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Entrevista con el corresponsal Simon Romero: 15 años cubriendo América Latina para The New York Times

Simon Romero comenzó a trabajar para The New York Times en 1999 como corresponsal en Brasil. Más de 15 años después, ha cubierto casi todos los países de América Latina y esta semana su trabajo fue homenajeaado con el Premio Cabot para sus reportajes excepcionales sobre las Américas.

Escribe extensamente sobre temas tan variados como el código tributario brasileño, la Guerra contra las drogas en América Latina liderada por Estados Unidos, las reservas de animales en la selva boliviana, las relaciones diplomáticas entre países de América del Sur y del Oriente Medio, o la caza del guanaco en Chile.

“Quizás su talento más irresistible es su habilidad de extraer las pequeñas y difíciles crónicas – muchas veces en zonas donde poca gente se atrevería viajar – para relatar historias mayores”, dijo la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de Columbia, en el anuncio de los ganadores del premio.

Romero y otros tres periodistas recibieron el Premio Cabot de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York este 14 de octubre.

Graduado de la Universidad de Harvard, Romero se desempeñó como jefe de la oficina para la región andina del Times con sede en Caracas, Venezuela, y ahora dirige la oficina del periódico en Brasil desde su casa en Río de Janeiro. Desde allí, no solo cubre Brasil, sino también Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Antes de unirse al Times, trabajó en Estados Unidos y Brasil en varias publicaciones.

El Centro Knight para el Periodismo en las Américas está hablando con cada uno de los ganadores del Premio Cabot 2015 sobre su carrera y la situación del periodismo. Hemos hablado con Lucas Mendes, de Brasil y Nueva York; y con Raúl Peñaranda, de Bolivia. Hablamos con Simon Romero sobre el camino que lo llevó al periodismo y los desafíos que enfrenta cubriendo y explicando los diferentes países que se encuentran bajo su responsabilidad.

Centro Knight: ¿Cuándo y por qué decidió ser periodista?

Simon Romero: Llegué a trabajar en periodismo un poco más tarde que muchos de mis colegas. Fui a la universidad, en Harvard, pensando que iba a ir a la escuela de leyes o a la escuela de negocios, y no había pensado mucho en periodismo. Pero después de estudiar en Brasil en la Universidad de São Paulo durante mi tercer año, regresé con una fascinación por el periodismo.

Esto fue en 1990 y 1991, un periodo en el que Brasil estaba pasando por muchos cambios con el restablecimiento de la democracia después de una larga dictadura militar. Todavía había demasiada inestabilidad económica y política en el país, y seguí de cerca esa situación leyendo los periódicos brasileños como Folha de S. Paulo y O Estado de S. Paulo, junto con los informes enviados por los corresponsales extranjeros para los periódicos estadounidenses como The New York Times y The Wall Street Journal. Empecé a apreciar enormemente la labor crucial que los periodistas hacen al descifrar situaciones muy complejas y explicarlas en un lenguaje claro y accesible para una amplia variedad de lectores.

Después de vivir en Brasil, terminé co-fundando un semanario alternativo en Albuquerque, Nuevo México, de donde soy. Originalmente se llamaba NuCity; ahora se llama Weekly Alibi, y se mantiene fuerte. Después de eso, me las arreglé para conseguir una gran cantidad de experiencia valiosa trabajando para el diario Los Angeles Times, Bloomberg News y AméricaEconomía (una revista de negocios publicada en español y portugués) antes de comenzar con The New York Times en 1999 como corresponsal en Brasil cubriendo temas económicos.

CK: Usted cubre varios países para The Times. ¿Cómo se mantiene al día con los grandes temas políticos, sociales, económicos y culturales de cada uno de ellos?

SR: Es un gran reto cubrir un territorio tan grande. Todos los días trato de seguir las noticias de cada país en las redes sociales y en las ediciones digitales de diarios y revistas. Cuando estoy en casa en Rio de Janeiro, leo cuatro periódicos cada mañana: Folha de Sao PauloO Estado de S. PauloValor Económico y O Globo. Pero en realidad no hay sustituto para las reuniones con las fuentes de cada lugar para saber qué está pasando. Las reuniones cara a cara son una valiosa fuente de ideas de historias y una visión de la evolución de las noticias importantes.

CK: Como corresponsal extranjero escribiendo sobre América Latina para una audiencia global, ¿cuál es el mayor reto?

SR: Me parece que el mayor reto es encontrar formas innovadoras y originales para atraer a los lectores no familiarizados con América Latina hacia nuestra cobertura. Mientras los corresponsales de hace una o dos generaciones escribían para un público concentrado en lugares como Nueva York y Washington, nosotros llegamos a una audiencia mucha más amplia gracias a las nuevas tecnologías. Esto significa que tenemos que pensar en los lectores en lugares tan variados como Dubai, Yakarta, Hong Kong o Lagos, sin dejar de escribir artículos y producir contenido multimedia que impacten profundamente a los lectores de los países que cubrimos. Por ejemplo, tenemos una gran cantidad de lectores dentro de Brasil que esperan – y exigen – una cobertura competitiva y a la vanguardia por parte de The Times.

CK: El comité de premiación señaló su capacidad  para escribir artículos diarios, historias pequeñas y “la historia contextual de panorama general”. ¿Cuál prefiere?

SR: Es una pregunta maravillosa. Cada tipo de artículo es divertido y desafiante para escribir dependiendo del contexto. No hay nada como la emoción de una gran historia política o económica que sirve para ‘medir el pulso’ de un país o de América Latina como región. Pero también me parece fascinante adentrarme en lugares que rara vez son cubiertos. En mi anterior posición, cuando estuve cinco años basado en Caracas, tuve la oportunidad de escribir acerca de todo, desde el derretimiento de los glaciares en Bolivia hasta Srnan Tongo, la lengua franca de Surinam. Ahora estoy viajando mucho a la cuenca del río Amazonas, una región que me parece infinitamente interesante, o lugares como el interior de Piauí, donde escalé escarpes rocosos hasta cuevas donde vivieron personas hace más de 9.000 años. Siempre es increíble combinar reportería, viajes extremos e incluso un poco de aventura para escribir reportajes para The Times.

CK: ¿Cuál es la historia más interesante que ha escrito últimamente?

SR: Fue un reto increíble escribir sobre Shigeru Nakayama, el guardián de la Airao Velho, una ciudad abandonada en la Amazonía brasileña. Yo había oído hablar de Nakayama, nacido en Japón, y durante mucho tiempo pensé en escribir un perfil de él, pero encontrarlo no era tarea fácil. Vive como si fuera un ermitaño en unas ruinas rodeadas por una vegetación espesa ubicada en el Río Negro. Entrevistarlo fue increíble ya que nos guio a mí y a Mauricio Lima, un fotógrafo que trabaja para The Times en Brasil y en otros países del mundo, alrededor de Airao Velho. El simple hecho de estar allí fue una lección de cómo a veces planes grandiosos se deshacen – especialmente si implican asentamientos comerciales en el corazón de la selva amazónica.

CK: ¿Qué significa para usted recibir este premio?

SR: Es un honor increíble recibir el Cabot. Crecí en la zona rural de Nuevo México soñando a menudo con viajar a diferentes partes del mundo. En la universidad, me adentré en la historia de América Latina, cultivando una fascinación de por vida con la región. Después de dos décadas reportando desde Brasil y otros países del hemisferio, me he dado cuenta que en muchos sentidos América Latina y Estados Unidos son más similares de lo que imaginamos. Todavía recuerdo leyendo historias sobre América Latina escritas por anteriores ganadores del Cabot provenientes de diferentes países, no sólo de Estados Unidos. Estamos caminando sobre sus pasos, tratando de vivir de acuerdo con su legado. Es un gran homenaje estar en sus filas.

Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.

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