Contrarrestar las narrativas de odio, escuchar a la comunidad migrante, proporcionar información de utilidad y monitorear políticas migratorias son algunas prácticas que periodistas que informan sobre y para comunidades migrantes en América Latina recomiendan implementar para ofrecer una mejor cobertura de inmigración de cara a la segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.
La nueva administración en la Casa Blanca representará múltiples retos en términos de comunicación, debido al clima de miedo, confusión y desinformación que se generó luego que el presidente entrante anunció sus planes de control de la inmigración.
La prensa debe estar alerta y prepararse para evitar contribuir a ese clima, dijeron periodistas de migración consultados por LatAm Journalism Review (LJR).
En términos de cobertura migratoria, durante la primera presidencia de Trump muchos medios de noticias erraron al optar por contar las narrativas de los políticos en lugar de las de los propios migrantes, dijo Patricia Mercado, fundadora y directora de Conexión Migrante, un medio nativo digital mexicano dedicado a informar a migrantes latinoamericanos en o hacia Estados Unidos. Y eso hizo mucho daño, agregó.
Para esta segunda administración de Trump, los periodistas deben trabajar juntos para transformar las narrativas impuestas por los políticos, que suelen generar odio, miedo y división, en narrativas más completas, recomendó Mercado.
“Es cierto, Donald Trump nos da unas cabezas preciosas. Cada declaración suya es brutal y llama la atención, y la gente la consulta. Es una tentación muy grande”, dijo Mercado a LJR. “Pero siempre debe estar atrás la reflexión de qué más puedo hacer. O sea, sí voy a publicar esto, pero ¿cómo le hago para explicarle a las personas lo que realmente significa lo que dijo?”
Cindy Espina, periodista independiente guatemalteca especializada en migración y miembro de la colectiva Narrativas de Fronteras desde los Feminismos, dijo que existe un consenso entre periodistas especializados en migración sobre que es necesario contrarrestar las narrativas negativas sobre migración con narrativas enfocadas en derechos humanos o con ángulos que resalten las partes positivas de la migración.
Estas nuevas narrativas, agregó, deben evitar hacer ver a los migrantes como “los otros” y mostrar empatía hacia ellos.
“Los migrantes también están creando y aportando a las comunidades y creo que eso es valioso contarlo en medio de discursos que van a hacer a diario el presidente y los funcionarios en contra de la población migrante”, dijo Espina a LJR. “Llenar más nuestras publicaciones de estas historias creo que es una vía poco explorada en la que podemos contrarrestar estos discursos anti derechos de los migrantes”.
Mercado coincide en que las nuevas narrativas sobre migración deben sembrar la reflexión en la sociedad sobre cómo se puede integrar a los migrantes en los países destino y cómo asimilar mejor sus aportaciones.
“¿Cómo hacemos para explicarle a la gente que la migración no es mala, que la migración trae progreso, trae desarrollo, trae diversidad?”, dijo Mercado. “No hemos pintado esa historia. Siempre pintamos una historia de tragedia, de crisis. Solo estamos contando la mitad de la historia”.
Las “narrativas de la esperanza” y la diversidad de voces son la principal estrategia del medio guatemalteco Prensa Comunitaria para contrarrestar las narrativas de miedo, desinformación y odio que existen hacia la comunidad migrante. El medio cuenta con una amplia cobertura sobre la migración de las comunidades indígenas de ese país centroamericano.
“A mayor diversidad de voces y de perspectivas para hacer este tipo de periodismo podemos darnos más a la verdad histórica y a lo que la gente está sintiendo, viviendo y planteando”, dijo a LJR Quimy de León, fundadora y directora del medio. “Eso también es una de las alternativas frente a la desinformación, a los discursos polarizantes que pretenden crear una verdad única y dominante”.
Como ejemplo de esas “narrativas de la esperanza”, De León mencionó los reportajes que ha producido Prensa Comunitaria en semanas recientes sobre cómo los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos se están organizando ante las posibles medidas del gobierno entrante, o las coberturas de otros medios sobre el aporte de la comunidad migrante en los incendios en Los Ángeles.
En estas nuevas narrativas, el correcto uso del lenguaje juega un papel fundamental, dijo Espina. Este lenguaje debe también ir alineado al enfoque de derechos humanos y debe evitar el uso de analogías, términos alarmistas y frases revictimizantes, agregó.
“Estamos hablando de personas con derechos, que muchas de ellas han sido víctimas en sus países de origen, en el tránsito y también en su país de destino”, dijo Espina. “Debemos cuidar que nuestras palabras y la forma en que reporteamos no revictimice a las personas”.
Los periodistas también deben cuestionarse al utilizar el término “crisis migratoria”, ya que se ha visto que contribuye a profundizar los discursos anti inmigrantes de los políticos, dijo Espina.
“¿De verdad la crisis es migratoria o es una crisis creada para que resulte en una crisis humanitaria en las fronteras?”, cuestionó Espina. “Debemos interpelarnos cada vez que vamos a escribir esa palabra. ¿Qué es lo que realmente está pasando? Son crisis humanitarias en las fronteras debido a decisiones políticas y administrativas de los gobiernos”.
Ante el clima de miedo y confusión que impera entre la comunidad migrante actualmente, la información de calidad debe ser la principal herramienta, dijo Mercado. Esta no solo contribuirá a contrarrestar las narrativas de odio, sino que también ayudará a los migrantes a tomar mejores decisiones.
“Nos falta explicar los fenómenos. La xenofobia que hay en las comunidades aquí en México, en Estados Unidos, y en todos lados es porque la gente no tiene la información. Y no es culpa de ellos”, dijo Mercado. “Es un momento de reflexión y de decir ‘¿cómo voy a contar las historias?’, porque eso evidentemente afecta a la sociedad”.
Conexión Migrante inició este mes un proyecto para llevar al video algunos de sus contenidos más buscados en el sitio, contó Mercado. El objetivo, dijo, es fortalecer el canal de YouTube del medio para capacitar a los lectores sobre procesos y trámites.
Ante las amenazas de acciones radicales de Trump, como deportaciones masivas, el medio digital Estoy en la Frontera, perteneciente al diario La Opinión, con sede en la frontera entre Colombia y Venezuela, se está preparando para ofrecer información útil para migrantes de estos países que pudieran resultar afectados.
Keila Vilchez, editora del medio, dijo que mientras que La Opinión cubriría los temas noticiosos de los posibles cambios en políticas migratorias, Estoy en la Frontera se enfocaría en proporcionar a los migrantes información en forma de rutas de servicio y canales de atención ante sus necesidades.
“Es preferible que la gente sepa realmente qué es lo que tiene que hacer”, dijo Vilchez a LJR. “Hay que ver cuáles son precisamente esas políticas que se van a implementar para ver cómo vamos a enrutar nuestros contenidos. Siempre ha sido de la línea de Estoy en la Frontera buscar contenidos que ayuden a la gente”.
Por ejemplo, dijo Vilchez, en caso de existir deportaciones de venezolanos o colombianos, la prioridad sería investigar a dónde llegarían esos vuelos, ya que eso normalmente depende de la relación de Estados Unidos con los países de origen de los deportados, así como proporcionar información sobre cómo los migrantes venezolanos pueden regularizar su estatus una vez en Colombia.
También, agregó, buscarán informar sobre el proceso legal que existe detrás de una deportación y las instancias a las que un migrante en proceso de deportación puede recurrir.
“El enfoque será darles las herramientas para la regulación, porque cualquier proceso de migración en cualquier país del mundo inicia con un proceso de regulación satisfactorio”, dijo Vilchez. “Hemos trabajado nuestras coberturas en ese sentido, siempre tratando de promover una migración segura, donde las personas no corran riesgos”.
Contenido sobre temas como los derechos de los migrantes, las instituciones a las que pueden acudir, las líneas de emergencia a su alcance o qué hacer si un oficial de migración toca a su puerta también serán de mucha utilidad en medio del actual clima de temor, agregó por su parte Espina.
“A veces subestimamos mucho dar este tipo de información porque no son los temas duros, como qué dijo tal político, o un análisis”, dijo Espina. “Las personas sí enfrentan un miedo, y creo que al darles estas herramientas, estos recursos de información, se puede aportar un poco a apaciguar esas emociones y ese temor que sienten”.
Ante la ola de posibles políticas y medidas en materia de migración que podrían presentarse en la región, Espina recomendó a los medios realizar monitoreos y crear bases de datos para tener control sobre toda la información y evitar confundir a las personas.
“Ahorita van a venir muchas cosas, por lo que hacer un monitoreo en una página de Excel o cualquier otra herramienta va a ser muy útil”, dijo. “Por ejemplo, sobre los países que reportan las deportaciones, para ir viendo qué tanto se van incrementando, qué tipo de población están deportando y todo eso, para informar bien o para detectar alguna anomalía y empezar a investigar y seguirle la línea a eso”.
Uno de los principales aprendizajes que dejó la primera administración de Trump al equipo de Conexión Migrante fue aprender a escuchar a la comunidad migrante, dijo Mercado. Desde su fundación, en 2016, el medio ha tenido el reto de construir una relación de confianza con una comunidad migrante vulnerada, que no confía en nadie y que tiene miedo. Y para ello, el saber escuchar ha sido fundamental.
“No hay que olvidarnos que los migrantes no solamente son números, ni países, sino que son personas y que debemos tener la capacidad de escucharlos. No de entrevistarlos, de escucharlos”, dijo Mercado. “Los medios y los periodistas debiéramos estar más alertas a la desinformación que hay alrededor de la comunidad, porque pues son una comunidad que como está en una situación de vulnerabilidad cae muy fácilmente en la desinformación”.
Las principal forma en la que Conexión Migrante escucha a su audiencia es a través del Centro de Atención al Migrante, un call center para dar información y acompañamiento a la comunidad migrante. A través de este, el medio ha atendido a más de 100 mil personas en ocho años, dijo Mercado.
“Para nosotros es fundamental escuchar a las audiencias para saber qué es lo que ellos necesitan y ahí se dio la fórmula perfecta”, dijo Mercado. “Estamos estudiando, creando nueva información y hablando mucho con la gente para saber cuáles son sus necesidades, porque sí van a suceder cosas que tenemos que tener la capacidad de explicarles”.
El equipo de Prensa Comunitaria también se está dando a la tarea de escuchar a su audiencia, que se conforma principalmente por miembros de las distintas diásporas de Guatemala en Estados Unidos. Hasta ahora, la desinformación y la difusión de miedo son los problemas que más les han externado, dijo De León.
“Hemos constatado que hay mucho miedo de la diáspora y de la comunidad migrante, aun entre los que tienen papeles, debido al discurso que se ha estado difundiendo en redes sociales y en otros canales por parte del presidente Trump. Sienten que existe el riesgo de la deportación, seas o no legal”, dijo la periodista.
Ante la segunda presidencia de Trump, la mirada de los periodistas de migración no debe estar solo en la frontera de Estados Unidos y México. Existen otras regiones y países en las que se podrían registrar cambios en los próximos meses, dijeron los periodistas consultados.
Uno de esos países es Venezuela, donde una encuesta reciente reveló que casi tres millones de personas tienen la intención de emigrar este año, tras el inicio del tercer mandato de Nicolás Maduro.
“Venezuela me preocupa muchísimo porque puede ser un factor que transforme nuevamente la migración”, dijo Mercado. “Hay que vigilar qué va a hacer Colombia, qué va a hacer Perú, qué va a hacer España, que son los países que más venezolanos reciben”.
La redacción de Estoy en la Frontera planea implementar una vigilancia de los primeros 90 días tanto de la segunda administración Trump como de la tercera de Maduro para dar seguimiento a las necesidades informativas que pudieran tener los migrantes.
“Vamos a estar pendientes de qué sucede”, dijo Vilchez. “Por ser [La Opinión] un periódico de frontera y estar en Cúcuta, por donde pasa como el 80 por ciento de las personas o que se quedan en Colombia o que simplemente pasan para ir a otros países, para el periódico siempre han sido prioridad estos temas”.
Centroamérica es otra región geográfica a tener en cuenta. En Guatemala existe el temor de que podría revivir la categoría del “tercer país seguro” que acordaron Trump y el expresidente Jimmy Morales en 2019, y que el presidente Biden anuló dos años después. Esta figura permitía que migrantes hondureños y salvadoreños que buscaban asilo en Estados Unidos fueran enviados a Guatemala a presentar sus solicitudes.
“Se está especulando de que ha habido presión del gobierno de Estados Unidos hacia el gobierno del presidente [Bernardo] Arévalo de aceptar o retomar esa figura del ‘tercer país seguro’, para que Guatemala sea como como el escudo migratorio de Estados Unidos para deportar a migrantes de Centroamérica”, dijo a LJR Francisco Simón, editor de territorios de Prensa Comunitaria.
En Panamá existen preocupaciones similares, luego que el año pasado el gobierno del presidente José Raúl Mulino firmó un acuerdo de entendimiento sobre cooperación en asuntos migratorios con Estados Unidos. Desde que asumió el cargo, el 1 de julio de 2024, Mulino ha enfatizado su intención de cerrar las fronteras del país a los migrantes que cruzan la región conocida como el Tapón del Darién en su camino a Norteamérica.
“El actual presidente de Panamá es muy apegado a la línea antiinmigrante de Donald Trump. En ese sentido, Panamá podría aplicar políticas de externalización de la frontera de Estados Unidos como sucedió en México”, dijo Espina. “La mayor atención en cuanto a monitoreo debe estar en Panamá y el Darién, porque se pueden dar nuevas dinámicas que puedan ocasionar otro tipo de violencia contra las personas migrantes”.
La vigilancia de los efectos y daños colaterales de las posibles nuevas políticas migratorias de los países también debe ser prioridad para los periodistas, dijo Espina.
Asimismo, los periodistas deben estar pendientes de qué va a suceder con políticas migratorias existentes, como es el caso de CBP One, la aplicación que lanzó Estados Unidos en enero de 2023 para que inmigrantes que en México puedan programar una cita en un punto fronterizo y solicitar un permiso humanitario. Esta herramienta está entre los programas que Trump ha prometido eliminar una vez llegando a la Casa Blanca.
“Uno de los temas más importantes es qué va a pasar con la aplicación de CPB One y todas las citas que hay ya autorizadas, y qué va a pasar con las personas que ya están en Estados Unidos esperando sus citas”, dijo Mercado. “Hay un montón de gente esperando sus citas y un montón de gente en México intentando hacer citas todavía”.