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Las mañaneras de López Obrador en México, una forma única de comunicación señalada por ataques a la prensa

El 3 de diciembre de 2018, el entonces recién posesionado presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que todos los días – de lunes a viernes – a partir de las 6 a.m. habría una conferencia de prensa en la que se hablaría sobre los temas más importantes del país.

Desde ese momento y diariamente el Presidente, usualmente en compañía de Ministros u otros funcionarios, realiza una conferencia de prensa que puede durar hasta tres horas. Esta manera de comunicación se empezó a popularizar con el nombre de “mañanera”.

“Desde mi perspectiva, las mañaneras son la piedra angular de la comunicación del actual presidente”, explicó a LatAm Journalism Review (LJR) Francisco José de Andrea Sánchez, doctor en derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien ha estudiado las mañaneras desde una perspectiva académica.

En efecto, las mañaneras se han convertido en la principal vía por la cual López Obrador se comunica con sus seguidores, y han sido reconocidas como un cambio de anteriores presidentes al momento de dar declaraciones públicas.

Sin embargo, algunas voces también las señalan como espacios propicios para atacar a medios y periodistas, e incluso para la difusión de desinformación.

Una de las más recientes polémicas tuvo lugar el pasado 22 de febrero cuando en medio de la mañanera el Presidente difundió información privada de la jefe de oficina de The New York Times en México, Centroamérica y el Caribe, Natalie Kitroeff. López Obrador leyó en su totalidad un mensaje enviado por Kitroeff en el que pedía los comentarios del presidente para un artículo en el que trabajaba.

Al siguiente día cuando fue cuestionado por otra periodista sobre la exposición a la que estaba sometiendo a Kitroeff en un país particularmente peligroso para el periodismo, el presidente aseguró que no se trató de ningún error, que lo volvería a hacer, desestimó las cifras de asesinatos de periodistas en México y aprovechó para atacar a medios y periodistas a quienes acusó de hacer periodismo en favor del poder económico y político.

“Ustedes se sienten bordados a mano, como una casta divina, privilegiada, ustedes pueden calumniar impunemente como lo han hecho con nosotros […] y no los puede uno tocar ni con el pétalo de una rosa”, dijo López Obrador en la mañanera del 23 de febrero.

“[Volvería a dar a conocer el número de un periodista] cuando se trata de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México. Por encima de esa ley [Federal de Protección de Datos Personales] está la autoridad moral y la autoridad política. Y yo represento a un país y represento a un pueblo que merece respeto”, agregó el Presidente.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) publicó un comunicado en el que aseguró que López Obrador “debe abstenerse de publicar información personal de periodistas y respetar las leyes de privacidad en el país más peligroso para los periodistas del hemisferio occidental”.

Corresponsales y periodistas en México publicaron una carta abierta en la que solicitaron al presidente ejercer “su derecho de réplica sin poner en riesgo a periodistas”.

Estoy agradecida y conmovida por la solidaridad de los colegas que firmaron esta carta. Aprecio el apoyo y me siento honrada de poder ejercer este trabajo junto a ustedes”, escribió Kitroeff en su cuenta de X tras la publicación de la carta de periodistas.

Mañaneras: un ejercicio “informativo-político sui generis

Para el académico De Andrea Sánchez es bastante lógico el uso de comunicaciones directas por parte de López Obrador teniendo en cuenta el contexto en el que llegó al poder.

“30 años antes, [López Obrador] no hubiera llegado al poder”, dijo De Andrea Sánchez al hablar sobre el uso que en su momento le dio López Obrador a las redes sociales para consolidar su nombre para la presidencia. Según explicó, con estas, López Obrador logró superar “el monopolio de los medios”.

Y es por esta misma razón, que las conferencias de prensa diarias – o mañaneras – se entienden como una forma de esquivar ese mismo monopolio y las ediciones que sus declaraciones puedan darse en los medios, explicó De Andrea Sánchez.

En un artículo de noviembre de 2021, De Andrea Sánchez califica a las mañaneras como un “ejercicio informativo-político sui generis”.

“Si uno hace un análisis de los modelos de comunicación política personales de los presidentes de las principales democracias del mundo en la actualidad, no se encuentra otro caso vigente de una práctica con las características del referido ejercicio informativo matutino del presidente mexicano”, explica el artículo.

Para De Andrea Sánchez, el ejercicio de las mañaneras, además, demuestra que López Obrador es un “hombre altamente educado” toda vez que solamente una persona “con el vasto y profundo conocimiento de la historia de México” podría ofrecer diariamente conferencias de prensa y hablar de manera espontánea como él lo hace.

Esta forma de comunicación viene desde 2001 cuando López Obrador era el jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Allí empezó con su práctica de conferencias mañaneras, publicó BBC Mundo.

“En general las conferencias matutinas o mañaneras sí son un ejercicio único dado que sí representa un espacio donde presidencia, así como otras instancias de gobierno a quienes el presidente invita, pueden tener de alguna manera un diálogo o contacto más directo, a través del cual, van marcando la agenda día con día”, dijo a LJR Pedro Cárdenas, oficial de Protección y Defensa de Artículo 19 Oficina para México y Centroamérica. “Y sí hay que reconocer que hay un paso hacia adelante en el sentido en que administraciones pasadas prácticamente era un bloqueo informativo”.

Este ejercicio único pone a López Obrador como el primer presidente en ofrecer información diaria a periodistas. Según voces consultadas por BBC Mundo, en los años 70, los presidentes no daban entrevistas a medios. En la década que siguió, los mandatarios hablaban al año con dos periodistas elegidos por sus colaboradores.

Fue el presidente Carlos Salinas quien cambió estas reglas y solía responder preguntas a periodistas en sus recorridos por el país. Una costumbre que siguieron otros mandatarios.

Por esos antecedentes, la propuesta de López Obrador no solo era atractiva sino “correcta”, señaló Cárdenas. El periodista mexicano experto en seguridad y protección Javier Garza Ramos coincide.

“Empezó como un ejercicio con mucha promesa, una promesa de transparencia en donde esperábamos que el presidente fuera a ser abierto y respondiera los cuestionamientos de los medios sobre los temas importantes”, le dijo Garza Ramos a LJR. “Pero realmente en unos cuantos meses nos dimos cuenta de que se había convertido en un ejercicio de propaganda”.

Falta de transparencia, desinformación y ataques a periodistas

Desde Artículo 19 también empezaron a ver algunos problemas con estas conferencias de prensa. Cárdenas menciona, como uno de ellos, la poca transparencia al momento de saber quiénes son los periodistas que pueden participar de ella o si se es permitido repetir la participación.

A esto se suma que no cumple la función esperada de una conferencia de prensa, esto es, responder las preguntas de los reporteros. De acuerdo con el análisis de Artículo 19, es común que la presidencia responda solamente aquellas preguntas que considera favorables para su administración.

Periodistas en primer plano levantando la mano para preguntar en una conferencia de prensa. Al fondo se ve el presidente de México en un atril

Conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador el 13 de marzo de 2024. (Foto: Presidencia de la República de México)

“En cambio si algún periodista hace alguna pregunta crítica o que pudiera considerarse incómoda por el Ejecutivo federal, la respuesta es más bien decir ‘es que ustedes están vendidos, ustedes están planeando algo en contra de la administración, esto es en realidad un ataque’”, dijo Cárdenas.

Garza Ramos también ve esta estrategia de ignorar los temas que puedan afectar la narrativa positiva para la administración. Por ejemplo, dijo, el Presidente suele evitar cualquier cuestionamiento sobre el asesinato de periodistas o amenazas a medios en el país.

“Esas preguntas las evadía por completo, pero luego se ponía a hablar de Julian Assange, cómo su detención es injusta, cómo el gobierno de Estados Unidos debía retirar los cargos en su contra, etc.”, dijo Garza Ramos. “Caía en una serie de contradicciones. Por una parte, él estigmatizaba a los medios críticos, a los medios independientes, ignoraba el tema de violencia contra periodistas, pero por otro lado él quería parecer un defensor de la libertad de expresión, pero utilizando un ejemplo que no tiene nada que ver con México”.

Cárdenas también mencionó la publicación de información privada de periodistas como forma de ataque. En enero de este año, por ejemplo, se filtró la información de los periodistas que van a las mañaneras, en un hecho que la presidencia señaló como una filtración desde un correo electrónico oficial. El Presidente también ha dado a conocer presunta información fiscal (ingresos, declaraciones, etc.) de periodistas, que en ocasiones ha sido señalado por los propios reporteros como errónea o falsa.

“Presidencia dijo que lo están haciendo porque es una manera de defender el honor y el poder público indicando incluso que es superior a la legislación; lo cual es de extrema preocupación porque habla que Presidencia no sólo ha obtenido contactos o información de todos los periodistas presentes, sino que también ha amenazado en que lo podrá hacer público posteriormente. Y eso habla de una posición de amedrentamiento a la prensa”, aseguró Cárdenas.

En el informe anual de 2023 sobre violencia contra la prensa en México, Artículo 19 registró el uso de espacios como las mañaneras para atacar a periodistas. Según el informe, el tipo de violencia que viven los periodistas en general se encuentran en tres categorías principales: “1) intimidaciones y hostigamientos; 2) el uso ilegítimo del poder público, principalmente a través de la estigmatización y el acoso judicial; así como 3) las amenazas tanto en la esfera física como digital”. Las mañaneras se encuentran en la segunda categoría.

Los ataques de las tres categorías representan el 58.82% del total de hechos violentos que registró la organización en el país durante 2023.

Según estas cifras, el Estado mexicano es el principal agresor de la prensa, con 287 casos que equivalen al 51.16% del total.

“No obstante, como ha sido el caso en los últimos años, gran parte de las agresiones documentadas en la capital provienen de los actos de estigmatización directa del Ejecutivo Federal, principalmente desde las conferencias matutinas o Mañaneras”, señaló el informe.

La organización registró al menos 62 casos de estigmatización, criminalización, bloqueos informativos e incluso publicación de información sin consentimiento durante estas conferencias de prensa.

“Es importante aclarar que no todos los comentarios en automáticos son identificados como agresiones a la prensa. Es decir, el debate público donde se corrija la prensa por sus errores – porque la prensa también tiene que trabajar en sus protocolos, en sus códigos de ética y en sus investigaciones para tener investigaciones bien corroboradas – eso no implica una agresión”, dijo Cárdenas. “¿Cuándo sí es una agresión? Cuando presidencia o cualquier otra autoridad utiliza precisamente la tribuna pública para que cuando le pregunten sobre alguna información responda con una estigmatización catalogando la prensa como vendida, como corrupta y demás”.

Un tema que preocupa también a Artículo 19 es la publicación de desinformación en las mañaneras. En marzo de 2023, Artículo 19 publicó el informe  “(Des)información oficial y comunicación social” en el que haciendo uso de pedidos de información a la presidencia buscaban corroborar declaraciones dadas por el Presidente durante sus conferencias de prensa o discursos públicos. Solicitaron información sobre 34 declaraciones: de las 34, solamente dos declaraciones fueron corroboradas con información válida. Para el resto de declaraciones, presidencia respondió o que no tenían la información porque correspondía a otra dependencia, o la información enviada era contraria a la dada por el Presidente en público.

“Entonces tenemos el proceso de la desinformación desde las autoridades porque podemos identificar que desde Presidencia de la República y las otras instancias federales comparten información que no necesariamente ha sido verificada. Por lo tanto, hay una falla a sus responsabilidades como autoridades”, dijo Cárdenas.

Artículo 19 también ha identificado gobiernos a nivel estatal y municipal que siguiendo la estrategia comunicativa de López Obrador han comenzado con algo parecido a las mañaneras donde también periodistas y medios se han vuelto blanco de ataques. Este “efecto cascada”, como señala Cárdenas, está convirtiendo a los periodistas en noticia. Los funcionarios en lugar de responder preguntas suelen poner en el centro las vidas privadas de los periodistas.

Para Garza Ramos, estos años han demostrado lo “inútil” de las mañaneras para su propósito inicial, pero usadas como “herramienta de gobierno”.

“La mañanera sirve para poner un tema sobre la agenda y muchas veces pueden ser tan frívolos pero que nos absorben mucha discusión que a veces no volteamos a ver cosas más importantes”, dijo Garza Ramos. “Se puede soltar toda la mañana hablando […] sobre algo que ocurrió hace años para no hablar sobre hechos violentos que han ocurrido ese mismo día en el país o sobre casos de corrupción en su gobierno. El presidente lo usa para desviar la atención”.

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