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Cierre de 400 medios en 20 años agrava crisis de desempleo en el periodismo venezolano

  • Por Ivanna Laura Ordoñez
  • 31 mayo, 2024

*Este texto fue publicado originalmente en el medio digital venezolano Crónica.Uno. Partes del texto han sido editadas por LatAm Journalism Review, con autorización de la autora, por fines de estilo.

 

Una reducción de personal dejó sin empleo a Mairet Chourio, una fotoperiodista con 13 años de experiencia en medios tradicionales y digitales en Venezuela.

El 14 de diciembre de 2023 recibió la noticia de que era imposible sostener a toda la nómina del medio para el que trabajó por cuatro años, en Caracas.

Otra reducción de personal en un medio digital también es la razón de que Gladylis Flores, una periodista de 30 años de edad del estado Bolívar, al sur de Venezuela, no tenga empleo formal desde el año 2022. 

Desde su despido, Flores ha participado en proyectos periodísticos y académicos que solo duran entre tres y seis meses. Esto y la venta de comida [de forma informal] es lo único que le ha permitido generar ingresos en los últimos años.

Menos acceso a la información, disminución de coberturas periodísticas y bajas oportunidades laborales para periodistas y fotoperiodistas son algunas de las consecuencias de la falta de medios de comunicación en Venezuela.

En 20 años del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro van 400 medios de comunicación menos, entre impresos, radios, canales de televisión y plataformas digitales, según el informe Situación del Derecho a la Libertad de Expresión en Venezuela de Espacio Público.

Y aunque los más afectados son los medios tradicionales, en la actualidad los medios digitales enfrentan sus propias limitaciones, sobre todo por el contexto económico y político complejo del país. 

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Gladylis Flores encontró una forma de hacer dinero lejos de la comunicación social y el periodismo. Vender pastichos [lasaña] le dio la oportunidad de un nuevo comienzo. (Foto: Gladylis Flores)

“Conseguir trabajo en las regiones es mucho más difícil, porque se quiera o no, la mayoría de los buenos proyectos están concentrados en Caracas. Los medios regionales no tienen recursos y el pago es muy malo”, dijo Flores.

Para Chourio, desde Caracas, “el panorama es desolador” porque no hay oportunidades para nuevos ingresos. 

“Hace cinco años me retiré de un trabajo en un medio de comunicación porque el sueldo no me alcanzaba y gastaba mucho en transporte. Después de renunciar solo estuve un mes sin trabajo. Al poco tiempo me llamaron de otro. Pero, hoy las cosas son distintas”, dijo Chourio, quien tiene ahora cinco meses desempleada.

 

Dedicarse a otras cosas

Flores encontró una forma de hacer dinero lejos de la comunicación social y el periodismo. Vender pastichos [lasaña] le dio la oportunidad de un nuevo comienzo. Además, la cocina es un oficio que cada vez más atrapa su atención, aunque el aumento de los precios en Venezuela hacen compleja la venta.

“Me iba súper bien. Los vendía los fines de semana nada más. 500 gramos por cinco dólares, la ganancia no era mucha, pero era un ingreso”, dijo la periodista. “[En una ocasión] unas personas me quedaron debiendo [dinero] y me desanimé. Ciudad Bolívar es medio complicada a nivel económico, es una ciudad sin fuentes de producción y es bastante difícil para los emprendimientos”.

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En 20 años del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro 400 medios de comunicación han cerrado, según el informe Situación del Derecho a la Libertad de Expresión en Venezuela de Espacio Público. (Foto: Gleybert Asencio)

Chourio se plantea buscar otro oficio y dejar a un lado la fotografía. 

“Lo quiero hacer y estoy dispuesta, pero no tengo otra experiencia que pueda aplicar a otra área. Además, como todo, hay que actualizarse, formarse, pero cómo se hace si la precarización nos ha llevado a vivir con solo lo justo”, dijo.

 

La comida rápida y el periodismo

Jhonattam Petit, periodista en el estado Falcón, usó las redes sociales para contar que por las noches se encarga de un carrito de perro caliente. Esta labor le permite “ganarse el pan”, a diferencia de su profesión que ejerce desde hace seis años pero sin mayores ganancias económicas.

Aparte del emprendimiento de comida rápida, a sus 29 años de edad, Petit creó una iniciativa de periodismo hiperlocal que consiste en la grabación de audios con reportes de noticias que envía por las noches a su audiencia de más de 360 personas en un grupo de WhatsApp. Esto no le genera ganancias, pero le permite mantenerse activo dentro de la comunicación.

“Entendí que mi realidad es otra y que necesito dinero. Descubrí que puedo hacer algo más que notas de prensa, descubrí que hay un mundo más allá de la comunicación que no está mal explorar. Tener un nombre como periodista no es malo, pero tener plata [dinero] es mucho mejor”, añadió.

 

Otras limitaciones

“Mantener el funcionamiento de los medios de comunicación digitales se ha convertido en una gincana de esfuerzos agotadores”, dijo Laura Helena Castillo, periodista y cofundadora de El Bus TV.

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Jhonattam Petit, periodista en el estado Falcón, usó las redes sociales para contar que por las noches se encarga de un carrito de perro caliente. (Foto: Jhonattam Petit)

“En Venezuela esta situación es todavía más complicada. Las dificultades de financiamiento han ido en aumento en la medida en la que el interés por apoyar proyectos periodísticos venezolanos ha disminuido para las organizaciones internacionales, no solo por la dilatada complicación local, sino por el surgimiento de conflictos urgentes como las guerras en Ucrania y Gaza”, agregó.

Desde hace muchos años, las empresas no pautan publicidad en los medios digitales venezolanos, por varios motivos: desconocimiento del impacto de su inversión en el ecosistema digital, temor por el contexto político y preferencia por las redes sociales como mecanismo directo de marketing.

“Las grandes cabeceras de medios en Estados Unidos o España, lograron un número de suscriptores que ayudan a mantener el funcionamiento de las operaciones, pero en un país como Venezuela, con uno de los salarios mínimos más bajos del mundo, esto no es una opción por los momentos. La cultura de la suscripción será una buena noticia que probablemente llegue con las mejoras económicas”, añadió la cofundadora de El Bus TV.

Pero el factor económico no es lo único a lo que se enfrentan los medios digitales en Venezuela. La censura estatal a través de bloqueos, o impedimentos al trabajo de la prensa, limitan aún más el acceso y difusión de información en línea.

Una realidad que se evidencia en los 190 bloqueos a páginas web de medios ejecutados por organismos estatales que registró la organización no gubernamental Espacio Público entre el 2010 y 2022.

Marysabel Rodríguez, investigadora y coordinadora del Programa Observatorio Social de Espacio Público, explica que a mayor nivel de libertad tenga un medio digital a la hora de difundir información, más puede convertirse en “un objetivo a reprimir”. 

“Por eso vemos tanta sensibilidad de las autoridades o de altos funcionarios frente a lo que se difunde en medios digitales, porque son los que difunden aquellos contenidos que están censurados en el ecosistema de medios tradicionales”, dijo Rodríguez. “Eso aumenta el riesgo [de los medios digitales], pero también habla de la necesidad de protegerlos, porque son los pocos espacios libres en los que puede circular información de calidad”.

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