Son ya dos años los que el periodista guatemalteco José Rubén Zamora cumple en prisión. El 29 de julio de 2022, las autoridades del país allanaron de manera simultánea su vivienda y la sede del diario elPeriódico sin ofrecer muchas explicaciones. Después de horas de allanamiento, el periodista fue sacado de su vivienda con grilletes en sus muñecas, en un operativo que parecía el de un narcotraficante.
Desde entonces se encuentra en la prisión Mariscal Zavala acusado de presunto lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias. A pesar de que sus condiciones en prisión han sido consideradas como tortura por la ONU, de tener un juicio anulado y señalado por la organización Trial Watch como “injusto”, y de las irregularidades denunciadas en su caso judicial que incluyen la persecución a su defensa, el periodista continúa en prisión. Y las audiencias del nuevo juicio por el cargo de lavado de dinero y para definir la situación por otros dos cargos que pesan en su contra aún no tienen fecha.
Para organizaciones de defensa de libertad de prensa tanto nacionales como internacionales y expertos en derecho, el caso contra Zamora tiene indicios de ser una represalia por su trabajo periodístico. Por esa misma razón, varios señalan que además del propio Zamora, las autoridades tenían en la mira otra víctima: elPeriódico, el medio que él fundó.
En efecto, a pesar de la lucha de periodistas, editores y propietarios del medio por mantener la publicación tras la detención de Zamora, la asfixia económica y la seguridad de sus propios periodistas llevaron a cerrarlo de manera definitiva el 15 de mayo de 2023.
Los repartidores juntan sus copias por última vez, en la madrugada del 30 de noviembre de 2022. (Foto: Simone Dalmasso / Cortesía Plaza Pública)
“Al final eso era lo que querían con el encarcelamiento José Rubén. Además de castigar a José Rubén […] era quitar a ese medio molesto del medio. No tener que responder las preguntas incómodas, no tener que ver esas portadas que les cuestionaban”, dijo a LatAm Journalism Review (LJR) Marielos Monzón, integrante y fundadora del colectivo No Nos Callarán.
Así también lo analiza José Carlos Zamora, hijo de José Rubén y director de comunicaciones de Exile Content. Según le dijo a LJR, además de castigar a su padre de manera directa, esta persecución buscaba no sólo cerrar elPeriódico sino decirles a los demás periodistas que “hacer periodismo es un crimen”.
“Lo bueno es que mi papá es sumamente resiliente, y a pesar de las circunstancias, sigue firme en sus principios y convicciones, incluso ve su detención arbitraria como parte de su trabajo, ya que ayudó a exponer la corrupción y el abuso de poder del régimen autoritario de corrupción”, aseguró.
Hablar de José Rubén en Guatemala es sinónimo de periodismo. Este ingeniero industrial de profesión cree profundamente en el rol que tiene el periodismo en las democracias. En 1990, junto con otros inversionistas, creó Siglo 21, un medio que también “jugó un papel fundamental en el fortalecimiento de la democracia”, explicó José Carlos.
Tras retirarse de esa publicación, José Rubén hizo su misión denunciar la corrupción, el crimen organizado y los abusos de derechos humanos en Guatemala. Coincidiendo con la culminación de las negociaciones de paz que ponían fin a un largo conflicto de 36 años en el país, fundó elPeriódico en 1996.
Todos los días, y durante casi 27 años, José Rubén Zamora se leía desde la primera hasta la última página de su periódico.
En su época más exitosa, elPeriódico logró tener un tiraje de 500.000 ejemplares y contar con una planta de 400 trabajadores.
Su ejemplar nunca llegó a costar más de US 1 dólar, pero era considerado el “medio de investigación por excelencia” en Guatemala, según Monzón. En tamaño tabloide circulaba diariamente, y los lunes publicaba una gran investigación. Así que era común que los guatemaltecos esperaran esa edición para conocer un nuevo caso de corrupción, o como dicen en Guatemala, saber quién era el que recibía “un periodicazo”, como explica Monzón.
Luis Aceituno, editor de Cultura de elPeriódico, ojea la ultima edición impresa del diario, en la sede de la imprenta, en la madrugada del 30 de noviembre de 2022. (Foto: Simone Dalmasso / Cortesía Plaza Pública)
Las investigaciones de elPeriódico no solamente generaban impacto en la audiencia, sino que también lograban efectos en la rama judicial que abrió casos por cuenta de la información allí publicada. También le valieron algunos reconocimientos como cuando en 2021 el diario recibió el Premio Rey de España como medio de comunicación destacado en Iberoamérica. José Rubén, por su parte, ha recibido, entre otros, el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), el Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, ambos en 1995, y recientemente el Reconocimiento a la Excelencia de la Fundación Gabo.
“Mi práctica periodística independiente me obligó a denunciar los abusos y excesos de los poderes establecidos, la corrupción y la impunidad, el terrorismo de Estado y los actos criminales de los altos mandos militares”, escribió José Rubén en su discurso de aceptación del premio Gabo y que leyó su hijo José Carlos.
Esto le valió a José Rubén ser “el periodista más amenazado de Guatemala”, dijo Julia Corado, directora de elPeriódico los últimos años y quien habló con LJR desde el exilio. Los ataques contra el diario y Zamora han incluido campañas de desprestigio, ciberataques, boicots comerciales, acoso judicial, constantes auditorías fiscales, amenazas de muerte, atentados y un secuestro.
Y aunque hubo enfrentamientos bajo las administraciones de los expresidentes Otto Pérez Molina (2012-2015) y Jimmy Morales (2016-2020) por el quiebre de las instituciones democráticas, fue bajo la administración de Alejandro Giammattei (2020-2024) que elPeriódico recibió el golpe letal.
Durante las 137 semanas de gobierno de Giammattei y que Zamora todavía estaba libre, el diario publicó cada semana una investigación sobre presuntos casos de corrupción que lo involucrarían. La gota que derramó el vaso pudo haber sido una investigación sobre Giammattei presuntamente recibiendo dinero a cambio de permitir que una empresa rusa explotara una mina en el país.
Como fundador, pero sobre todo por ser “una fuente inagotable de información”, la mayoría de los temas de investigaciones eran propuestas por Zamora, recuerda Corado.
“Esos temas fueron los que lo llevaron finalmente a la cárcel”, sentencia Corado.
Monzón recuerda cómo apenas se supo la noticia del allanamiento en 2022, se activó un chat de periodistas de manera espontánea en el que todos se ofrecían a ayudar a elPeriódico para que la edición del día saliera. Debido a que no se podía acceder a las rotativas de elPeriódico, otro medio – del que las fuentes prefieren no dar detalles – les ofreció imprimir en sus instalaciones.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) compartió con sus socios una serie de artes de José Rubén Zamora a propósito de sus dos años en prisión. (Cortesía SIP)
“Se vivió como una victoria”, dice Monzón. “Cada día [que se logró imprimir] se vivió como una victoria en contra de este pacto de corruptos, de este pacto de criminalización, hasta que lamentablemente se cerró”.
La ausencia de José Rubén tuvo un impacto emocional y económico. Él era quien se encargaba de conseguir los recursos. Y a pesar de que su arresto siempre fue presentado por las autoridades como algo relacionado con su actividad como empresario y no con el periodismo, el allanamiento a su sede y el embargo de sus cuentas, dan cuenta de otra realidad. De hecho, las cuentas siguen embargadas hasta la actualidad a pesar de que un juez ordenó su levantamiento.
Además, 10 periodistas de elPeriódico fueron acusados del delito de “obstrucción a la justicia” después de reportar sobre el caso judicial de José Rubén.
“Llama la atención que fue como una venganza”, dijo Monzón. “Es esa sensación de que lo estaban haciendo era vengarse, en la figura de José Rubén, del periodismo”.
El medio logró funcionar por meses con donaciones y grants de amigos cercanos y de organizaciones como el Media Development Investment Fund, la Fundación Knight, el International Center for Journalists (ICFJ), el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) y el Rockefeller Brothers Fund, dijo José Carlos.
Sin embargo, el 30 de noviembre de 2022 circuló su última edición impresa.
“Para los corruptos fue un alivio dejar de verse en las páginas impresas”, dijo Monzón.
Con un equipo de 30 personas y con base en sus 12.000 suscripciones digitales, elPeriódico se enfocó en la versión online. Sin embargo, el 15 de mayo de 2023 cerró de manera definitiva.
“Fue sumamente triste para él [José Rubén], su equipo, la familia y los guatemaltecos cuando finalmente cerró. Pero era inviable e irresponsable continuar cuando ya no había fondos, y la persecución del equipo y los anunciantes continuaba”, agregó José Carlos.
Para Wilmer González, miembro del equipo de defensa internacional de José Rubén, el caso de elPeriódico es sin duda también parte de la violación a la libertad de expresión al periodista. El congelamiento de las cuentas, la persecución contra anunciantes y las declaraciones del Fiscal que lleva el caso señalan que “elPeriódico era parte de los objetivos a eliminar”, le dijo a LJR.
Por tal motivo, están solicitando al Estado una indemnización por el cierre de este medio basándose en decisiones anteriores de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El vacío informativo que dejó el cierre de elPeriódico ha sido ocupado con más periodismo a pesar del miedo que este caso ha generado. Prensa Comunitaria y Plaza Pública, que se caracteriza por sus investigaciones, son algunos de los medios nativos digitales que lo han hecho.
Por su parte, Corado y el último jefe de redacción de elPeriódico, Gerson Ortiz, lanzaron la iniciativa EP Investiga el pasado abril, con la misma misión de elPeriódico.
“Es decir, nos quisieron callar, pero no pudieron”, le dijo a LJR desde el exilio Ortiz. “Está bien, cerraron elPeriódico, pero el periodismo de Guatemala sigue vivo y vamos a seguir haciendo periodismo. Yo creo que eso siempre es una buena noticia”.
