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Desde El Salvador, lecciones de innovación de El Faro empiezan con foco en la calidad periodística

*Esta historia hace parte de un proyecto especial sobre Innovadores en el Periodismo de América Latina y el Caribe.


Para El Faro, ver publicados trabajos de sus reporteros en la portada del prestigioso The New York Times o en la home de Univision ha supuesto un reconocimiento a su larga apuesta –casi 20 años ya- por el periodismo de investigación y por la información online de calidad hechos desde el pequeño país centroamericano de El Salvador.

El Faro, medio nativo digital pionero en América Latina, fue lanzado en mayo de 1998 por el periodista Carlos Dada y el empresario Jorge Simán, años antes que la mayoría de los sitios nativos que ahora operan en la región. Dos décadas después, se ha convertido en una de las referencias periodísticas ineludibles en Centroamérica y en un modelo que ha inspirado a otros medios digitales nativos surgidos en otros países de la región durante los últimos años.

“En términos periodísticos, estamos muy por encima de nuestras mejores expectativas, sin duda”, dijo al Centro Knight Dada al hacer balance de estos años. El Faro es hoy, según su fundador y primer director, “un medio consolidado” que “tiene un alcance internacional que nunca sospechamos que iba a tener, y eso es un buen punto de partida para el futuro”.

La portada de la edición impresa del diario The New York Times del lunes 21 de noviembre de 2016 es un buen ejemplo de ese alcance internacional que menciona Dada. Estaba encabezada por un reportaje sobre las violentas pandillas del país de El Faro: “Tin-Cup Gangs of El Salvador”, podía leerse en el titular principal.

Los equipos periodísticos de El Faro y The New York Times habían estado trabajando conjuntamente durante los ocho meses anteriores en la investigación y edición de ese amplio y contundente reportaje, que en español se tituló “La mafia de pobres que desangra a El Salvador”. El trabajo se publicó al mismo tiempo en los dos medios, tanto en inglés como en español.

El actual director de El Faro, el periodista español José Luis Sanz, explicó el reto y la “exigencia” profesional que supuso para su medio ese trabajo con el NYT. Además, señaló también que fue una “validación de los estándares” periodísticos aplicados por la redacción de El Faro.

Apenas unos meses antes, El Faro se había convertido en ganador del premio Reconocimiento a la Excelencia concedido por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que hasta entonces sólo habían ganado periodistas a título individual.

Más recientemente, el sitio digital salvadoreño repitió la experiencia de trabajar y publicar de manera conjunta con un gran medio estadounidense, en este caso con Univision. “De migrantes a refugiados: el nuevo drama centroamericano” fue el título de un amplio reportaje multimedia, dividido en cuatro partes, que se publicó a lo largo de cuatro semanas del mes de octubre de 2017 (ver en: Univision | El Faro). Y como en el caso del NYT, el reportaje se ofreció tanto en español como en inglés, para llegar a la máxima audiencia posible.

Los modestos inicios de El Faro

La historia de El Faro se remonta a finales de los años 90. Editado por la empresa salvadoreña Trípode, Dada y Simán fundaron El Faro en 1998 y fueron los únicos accionistas de la compañía durante 16 años.

“El Faro tiene su origen en el exilio de sus dos fundadores”, ha explicado Dada. Las familias de Dada y Simán se exiliaron – fueron a México - cuando ellos eran pequeños. Terminada la guerra, en la década de los 90, los dos empezaron a regresar a El Salvador. Afuera habían visto un tipo de periodismo distinto al que se encontraban en su país: “Algún día, cuando estemos los dos en El Salvador, deberíamos poner un periódico”, explica Carlos Dada que se decían entre ellos. Y eso fue lo que decidieron en el año 1997.

Pero la falta de recursos económicos hacía impensable lanzar un medio impreso, por lo que apostaron por “probar en internet”, a pesar del muy escaso desarrollo digital de El Salvador. De hecho, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIC), El Salvador sigue siendo el segundo país con menor penetración de internet de América Latina (sólo el 16,9% de los hogares tiene acceso a la red y algo menos del 30% de la población utiliza internet).

Los inicios de El Faro fueron muy modestos, como ha explicado Sanz. Al acabar sus estudios, este periodista español estuvo trabajando en una televisión local antes de trasladarse a El Salvador para incorporarse a la revista dominical Vértice, publicada por uno de los dos principales periódicos del país, El Diario de Hoy. Tras un par de años en la revista, en 2001 Carlos Dada le invitó a trabajar en El Faro.

“Entonces El Faro era un medio muy pequeñito, pero ya empezaba a hacer ruido”, cuenta Sanz. En esos primeros años, Dada y Sanz eran los únicos periodistas profesionales del sitio. El resto eran estudiantes de periodismo o comunicación, algunos de los cuales, como Carlos Martínez, Sergio Arauz o Daniel Valencia, se cuentan ahora entre los veteranos de la redacción.

Una de las claves de la supervivencia de El Faro es que ser sostenibles “no fue una obsesión” en esos primeros años de actividad, explica su actual director. “Si el rumbo periodístico del proyecto hubiera dependido en cualquier medida de la búsqueda de sostenibilidad, yo creo que El Faro no sólo no sería lo que es hoy sino que dudo mucho que hubiera sobrevivido”, afirma Sanz. “Parte de que El Faro siga existiendo es que durante los primeros años nadie cobró un centavo”, confirmó Dada.

El actual director de El Faro cree que si actualmente “es difícil sobrevivir o mantenerte como medio pequeño o mediano”, hace 20 años eso era “impensable”. “En ningún momento nos planteamos –añade Sanz- frenar, adaptar o condicionar nuestra propuesta por razones económicas o estratégicas”.

Pero llegó un momento en que esa situación se hizo insostenible. El Faro empezó a competir periodísticamente con los medios tradicionales en los que trabajaban sus propios colaboradores. “Nos vimos en la urgente necesidad de poder pagar salarios a periodistas”, dijo Sanz. Así que en el año 2003, El Faro empezó poco a poco a profesionalizarse.

El equipo fue creciendo con los años, gracias en parte al aumento de las ayudas procedentes de diversas entidades, a los ingresos publicitarios y a la exploración de nuevas vías de ingresos. Hoy, el equipo de El Faro está formado por 30 personas en total. La redacción está integrada por 22 profesionales entre los que se encuentran, además de los reporteros, un desarrollador, una diseñadora, dos fotoperiodistas, un periodista audiovisual, dos editores y una responsable de redes sociales.

Innovación periodística

El periodismo de investigación ha sido desde siempre la principal marca de identidad de El Faro. A su fundador, Dada, le gusta explicar que la “virtud” del sitio es el periodismo y no la innovación o las tecnologías. Pero eso no excluye la voluntad de explorar, manteniendo el periodismo de calidad como elemento central.

“Nos ilusiona mucho seguir experimentando con nuevas narrativas, que ha sido una parte de lo que hacemos sin dejar nuestro ADN”, dice Dada.

Así, en El Faro consideran que innovar es, por ejemplo, “romper la falsa barrera entre el periodismo de investigación y el periodismo narrativo”, explica su director, José Luis Sanz. “Reivindicar el periodismo narrativo” para explicar temas complejos como los relacionados con las migraciones, la violencia o la impunidad “también me parece que es un aporte importante”, añade Sanz.

Las “dinámicas colaborativas”, tanto internas como con otros medios, forman parte también del modo de trabajar innovador que quiere impulsar El Faro, dice su máximo responsable. Y los mencionados ejemplos de The New York Times y Univision son una buena referencia. “Que un medio tan frágil en lo económico como El Faro desarrolle con medios como el NYT o Univision coberturas tan largas, de meses, creo que abre el camino para que otros medios se piensen de otra manera”, afirma Sanz.

Además, según su director, El Faro “está constantemente explorando fórmulas para narrar y explicar de manera más completa temas complejos”. Así, a lo largo de su historia ha impulsado diversos proyectos innovadores en cuanto al formato. Uno de los más relevantes, que fue ambicioso por su experimentación con el modo audiovisual de contar historias, fue “Historias Urbanas”, una serie de cortos periodísticos animados publicados en el año 2010 en los que se combinaban la crónica periodística, la ilustración y la música.

“¿Cómo se hace para que salga algo digerible si se mezcla a siete periodistas, un director de teatro, 25 músicos, siete ilustradores, dos animadores y un editor?”, se preguntaban en la presentación de este original proyecto periodístico. Y la respuesta fueron los seis cortos de la serie animada “Historias Urbanas”, nacidos tras un año de trabajo colaborativo y multidisciplinario, en los que se cuentan seis historias reales basadas en la ciudad de San Salvador. Entre los protagonistas se encuentran el miembro de una pandilla, un taxista que trafica con droga o un hombre hecho a sí mismo.

Según Óscar Luna, actual responsable de El Faro TV y El Faro Radio y principal impulsor de “Historias Urbanas”, se trata de un proyecto que “hicimos muy pronto” pero “fue un buen experimento”.

Uno de los proyectos especiales coordinados por Luna que ha tenido un fuerte impacto en la sociedad salvadoreña es el de la radiografía del sistema educativo del país. Este proyecto nació por los “constantes fracasos” en las pruebas de nivel realizadas a los estudiantes. “Nadie había ofrecido un análisis, una radiografía del sector”, explica Luna. Se analizaron 20 variables en más de 5.000 escuelas públicas del país y se ofreció el diagnóstico de expertos. Además, el proyecto ofrece al lector un recorrido visual por diversas escuelas clave mediante el uso de texto, audio y video. “Estamos buscando la forma de alimentarlo de nuevo este año”, dice su coordinador.

El equipo de El Faro hizo uso de otro enfoque creativo para abordar otro problema social: la relación entre la desigualdad y el espacio urbano. En su proyecto interactivo “Un retrato de desigualdad”, El Faro pidió la colaboración de 24 adolescentes -12 de más recursos económicos y 12 de menos- y durante un mes siguió todos sus movimientos en San Salvador a través de sus teléfonos móviles. Luna explica que el estudio confirmó que los dos grupos prácticamente no coincidían en los espacios físicos, con dos únicas excepciones: “para comer pupusas –comida tradicional de El Salvador–, donde sí podían coincidir en el mismo pueblo, Antiguo Cuscatlán, y para jugar en las canchas de fútbol rápido”.

Para las próximas semanas, El Faro está preparando la publicación de otro especial, titulado “Poder(es)”, en el que se realizará un monitoreo exhaustivo de la actividad de los diputados de El Salvador. Luna ha explicado que este ambicioso proyecto periodístico, que tiene financiación propia, contará con siete personas involucradas. Poder(es) ofrecerá informaciones, gráficos y datos abiertos y realizará un seguimiento de los diputados durante toda la legislatura.

El reto de la financiación

El presupuesto de El Faro para este año 2018 ronda la cifra de 1,1 millones de dólares, según ha explicado su director, Sanz. Será, por tanto, algo superior a los 945.000 dólares de 2017. “Más del 75% de este presupuesto se invierte en la redacción y gastos de reporteo”, dice Sanz. Durante los dos últimos ejercicios, El Faro ha logrado alcanzar el punto de equilibrio económico.

¿De dónde llega el dinero? El Faro cuenta con cuatro vías de ingresos. La principal –que supone el 75% del total- es la de las agencias de cooperación internacional, como Open Society Foundations. La venta de publicidad y patrocinios representa aproximadamente el 17% de los ingresos. Las otras dos vías de ingresos son la campaña anual #ExcavaciónCiudadana, que representa el 4% del total, y la venta de contenidos a otros medios o las regalías por libros y películas documentales, que aportan un 3% del total.

En el año 2015 los responsables de El Faro decidieron lanzar el movimiento de crowdfounding #ExcavaciónCiudadana, con el que piden a sus lectores y aliados de El Salvador o de cualquier lugar del mundo pequeñas aportaciones económicas que ayuden a sostener el proyecto. En sus primeros dos años de actividad, este plan ha logrado que cerca de 900 personas aporten alrededor de 57.000 dólares que han servido para realizar más de 50 trabajos periodísticos concretos (crónicas, reportajes, fotoensayos o piezas audiovisuales).

A los miembros de la comunidad que hacen donaciones se les ofrecen espacios de encuentro para conversar con los miembros del equipo de El Faro, que pueden explicar el trabajo que realiza el sitio..

La responsable de las actividades offline de El Faro, Cristina Algarra, ha dicho que uno de los elementos esenciales del proyecto #ExcavaciónCiudadana es que ayuda a “generar una comunidad”. “Lo que buscamos –dice Algarra- es una comunidad que apoye el trabajo de El Faro, que nos ayude a sostener el medio”. A esos miembros de la comunidad, además, se les ofrecen espacios de encuentro para conversar con ellos y para explicarles el trabajo que realiza El Faro.

La tarea más ambiciosa que coordina durante el año Algarra es el Foro Centroamericano de Periodismo (ForoCAP), que este año celebrará su octava edición del 14 al 19 de mayo. Se trata de un evento anual, organizado en la ciudad de San Salvador y con actividades en un par de ciudades del interior, que tiene, según explica Algarra, tres objetivos básicos.

El primer objetivo es el de la formación especializada de periodistas, para lo cual se organizan talleres, conferencias con invitados internacionales o encuentros temáticos.

El segundo objetivo es el de “generar espacios de diálogo y de debate con la ciudadanía”, afirma su organizadora. Este es uno de los retos de El Faro: “llegar a nueva gente” y hacerlo a través de formatos novedosos. Uno de estos “formatos innovadores” es la exposición Data Art, que convierte el periodismo de datos en obras de arte. El proyecto surgió a principios de 2017 como una colaboración entre El Faro y el Teatro Luis Poma de San Salvador a partir de la pieza “Brecha” del periodista de datos y artista Daniel Villatoro. “Brecha” muestra cuatro relojes que reflejan la desigualdad laboral entre hombres y mujeres y entre población indígena y no indígena de Guatemala.

Data Art, donde se mezcla el trabajo periodístico con el de artistas de toda índole, es una exposición en continuo crecimiento que se centra en temas como violencia, desapariciones, violación a menores o desigualdad. Además de estar presente en en ForoCAP, el proyecto ha viajado a diferentes países de América Latina como Costa Rica, Honduras y Brasil, además de El Salvador.

Finalmente, el ForoCAP también se marca como objetivo la formación de los lectores, a los que se invita a participar en talleres, conferencias, mesas de debate y actividades similares.

En total, el pasado año más de 3.000 personas participaron en los distintos eventos del ForoCAP. Algunos de ellos se celebran en colaboración con diversas

Planes de futuro

¿Qué podemos esperar de El Faro en un futuro inmediato? Según su director, existen planes para ampliar las áreas temáticas y también para aumentar la cobertura geográfica.

“El nivel de exigencia que tenemos por parte de la sociedad salvadoreña y de los lectores es muy elevado”, explica Sanz, y esto implica que algunos temas que antes no se cubrían, ahora sí deban formar parte de la oferta del medio. “El abanico temático ha ido creciendo año tras año”, dice el director de El Faro.

Actualmente el sitio cubre diez áreas temáticas: Política, Migración, Pandillas, Violencia, Transparencia, Crimen organizado, Desigualdad, Impunidad, Cultura y Memoria histórica. Su intención es ampliar estas áreas con temas como el poder económico o financiero.

Por otra parte, según ha explicado el director de El Faro, el sitio está poniendo en marcha un proyecto de cobertura permanente en Honduras y también quiere ampliar su cobertura informativa en Guatemala. “La presencia en toda Centroamérica forma parte del ADN de El Faro”, afirma Sanz.

Adicionalmente, El Faro quiere también tener “una presencia más regular en Estados Unidos” con el objetivo de “comprender y atender a los centroamericanos que están en Estados Unidos”, dice Sanz. Es algo que hasta ahora “ningún medio centroamericano ha logrado o se ha tomado en serio”, añade. Según el director de El Faro, este “es un tema muy complejo, porque estamos hablando de una población muy heterogénea, diferentes generaciones dispersas geográficamente, distintos estatus y condiciones de vida, pero creo que ese es el desafío para los medios centroamericanos, sobre todo salvadoreños”.

Para un medio que se ha centrado siempre en los “trabajos de largo aliento”, según explica Sanz, las redes sociales ofrecen una “primera línea de reacción y de diálogo con los lectores”. Las redes “son nuestra plataforma de noticias de última hora e inmediatez, y reservamos la web para cosas de más profundidad”, explica el director del sitio.

El sitio también está explorando las plataformas audiovisuales con El Faro TV. En el campo del vídeo, el primer objetivo del sitio es “encontrar nuestra propia voz”,  dice Sanz, y de momento la batalla la están ganando los reportajes y los “mini cortos documentales”. El responsable de El Faro TV, Luna, explica que la producción se centra actualmente en dos ámbitos: la cultura –que es un tema poco tratado en el resto del sitio- y la desigualdad (con reportajes más extensos).

Todo el trabajo audiovisual de El Faro se distribuye a través de su web, las redes sociales y su canal de YouTube. Lo que se busca es siempre, según Sanz, “el mayor impacto posible”.

Y para amplificar ese impacto, el sitio creó El Faro Radio, que produce desde el año 2013 un programa de una hora de duración todos los martes y jueves que se emite a través de la emisora de FM Punto 105. Posteriormente, los contenidos del programa se trocean y ofrecen como podcasts. Luna explica que uno de los objetivos de El Faro Radio es el de “masificar los contenidos de El Faro” en un país donde el acceso a internet es todavía muy bajo.

“Los Incómodos”

Como se ha señalado anteriormente, El Faro se convirtió en 2016 en el primer medio –y no periodista individual- ganador del premio Reconocimiento a la Excelencia concedido por la FNPI.

En su discurso de aceptación, titulado “Ir contra la corriente”, los representantes de El Faro que recibieron el galardón durante el Festival Gabo de ese año se refirieron al calificativo que habían recibido por parte de la FNPI: “Los Incómodos”. Se sentían a gusto con esa palabra: “Nos sabemos incómodos. Incómodos para el poder. Incómodos para los criminales. Incómodos para los corruptos. Somos tan incómodos que lo somos para nosotros mismos”, dijeron. Y se preguntaron: “Pero acaso hay otra manera de hacer periodismo sino es desde la incomodidad?”.

Explicaron también que El Faro es un proyecto que ha ido “contra la corriente”. Por ejemplo, en el tipo de periodismo realizado: “Aventurarnos a la investigación cuando a nuestro alrededor, en plena crisis financiera, las redacciones de los grandes periódicos del mundo cerraban equipos especializados y espacios para grandes publicaciones. Aventurarnos a reporteos extenuantes y a la producción de formatos largos cuando la sensatez llamaba a someterse a la dictadura del click”.

En ese discurso también quisieron recordar en complicado entorno en el que había nacido y se desarrollaba el proyecto periodístico de El Faro: “El llamado triángulo norte de América Central, compuesto por El Salvador, Guatemala y Honduras, es hoy la región más violenta del mundo. Es una región pobre, desigual y corrupta, muy corrupta”. Y en la que un periodismo como el que practica El Faro es, posiblemente, más necesario que nunca.


La serie "Innovadores en el Periodismo", que es posible gracias al generoso aporte de Open Society Foundations, cubre tendencias en medios digitales de noticias y las mejores prácticas en América Latina y el Caribe. Este es una ampliación de nuestra serie anterior y libro electrónico, Periodismo Innovador en América Latina, al mirar a las personas y equipos que lideran en la región iniciativas innovadoras de reportería, narración de historias, distribución de contenido y financiación.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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