Comenzando desde la cima de América del Sur, se esparcieron a los rincones del continente. Salieron de sus hogares en Venezuela para establecerse en paraísos temporales en Colombia, Perú, Argentina y Estados Unidos.
Son parte de los 5,4 millones de refugiados y emigrantes de Venezuela en todo el mundo. Pero también son narradores, y han encontrado formas de crear proyectos periodísticos en sus países de acogida para integrar, capacitar y brindar información de calidad a quienes atraviesan procesos migratorios.
Estos proyectos también han significado para sus fundadores una vía para mantenerse haciendo periodismo y seguir conectados con el acontecer venezolano. El estatus de migrante dificulta el ejercer legalmente la profesión por la cantidad de requisitos o condiciones que se requieren para ello. Según un informe publicado en el año 2020 por la organización Acción Contra el Hambre sobre las condiciones de empleo de los venezolanos en Perú, “más del 80% de los migrantes trabajan en empleos inestables, inseguros y sin acceso a ningún tipo de derechos laborales o prestación social”.
En este contexto, LatAm Journalism Review (LJR) conversó con los líderes de cuatro proyectos periodísticos nacidos desde y para la migración venezolana: Cápsula Migrante, Semillero Migrante, Sho Soy de Venezuela y Venezuela Migrante.
Cápsula Migrante
En abril de 2020, los fundadores de lo que se convertiría en Cápsula Migrante realizaron un reporte periodístico para el medio digital Efecto Cocuyo de Venezuela sobre el primer venezolano que falleció en Perú a consecuencia del COVID-19. Allí se dieron cuenta de la necesidad informativa que tenían los migrantes en ese país andino.
“Previo a la pandemia, lo que reseñaban los medios peruanos eran aspectos negativos de la migración, pero al llegar la cuarentena obligatoria ese enfoque noticioso desapareció y ni siquiera se consideró, a pesar de ser una comunidad muy vulnerable y bastante afectada por la situación”, dijo Héctor Villa, cofundador de Cápsula Migrante, en entrevista con LJR.
A raíz de esto, Villa junto a la periodista Pierina Sora decidieron darle vida a Cápsula Migrante, un proyecto que informa, escucha y empodera a la comunidad migrante venezolana en Perú a partir de videos, forochats y grupos de WhatsApp. Perú está detrás de Colombia como el segundo país con más migrantes venezolanos en el mundo, según un informe del Banco Mundial hecho en 2020.
Cada lunes difunden información breve, práctica y verificada de interés para la población migrante venezolana en Perú y además realizan forochats con especialistas y capacitaciones en diversas áreas.
“Los forochat han sido muy exitosos, a las personas de la comunidad les gustan muchísimos, hemos tocado temas como el duelo migratorio, alimentación saludable, cómo cuidarse en épocas de pandemia”, explicó Villa. “No todo tiene que ser periodismo de investigación (que es muy importante y necesario para la sociedad) pero también necesitamos un periodismo que esté atento a estas comunidades y les brinde recursos útiles. Sobre todo porque están en un proceso de adaptación”.
Los fundadores de Cápsula Migrante consideran que aunque existen muchas otras cuentas en redes sociales, con un gran número de seguidores, dedicadas a informar sobre el acontecer diario, a ellos los diferencia su ética periodística y vocación de servir a su comunidad.
“Cuando migramos tenemos muchos miedos, sobre todo el de alejarnos de la profesión. Conozco a varios colegas –yo también fui así– que de día nos tocaba trabajar en una área diferente (panadería, albañilería, vigilante), y de noche nos tocaba ser periodistas… Con Cápsula puedo ejercer el periodismo y, además, me permite ser de utilidad para una comunidad”, comentó Sora a LJR al preguntarle sobre su experiencia migratoria.
Semillero migrante
La fotoperiodista venezolana Fabiola Ferrero, actualmente viviendo en Colombia, viene construyendo la idea de Semillero Migrante desde hace un par de años. El foco de su carrera ha sido la migración, contando visualmente las experiencias de los que se van y también las historias de los que se quedan.
Ferrero se alió con la escuela de fotografía Roberto Mata, la asociación civil Espacio Ana Frank, de Venezuela, y la fundación Ojo Rojo Fábrica Visual de Colombia para crear Semillero Migrante, un programa de mentoría para jóvenes migrantes venezolanos en Colombia y sus pares locales.
El programa está destinado a impulsar a los talentos emergentes a desarrollar su visión como narradores visuales y ayudarlos a involucrarse con las comunidades locales.
“Inicialmente iba a ser solo para migrantes pero luego nos pareció mejor incluir a fotógrafos del ámbito local porque la idea es que esto sea un espacio de integración entre el migrante con la comunidad que le recibe y viceversa. La idea no era usar el espacio para aislarnos y centrarnos en que somos migrantes. Es un espacio para integrar a las personas interesadas, y que estén tocadas de alguna manera, por el fenómeno de la migración”, explicó Ferrero a LJR desde Bogotá.
En este programa de mentoría, que inició el pasado abril y planea culminar en agosto, ocho fotógrafos desarrollan un proyecto que gira en torno a la migración con la guía de un mentor y semanalmente asisten a clases en línea.
“Les permitimos que cuenten la historia ellos mismos. La migración muchas veces es retratada por externos… De mi parte, la idea con este proyecto es retribuir un poco y darle herramientas a otros migrantes para que ellos a su vez ayuden a otros en su formación. Es una forma de expandir la cantidad de voces que narran la migración”, contó Ferrero.
En Semillero Migrante buscan descentrar la narrativa instaurada en los medios, y por los propios periodistas, del migrante caminante que sufre y pasa hambre. Para los creadores del programa, migrar es mucho más que cruzar una frontera y el ser migrante es solo una parte de la identidad de un individuo.
Un ejemplo es el trabajo que está desarrollando uno de los participantes del programa: Andrés Pérez, @le_veneque en Instagram. Pérez, venezolano en Colombia, está desarrollando un trabajo sobre diversidad y dualidad en la migración tomando fotografías de personas consideradas “queer” o con cuerpos no convencionales. De esta manera, cuenta las historias de los individuos sin enfocarse necesariamente en su proceso migratorio.
Sho Soy de Venezuela
El periodista venezolano Oswaldo Avendaño emigró a Argentina en noviembre de 2017, allí sintió que hacía falta humanizar más la migración y deslindarla de la narrativa de las cifras o la desgracia. Así que, un poco más de un año después, creó Sho Soy de Venezuela, una iniciativa de periodismo independiente que busca retratar la migración venezolana en Argentina a través de fotorreportajes.
El proyecto surgió como una necesidad personal de Avendaño de continuar haciendo periodismo de forma independiente.
“Al no conseguir trabajo como periodista en Argentina, me tocó evaluar cuáles eran mis puntos fuertes y qué me gustaba hacer, conjugué todo, planifiqué y surgió Sho Soy de Venezuela. Si no conseguía un trabajo en medios, entendí que yo mismo podía crear un proyecto que me mantuviera haciendo periodismo”, rememoró Avendaño a LJR.
Sho Soy de Venezuela comenzó en 2019 como un blog para compartir las historias de los migrantes venezolanos en Argentina. Sin embargo, en 2021 la iniciativa evolucionó y empezaron a pegar carteles en las calles de la ciudad de Buenos Aires con los retratos de los migrantes junto a un código de escaneo QR para invitar a los transeúntes a conocer más de las historias.
Una historia que aparece en la página web de Sho Soy de Venezuela es la de José Gregorio Márquez, un periodista venezolano que migró a Buenos Aires debido a la situación económica de su país y a la censura existente en los medios de comunicación.
“Me fui de Venezuela en 2016 huyendo de la crisis. Buscando mejores oportunidades de trabajo, mejor calidad de vida, mejor futuro. Y tomé la decisión cuando me di cuenta que mi sueldo como periodista, de 8 años de experiencia, había quedado por debajo del sueldo mínimo”, dice Márquez en la entrevista junto a su retrato.
Avendaño asegura que la iniciativa ayuda a desmontar matices de opinión que desfavorecen a los migrantes.
“Estoy convencido que las fotos de retratos ayudan a empatizar. Las fotos que acompañan las microhistorias reflejan alguna emoción con la que tienen que convivir diariamente los migrantes: tristeza, alegría, nostalgia, realización, etcétera”, comentó el periodista.
Venezuela Migrante
La periodista venezolana y cofundadora del medio digital Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, es quien está detrás de Venezuela Migrante, un portal web que busca contar el proceso migratorio de quienes abandonan el país petrolero y que también tiene como objetivo formar a periodistas venezolanos y extranjeros para que comprendan el fenómeno.
Reyes ha cubierto y visto de cerca el aumento de la diáspora venezolana, tanto que se define a sí misma más como nómada que como migrante ya que le ha tocado estar en constante movimiento entre Venezuela y otros países durante los últimos años.
Venezuela Migrante surgió, según Reyes, entre sus estadías en Brasil y Colombia donde compartió con comunidades de refugiados. Más recientemente, cubrió la llegada de migrantes venezolanos a Estados Unidos a través del Río Grande, en el suroeste de Texas.
“En Venezuela Migrante buscamos dar contenidos útiles para migrantes, específicamente los que se encuentran en Perú y Ecuador. Pero también buscamos generar redes y relaciones entre los periodistas migrantes venezolanos. Buscamos que sea un espacio donde se puedan encontrar”, explicó Reyes a LJR.
Esta idea había empezado a tomar forma desde 2018 con Venezuela a la Fuga, un reportaje sobre el fenómeno migratorio venezolano que ganó el Premio Gabo, que reconoce a las mejores historias periodísticas de Iberoamérica. En 2020 finalmente nació Venezuela Migrante con la premisa de ser “una especie de patria virtual”.
Y en eso parece estar convirtiéndose. Inclusive algunos de los fundadores de los otros proyectos que han sido mencionados en este texto colaboran escribiendo para Venezuela Migrante.
“Sí creo que el periodismo venezolano se está reconfigurando”, concluyó Reyes. “Algunos se han podido integrar a medios en los países de acogida, otros llevan sus propios proyectos, otros siguen ejerciendo para Venezuela desde afuera pero buscando siempre la manera de seguir haciendo periodismo”.