos relacionados con el narcotráfico.
La falta de una investigación rigurosa de estos crímenes es una de las razones por la que estos continúan. En Brasil, sólo el 10% de los homicidios son resueltos, según un estudio divulgado por el diario O Globo. Esta baja tasa refleja porqué el país está incluido en el Índice de Impunidad del CPJ.
La época de elecciones municipales, que se realizó en octubre, también contribuyó al clima de inseguridad de los periodistas, quienes sufrieron intentos de censura y agresiones por parte de los candidatos o de sus simpatizantes.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.