En un artículo publicado en el diario argentino Clarín el lunes 7 de mayo, el periodista Daniel Santoro denunció ser víctima de una campaña de desprestigio promovida por la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE).
Según Santoro, la entidad estatal divulgó que él fue acusado por el FBI de ser un espía ruso y de haber colaborado con Irán en la causa AMIA, un ataque terrorista ocurrido en Buenos Aires en 1994. La campaña inició en el sitio web informereservado.net, supuestamente controlado por un sector de la SIDE, y posteriormente repercutió en medios oficiales.
Santoro rechazó las acusaciones en su contra y cuestionó la existencia de fuentes o de documentos probatorios. "Jamás fui espía de nadie. Solo soy un periodista de investigación que investiga la corrupción de los gobiernos de turno ¿Dónde está la citación judicial que contiene la acusación?. Nadie del FBI, de la embajada de EE.UU., ni de la justicia de EE.UU. me ha citado", declaró en un artículo de Clarín.
La información divulgada también menciona al periodista Guillermo Lobo, del canal TodoNoticias. El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) emitió una nota de solidaridad con los reporteros y apeló a las autoridades gubernamentales para que aseguren el cumplimiento de las garantías constitucionales, protegiendo a los periodistas de acciones de espionaje interno.
No es la primera vez que Santoro se ve envuelto en situaciones de espionaje. Antes de ser acusado de tener vínculos con los servicios de inteligencia rusos, el periodista tuvo su teléfono interceptado y su correo electrónico vigilado en junio de 2010 y sirvió como testigo en la investigación de un escándalo de escuchas telefónicas ilegales que involucró al gobierno de Buenos Aires.