La selva amazónica es un peligro para todo aquel que desee internarse en sus entrañas, periodistas incluidos. Los recientes asesinatos del corresponsal de The Guardian Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Pereira dejaron al descubierto los riesgos que implica para el periodismo cubrir la Amazonía.
No obstante, existen medios, iniciativas y periodistas que han echado mano de innovadoras metodologías, estrategias y herramientas tecnológicas para esquivar los peligros al hacer coberturas en esta vasta región que se reparte en nueve países.
Usando inteligencia artificial, imágenes satelitales, georreferenciación y periodismo de datos, periodistas de Brasil, Colombia y Venezuela han desarrollado destacados reportajes que abordan de forma exhaustiva algunos conflictos ambientales y sociales que amenazan a la Amazonía.
En el estado venezolano de Amazonas, considerado la reserva forestal del país, está prohibido todo tipo de minería desde 1989. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado un incremento de actividad minera ilegal en esa zona, con consecuencias que incluyen la llegada de grupos del crimen organizado y la transformación del tejido social de la región.
Al tratarse de un territorio extenso -solo el estado Amazonas tiene una superficie similar a la de todo Uruguay- y con múltiples complejidades, Joseph Poliszuk, cofundador del sitio de periodismo de investigación Armando.info, sabía que el fenómeno debía cubrirse de manera integral. Sin embargo, los múltiples riesgos que representa la Amazonía hacían casi imposible iniciar una investigación en el terreno.
“Se podía hacer el esfuerzo de ir a un sitio o a dos, pero la idea era trascender la denuncia y la crónica e ir más allá”, dijo Poliszuk a LatAm Journalism Review (LJR). “Queríamos hablar de un fenómeno y cubrirlo desde un solo sitio era muy difícil. Es por eso que surgió la idea de la inteligencia artificial. Entendíamos que era la única metodología que nos permitirá trascender la denuncia y la crónica”.
En colaboración con El País y bajo el auspicio de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales del Pulitzer Center, Poliszuk y su equipo usaron inteligencia artificial, imágenes satelitales y reportería en campo para localizar decenas de pistas ilegales, en su mayoría ubicadas cerca de alrededor de tres mil minas y zonas de deforestación.
Con ayuda de Google Earth, el equipo de Poliszuk ubicó manualmente en un mapa algunas pistas clandestinas cuya existencia habían podido confirmar gracias a un trabajo de reportería que se remontaba a 2016. Sin embargo, fue hasta que se acercaron a la organización estadounidense Earthrise Media, que se dedica al desarrollo de iniciativas de inteligencia artificial, aprendizaje automático y diseño para combatir el cambio climático, que llevaron la investigación a otro nivel.
Earthrise Media desarrolló un algoritmo de análisis de visión computarizada de fotografías satelitales que fue programado para detectar imágenes similares a las capturas aéreas de minas y pistas que Armando.info había incluido en su mapa manual.
“En función de esas muestras programamos un robot que permitiera buscar imágenes similares. Programamos ese robot en función de la data y de las imágenes que tiene el satélite Sentinel 2, de la Agencia Europea Espacial, que está en el aire desde el 2015”, explicó Poliszuk.
Para detectar falsos positivos en los resultados arrojados por el algoritmo, el periodista hizo un trabajo exhaustivo de revisión con imágenes de Google Earth y de las organizaciones proveedoras de imágenes satelitales y contenido geoespacial Planet y DigitalGlobe, a las cuales pudieron acceder gracias al apoyo del Pulitzer Center.
“No es que no hayamos ido a la zona. Fuimos a la zona, pero ahora teníamos un mapa, y no estábamos yendo con los ojos vendados. Es mucho más fácil ver así la información”, dijo Poliszuk. “No es que este haya sido un trabajo solo de tecnología. La tecnología nos permitió ir al campo sin los ojos vendados”.
Los datos obtenidos fueron plasmados en la serie de reportajes “Corredor Furtivo”, publicados entre enero y febrero de este año tanto en Armando.info, de Venezuela, como en El País, de España. Los reportajes destacan por sus visualizaciones de datos en mapas y cartografías, en las cuales la participación del diario español fue clave, según Poliszuk.
A lo largo de las seis entregas, los datos geolocalizados se contrastan con otras capas de información, como grupos irregulares (guerrillas colombianas, mafias del oro y grupos criminales brasileños) presentes en la Amazonía venezolana, así como con la relación de esos grupos con las comunidades indígenas de la zona.
“Corredor Furtivo” demostró cómo la tecnología puede ayudar a sortear los peligros que implica reportear en la Amazonía, aunque para Poliszuk, el impacto más trascendental del proyecto fue que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que nunca había admitido la presencia de pistas clandestinas pese a múltiples denuncias de habitantes de la zona, finalmente en mayo de este año dinamitó algunas de esas estructuras.
“Estas denuncias llevaban años en los organismos del estado y estos no daban crédito a las denuncias de los indígenas”, dijo Poliszuk. “Desde arriba fue fácil constatar lo que ellos llevan años denunciando”.
Con una metodología similar a la de Armando.info, el periodista independiente brasileño Hyury Potter, especializado en temas de corrupción y medio ambiente, también se alió con EarthRise Media para usar el mismo algoritmo para detectar pistas ilegales en la Amazonía brasileña.
También como parte de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales, Potter pudo además contrastar los resultados del algoritmo con datos sobre deforestación, requerimientos de minería y registros de pistas aéreas legales de Brasil obtenidos vía transparencia.
Como resultado, Potter publicó el proyecto “Pistas de deforestación: la expansión de la minería ilegal en el Amazonas”, una serie de reportajes publicados en The Intercept entre septiembre de 2021 y febrero de 2022, sobre los impactos ambientales relacionados con la existencia de pistas clandestinas.
“Todo lo que parece una pista medio de la vegetación, de entre 200 y 600 metros de longitud, el algoritmo lo detecta y lo agrega a los datos”, explicó Potter a LJR. “Nuestro trabajo en los últimos siete meses fue checar los datos [visualmente]. Separamos cuáles de esas pistas son legales, registradas en Brasil, según datos en la Agencia de Aviación brasileña, entonces cargamos los datos y excluimos todas las pistas que ya estaban registradas”.
Al final de la serie, Potter encontró que existen cerca de 1.300 pistas ilegales en el territorio amazónico de Brasil.
“Hay más pistas ilegales en la Amazonía brasileña que pistas registradas por el gobierno, este es un dato muy impactante”, dijo.
Los datos obtenidos con inteligencia artificial y fuentes tradicionales en los reportajes de Poliszuk y Potter sobre pistas ilegales fueron localizados y contrastados en mapas. Esa georreferenciación, según los periodistas, ayudó significativamente a ubicar los fenómenos de la Amazonía en su justa dimensión, al tratarse de un territorio tan vasto.
“Unir la ciencia geográfica con el periodismo tiene esta ventaja: te permite mirar escalas de tiempo y espacio sobre temas amplios, a diferencia de solamente narrar un hecho desde una perspectiva de campo”, dijo a LJR Gustavo Faleiros, periodista especializado en geoperiodismo y coordinador de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales. “No se demerita la perspectiva de campo, pero realmente es un tema de geografía. Es una cuestión de perspectiva: miras desde una perspectiva de suelo o puedes mirar desde una perspectiva más amplia”.
A raíz del uso del algoritmo en las investigaciones de Armando.info y The Intercept, el Pulitzer Center y Earthrise Media hicieron una alianza y crearon The Amazon Mining Watch, una aplicación web lanzada en abril de este año, que busca monitorear el estado de la actividad minera en la totalidad de la selva amazónica.
En su versión beta, la plataforma, disponible en inglés, español y portugués, ubica en un mapa interactivo las regiones mineras detectadas por el algoritmo, aunque se espera que en el futuro se pueda alimentar con datos de otras investigaciones periodísticas y de ONGs, y que se le puedan agregar información sobre otros fenómenos ambientales de la región.
Su objetivo es que periodistas, activistas e investigadores puedan utilizar la información georreferenciada para contextualizar y validar sus investigaciones. La plataforma es de código abierto y su metodología está disponible a través de GitHub.
“Para mantener la cobertura [en la Amazonía] por largo tiempo vamos a necesitar de aplicativos como este, y no solo se aplica para minería, también se podría usar para monitorear cambio climático, porque van a ser temas que van a seguir por décadas”, dijo Faleiros. “Creo que la información satelital o geográfica va a ser siempre muy central en las investigaciones ambientales”.
Previo a “Pistas de Deforestación”, Potter pasó cerca de siete años estudiando datos georreferenciados y mapas para entender cómo investigar la Amazonía. Su primer proyecto de investigación periodística utilizando datos georreferenciados fue “Amazonía Minada”, publicado en InfoAmazonia, el cual consiste en un mapa que actualiza en tiempo real los requerimientos para llevar a cabo actividades mineras en Brasil que podrían afectar a comunidades indígenas.
La plataforma recoge los requerimientos de la Agencia Nacional de Minería de Brasil. Cada vez que se interpone una nueva solicitud en tierras indígenas o áreas protegidas, un bot en Twitter publica el nombre del solicitante, el área amenazada, el tipo de mineral y el estado actual del proceso. Además, el mapa se actualiza todos los días con los datos agregados a las bases de datos de la Agencia, los cuales están georreferenciados.
“Es un proyecto muy simple, pero muy grande”, explicó Potter. “Hicimos más de 10 reportajes a partir de estos datos, porque encontramos grandes empresas mineras internacionales y políticos conectados a estas requisiciones, entonces hay mucho que decir sobre esto”.
InfoAmazonia tiene una larga experiencia en la producción de herramientas e investigaciones periodísticas basadas en el geoperiodismo, el cual, en palabras de Gustavo Faleiros, consiste en crear un diálogo entre las capas de datos y las capas de historias, donde dichos datos proveen algún tipo de contexto a las historias.
Faleiros, cofundador de InfoAmazonia, compartió su experiencia en este ámbito con los becarios de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales del Pulitzer Center, entrenándolos para realizar investigaciones con datos georreferenciados, análisis geoespacial, así como en el uso de imágenes satelitales y mapas interactivos.
“El trabajo de campo obviamente es esencial, pero unir este trabajo de campo con una visión más amplia de un territorio puede tornar estas investigaciones bastante poderosas”, dijo Faleiros. “Con esta especie de three-pack que incluye un riguroso trabajo de campo, un trabajo de datos -que en gran parte es análisis geoespacial- y colaboración transfronteriza y transnacional, se ha creado esta iniciativa [de la Red], la cual sigue el trabajo con base en estos tres pilares”.
Además de la minería, otra actividad primaria que provoca importante deforestación en la selva es la ganadería.
El periodista colombiano César Molinares abordó el tema de la ganadería como causa de deforestación a través del periodismo de datos. Su proyecto “Atrapando al pez gordo que destruye la Amazonia colombiana” buscó investigar cómo las cadenas de suministro de las grandes industrias se benefician de la tala indiscriminada que se realiza para llevar a cabo ganadería extensiva.
Los reportajes que integran la serie, publicados en el medio digital 360-grados.com, se basan en datos obtenidos a través de peticiones de acceso a la información pública. Dichos datos fueron analizados y presentados a través de visualizaciones que contrastan los movimientos de ganado con los puntos más afectados por la deforestación.
“Cuando se habla de deforestación, siempre se habla en abstracto [...]. Nosotros usamos datos para aproximarnos a donde están ocurriendo fenómenos de deforestación”, dijo Molinares a LJR. “Lo que hicimos con esos datos fue georreferenciarlos y cruzarlos con otras bases de deforestación, de degradación del suelo, y con fotografías satelitales, y así empezamos a ubicar el ganado”.
El primer artículo de la serie, “El ganado acorrala a la Amazonía”, revela a través de un mapa interactivo la relación entre los registros de vacunación de ganado vacuno y las regiones de Colombia con más deforestación.
Aunque los ganaderos en zonas protegidas de la Amazonía no declaran la existencia de sus rebaños, para poder exportar los productos derivados, sus vacas deben ser vacunadas. Con estos registros públicos georreferenciados del ganado vacunado, Molinares y su equipo pudieron probar la existencia de rebaños ilegales en parques protegidos.
“Con este proyecto, César [Molinares] fue uno de los primeros periodistas en Colombia en poner las manos en datos de salud animal. Así pudo comprobar que incluso siendo ilegales, los rebaños de ganado estaban recibiendo vacunas en los parques nacionales”, dijo Faleiros.
Las visualizaciones de datos corrieron a cargo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) con el apoyo técnico de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, quienes tienen experiencia probada en georreferenciación e identificación de núcleos de deforestación. El proyecto también contó con el apoyo de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales del Pulitzer Center.
Gracias al análisis de los datos y la visualización en mapas, Molinares pudo hacer una reportería en terreno más dirigida y enfocada a puntos específicos de la selva, donde hablaron con los habitantes para saber si estaban al tanto de lo que estaba ocurriendo. De ese modo, encontraron que existía una relación entre los datos de ganadería ilegal y episodios de violencia en algunos territorios.
“Yo creo que en Colombia no se había hecho una investigación que atara los datos a fenómenos sociales o de violencia en los territorios”, dijo el periodista. “Cuando tú georreferencias, empiezas a identificar conflictos socio-ambientales, sociales o conflictos en general por temas de la tierra”.
Molinares agregó que el contraste de datos le permitió identificar actores y casos derivados de las actividades ganaderas ilegales en la Amazonía, como asesinatos de líderes ambientales y guardaparques que habían comenzado a documentar casos de deforestación. Estos casos están dando paso a nuevos reportajes que están actualmente en proceso.
El periodismo de datos contribuye a llevar a cabo investigaciones de manera más intuitiva y enfocada, según Molinares. Por ello, se ha dedicado a desarrollar una estrategia de acceso a la información para aprovechar vacíos legales y esquivar obstáculos que ponen en las dependencias para no entregar la información.
“El argumento que hemos establecido, y ya ganamos varias batallas judiciales, es que por ser [la Amazonía] un tema de interés público en el que debe haber transparencia y acceso a la información, los datos no deben ser reservados”, dijo. “Entonces llevamos a cabo varias batallas judiciales en las que logramos establecer un precedente para que las entidades estatales entregaran la información”.