Durante 2021, un año de elecciones presidenciales y congresales y segundo año de la pandemia de la COVID-19, la prensa sufrió 105 agresiones en la capital peruana, Lima, de un total de 206 agresiones en todo el país, según el informe de ataques a la libertad de prensa de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP).
Si bien el número de agresiones a periodistas a nivel nacional disminuyó, en comparación con los 239 que registró la ANP durante 2020, la capital limeña vivió un incremento récord.
A nivel nacional, los tres tipos de ataques más frecuentes contra periodistas fueron las amenazas y el hostigamiento (61), la agresión física y verbal (58) y la intimidación judicial (31). La organización también documentó 15 ciberataques, 15 casos de discursos estigmatizantes, 14 trabas a la información, 9 afectaciones o despidos laborales, 2 detenciones y un robo.
Los agresores principales fueron personas y agrupaciones de la sociedad civil y funcionarios del Estado, de acuerdo con el reporte.
La presidenta de la ANP, Zuliana Lainez, dijo en entrevista con LatAm Journalism Review (LJR), que los tres contextos que le han tocado cubrir a los periodistas del país durante 2021 han sido muy complejos. De acuerdo con Lainez, estos serían: la pandemia; la tensión entre las fuerzas del orden y la prensa, debido en parte a las restricciones del primer año de la pandemia; y las elecciones generales en una coyuntura de polarización social.
El fenómeno de la polarización social y la desinformación que se agudiza en el contexto de la pandemia es un fenómeno mundial que también afecta a los peruanos en su actual coyuntura política.
“Estamos viviendo, a nivel de la región y a nivel mundial, escenarios sociales con crispamientos importantes por la actuación de grupos, muchos de ellos de extrema derecha, que estigmatizan la labor de esa prensa que les es incómoda”, dijo Lainez.
Esto se sumaría a la concentración de medios, que en el caso de un grupo mediático particular alcanza el 80% en el país e influye de manera importante en la opinión pública, dijo Lainez.
Lainez identifica la crisis periodística que vivió Perú durante el año electoral 2021 como el segundo momento más crítico para el periodismo en la historia reciente de Perú. El primer momento, sostuvo, sería cuando cayó el régimen de Fujimori tras la publicación de los “Vladivideos” en el año 2000. La confianza del público en la prensa se vio muy afectada, y reconstruirla fue un trabajo muy duro, expresó Lainez.
En los vladivideos, como se les llamó a los videos que hizo Vladimiro Montesinos, el entonces asesor presidencial de Alberto Fujimori (1990-2000), se vio desfilar a los entonces propietarios de los principales medios de comunicación peruanos por la salita del Sistema Nacional de Inteligencia (SIN) durante los años noventa, y recibir grandes cantidades de dinero en efectivo de manos de Montesinos, a cambio de favores editoriales de sus medios que fueran positivos para el gobierno.
“Y como sucedió en [el contexto de] los 90 y sucede ahora, la actuación de los propietarios de medios ha sido terrible”.
En las elecciones de 2021, las posturas editoriales sobre los candidatos presidenciales no solo se quedaron en las columnas de opinión, pues se reflejaron también en la sección informativa, señaló Lainez. En ese sentido, señaló, hubo una simbiosis entre el avance de los grupos ultraconservadores con la actuación de la prensa concentrada.
“Es un atentado contra un principio básico del periodismo, el romper el equilibrio informativo”, expresó Lainez.
El Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana determinó en junio de 2021 que los principales canales de TV y medios impresos del país –del mayor conglomerado mediático– violaron sus principios rectores durante la cobertura electoral de 2021, “afectando gravemente la libertad de expresión”.
Otro de los puntos que se destaca en el informe es la falta de un mecanismo de protección para periodistas como el que tiene México o Colombia. Lo único que existe en Perú, y que se aplica desde 2021 a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, es un mecanismo de defensores de derechos humanos.
Este mecanismo incluye en el grupo de protección a periodistas, dirigentes de comunidades indígenas, activistas de derechos humanos, entre otros, según determinó la Defensoría del Pueblo en 2020. “Es un protocolo que quizás pretende seguir un poco la línea de lo que hay en la región, los mecanismos más conocidos en América Latina”, dijo Lainez.
“Hace más de 5 años que venimos pidiéndole a los distintos ministros del Interior que han pasado por esa cartera que nos sentemos a hablar, periodistas y Policía Nacional del Perú, de manera puntual, para buscar una ruta de entendimiento”, dijo Lainez. En 2019, la ANP consiguió dialogar con uno de los ministros a cargo y quedaron en programar una primera reunión de trabajo que nunca se concretó, añadió.
Los mecanismos de protección para periodistas son una responsabilidad del Estado, no solo de los medios, empleadores y de los propios periodistas, señala la ANP en su informe.
Otro aspecto que destaca el informe es que la mayoría de periodistas agredidos son hombres, con 115 casos, frente a 55 de ataques a periodistas mujeres.
En las redacciones aún “prima la cultura machista”, opinó Lainez, a pesar de que existe una gran población femenina que estudia periodismo, agregó.
“Tengamos en cuenta de que en esto ya no hay techo de cristal, hay techo de concreto, o sea, las mujeres en jefaturas de medios no llegan ni al 25% en Perú y los jefes, que la mayoría de veces son hombres, cuando son temas de protesta social, privilegia mandar hombres a esa cobertura”, dijo Lainez al tiempo que señaló que, en general, el acceso laboral a nivel nacional también es desfavorable en cuestiones de género.
El 2022 no pinta un escenario más prometedor para la prensa peruana, pues será otro año de elecciones, esta vez de autoridades locales y regionales.
“La polarización está ahí y se sigue profundizando”, dijo Lainez. “Siempre está la amenaza de vacancia al presidente y el presidente, que tiene animadversión con la prensa concentrada por todo lo que pasó en campaña, pero que además no contribuye tampoco con los temas de transparencia y acceso a la información”, concluyó.