Por Travis Knoll
O Globo, uno de los principales diarios en Brasil, publicó una editorial histórica el sábado 31 de agosto en la que llamó a su apoyo por el golpe de estado del primero de abril de 1964, el cual derrocó al entonces presidente João Goulart, "un error". O Globo, en referencia a las protestas del mes de junio que sacudieron al país y que seguido aludieron a la relación entre el diario y la dictadura militar, admitió "la dura verdad" de su apoyo y describió el cambio de postura como una respuesta al "clamor en las calles".
Sin embargo, la editorial también intentó contextualizar su postura entonces como parte del casi unánime apoyo que recibió el golpe de estado por parte de la mayoría de los otros medios del país. O Globo agregó que el apoyo inicial del diario nació de su rechazo por un Goulart "radicalizado" y su temor de que un "golpe izquierdista" encabezado por los sindicatos y los simpatizantes del presidente hubiera seguido si el intento del ejército por derrocarlo hubiera fallado.
O Globo también aseguró que fungió el rol de una voz de moderación durante los años del régimen y agregó que el dueño del diario luchó por una transición rápida hacia la democracia -- aun cuando esta nunca sucedió. La dictadura continuó en el poder hasta 1985.
O Globo finalmente pidió a sus lectores su comprensión, diciendo que "los hombres y las instituciones que vivieron en 1964 son historia" y que las acciones del diario deberían ser evaluadas en su contexto histórico, aun cuando destacó que la democracia es un "valor absoluto" que no debe defenderse con fuerza militar, sino con mejor gobernación democrática.
El llamado del diario por un entendimiento histórico más matizado no fue bien recibido por grupos que apoyan el golpe de estado y que vieron la editorial como un intento por reescribir la historia. Según el semanario Carta Capital, el grupo de derecha Clube Militar -- el cual aun celebra el aniversario del golpe cada año -- dijo estar sorprendido con lo que describió como una retractación hipócrita. La organización concluyó que el “último gran diario carioca” había sucumbido ante las presiones políticas a pesar de la "posición firme" de apoyo por parte del ex director del diario.
Otros periodistas también expresaron escepticismo ante el cambio de postura del diario. En una nota para Observatorio da Imprensa, la profesora de periodismo Sylvia Debossan Moretzsohn llamó la editorial de O Globo “gimnasia verbal” y apuntó que a pesar de que O Globo es el primer medio en disculparse por su apoyo al golpe, también fue el último en responder a las presiones públicas para que cubriera las protestas que eventualmente condujeron a la transición democrática.
Otros periodistas opinaron que O Globo estaba viendo por sus propios intereses y ahora miraba hacia el pasado para evitar el presente. Ivo Luchessi, también en el sitio Observatorio da Imprensa, escribió que el mea culpa del diario no surgía de “la voz de su consciencia” sino que era una reacción algo “cobarde” a las protestas que ocurrieron a las afueras de las oficinas de O Globo en São Paulo este último viernes.
Luchessi cuestionó la sinceridad de O Globo, retando al diario a probar sus nuevas convicciones y escribir sobre la descomposición estructural que condujo a las protestas en primer lugar. "Si el medio desea realizar la noble función a la que se le llama, debería encabezar una transformación social que no vendrá de los actores políticos establecidos", dijo.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.