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El documental “Estado de Silencio” muestra el rostro humano de la guerra contra periodistas en México

El reconocimiento internacional y nacional no ha podido librar a la periodista mexicana María de Jesús Peter Pino ni a su familia de la violencia endémica contra la prensa en México, que ha dejado al menos 140 profesionales asesinados desde el año 2000.

En dos años, pasó de ganar el Premio Ortega y Gasset de Periodismo del diario español El País, a vivir exiliada en Estados Unidos por las amenazas de muerte que pesaban sobre ella y su marido, el periodista Juan de Dios García Davish.

Pino y Davish son dos de los cuatro periodistas mexicanos que cuentan sus historias en el nuevo documental “Estado de Silencio”. Por hacer su trabajo, han sido objeto de amenazas, agresiones, desplazamientos forzosos y exilio. Aun así, mantienen su compromiso con el periodismo y el derecho del público a la información.

“Siendo nosotros periodistas, narramos historias. Tenemos que contar la nuestra”, dijo Pino a LatAm Journalism Review (LJR) en relación con su participación en el documental, que se proyectó públicamente por primera vez a principios de junio en el Festival de Cine de Tribeca, en Nueva York.

El documentalista mexicano Santiago Maza dirigió y coprodujo la película, realizada por la productora La Corriente del Golfo, de los actores mexicanos Diego Luna y Gael García Bernal.

Maza explicó a LJR que la película, de 83 minutos de duración, es una visión mexicana de un problema global.

“Hablar del periodismo y de los problemas que genera que los periodistas sufran violencia es hablar de todos los problemas. El documental habla de crimen organizado, desaparecidos, violencia contra migrantes, explotación, corrupción, impunidad. Todos esos problemas son muy inherentes a la realidad de México hoy en día”. 

Historias humanas

Pino ha trabajado como periodista durante más de 25 años y se ha especializado en cubrir la situación de los migrantes en la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas, en la frontera entre México y Guatemala. Davish, su marido, es director general de la agencia de noticias Quadratín Chiapas, y Pino es subdirectora de la agencia y corresponsal del diario El Universal. Ella cuenta en el documental que ambos comparten la pasión por el reportaje basado en la denuncia y centrado en los derechos humanos.

A lo largo de los años, han sido repetidamente blanco de ataques por parte de las autoridades públicas y de amenazas del crimen organizado. Una de ellas, reproducida en el documental, la recibió Davish en una llamada telefónica de una persona que se identificó como comandante del cártel de Los Zetas. El supuesto comandante dice que miembros del grupo criminal invadirán la casa de Davish y se llevarán a su familia. Estas amenazas se repitieron hasta que, a mediados de 2022, la pareja decide abandonar la ciudad donde nacieron y vivieron, y exiliarse en Estados Unidos.

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María de Jesús Peter Pino y Juan de Dios García Davish delante de la casa en la que vivieron durante su exilio en EE.UU. (Imagen del documental Estado del Silencio)

 

El documental muestra la vida de Pino y Davish en el exilio y la angustia que sentían por estar en un país extraño contra su voluntad. También acompañó a Pino en su regreso a Tapachula, a mediados de 2023, donde se encuentran actualmente ella y su marido, según declaró a LJR.

“Realmente no me hubiese gustado estar ahí [en el documental], pero creo que es una forma de demostrar lo que hacemos y a lo que nos enfrentamos”, dijo.

“Es importante que la sociedad conozca lo que hacemos muchos periodistas, sobre todo de provincia”, agregó ella. “Somos los que mandamos las notas a nivel nacional e internacional, ponemos el tema en la mesa y trabajamos bajo condiciones muy lamentables. Somos mal pagados, no tenemos seguridad social, a veces no nos hacen caso. Somos muy olvidados”.

Otros periodistas seguidos en el documental son Jesús Medina, en el estado de Morelos, en la región central del país, y Marcos Vizcarra, en Sinaloa, en el noroeste de México. Ellos también tuvieron que abandonar temporalmente las ciudades donde trabajaban por amenazas de muerte.

Maza dijo que el documental muestra cómo estos cuatro periodistas se encontraban, durante la filmación, en distintos puntos del camino de lo que significa “ser periodista crítico en México: ser amenazado, recluirse después de la amenaza, y encontrar las formas de seguir haciendo el trabajo, pero con resiliencia y con una adaptación”.

El director dijo que es necesario rescatar la “conexión humana” entre los periodistas que reportan información y las personas que la reciben, y que “regresar a lo humano” en el periodismo es una de las lecciones que aprendió durante la producción del documental.

La información se volvió anónima, como una cosa que sucede por sí sola. Todo está en el teléfono y ves la información y se te olvida que hay alguien que está viviendo la situación y por lo tanto reportándola”, dijo Maza.

En su opinión, muchos periodistas también viven lo que informan, como es el caso de los profesionales que aparecen en el documental.

“No es gratis que los periodistas que viven en la frontera hablen de la crisis migratoria, que los periodistas que viven en el noreste del país hablen de los desaparecidos y de la violencia ejercida por los cárteles y los grupos de crimen organizado, o que la gente que vive al lado de donde hay recursos naturales hable de la explotación de los recursos naturales”, dijo él.

“Nosotros, como ciudadanos, nos tenemos que responsabilizar de regresarle un rostro al periodismo, de humanizar al periodismo, y darnos cuenta que dependemos de los periodistas para entender qué nos pasa”.

Oportunidad y esperanza

El documental “Estado de silencio” pone de relieve el papel de los gobiernos mexicanos en la violencia contra los periodistas, desde la instauración de la “guerra” contra el narcotráfico, durante la administración de Felipe Calderón (2006-2012), hasta el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018- 2024) y su campaña de estigmatización de la prensa.

La exgobernadora de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ganó las elecciones presidenciales de junio y será la próxima presidenta del país. Miembro del mismo partido que López Obrador, Morena, se espera que Sheinbaum asuma el cargo el 1 de octubre.

En una entrevista reciente, dijo que hará “lo que sea necesario para proteger a los periodistas”. Sin embargo, rechazó las conclusiones de un informe de Artículo 19 sobre la violencia contra los profesionales de la prensa y dijo estar en desacuerdo con que “no ha habido atención a las víctimas” durante el gobierno de López Obrador.

Maza dijo que no cree que un simple cambio en la presidencia mejore la realidad de los periodistas mexicanos. Sin embargo, afirmó que el documental se estrenó deliberadamente en este “momento coyuntural” en el que puede ser posible influir en las prioridades de la próxima presidenta.

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Los nombres de los periodistas asesinados en México aparecen en los créditos del documental “Estado de Silencio”.

 

Es hora de “ser muy incisivos” y forjar alianzas entre periodistas, medios de comunicación, ciudadanos e instituciones dentro y fuera de México y presionar al nuevo gobierno para que preste la debida atención al problema, dijo.

Pino, por su parte, dijo no tener esperanzas de mejora para los periodistas en México.

“No veo esperanza de cambio porque estamos hablando de un partido que creo que nos entregó al crimen organizado”, dijo.

De regreso a su ciudad natal, dijo que ya no era posible trabajar como antes.

“Chiapas está convulsionado. Está tomado por el crimen organizado. Estoy trabajando, pero ya no puedo hacer los trabajos que hacía antes. Yo entraba a comunidades indígenas, estaba en desplazamientos forzados, en el tema migrante, o sea, eran temas fuertes, pero todavía podía entrar a los lugares a hablar de ciertas cosas. Ahora no se puede, realmente estamos silenciados”, afirmó.

De la apatía a la empatía

Según Maza, están previstas proyecciones públicas del documental en festivales y eventos en los próximos meses en Argentina, Chile, Colombia y México. También se estrenará en algunas salas del circuito comercial de cine de Colombia, México, España y Estados Unidos, y estará disponible en plataformas de streaming en octubre.

Dijo que espera que el documental saque al público de la apatía - “una espiral que se va apoderando de nosotros y que normaliza la violencia”- y hacia la empatía con los periodistas que trabajan en el país.

“Si logramos humanizar al periodista para que la gente se involucre con el problema, creo que ese es el rol del documental”, dijo Maza.

Pino dijo que el documental es “un magnífico trabajo” y que los periodistas del país deben “hacerlo nuestro”.

También espera que la gente se solidarice no sólo con los periodistas, sino también con las personas vulnerables que aparecen en los reportajes por los que se amenaza a los periodistas, como las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, los migrantes que huyen de la pobreza y la violencia y los activistas que defienden a sus comunidades.

“No quiero que me digan ‘eres valiente, eres chingona’. Lo único que quiero con este documental es que la sociedad vea la situación que pasamos como periodistas para llevarle la información hasta la comodidad de su teléfono, de su televisión, de la radio”, dijo Pino.

“Nosotros [los periodistas en el documental] somos visibles ahora. Entonces no nos dejen solos. No nos desamparen. Que se unan a esa exigencia de justicia por mis compañeros que hoy ya no pueden exigirla porque ya los callaron”.

 

Traducido por Katherine Pennacchio
Lineamientos para reproducir artículos de LJR

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