Las consecuencias emocionales del estrés crónico afectan la libertad de expresión, asegura Bruce Shapiro, director ejecutivo del Centro Dart para el Periodismo y Trauma durante el segundo día del Décimo Foro de Austin del Periodismo para las Américas. “El cansancio y las crisis emocionales son formas de censura tan efectivas para silenciar a un periodista como las penas de cárcel o una bala”, afirma el experto.
Los periodistas de países como México y Centroamérica enfrentan una ola de violencia en la que la crisis no pasa, los riesgos para sus familias no desaparecen ni se puede regresar a la normalidad, asegura Shapiro. “No se trata de una situación post trauma sino de un constante flujo de estrés que cobra distintos efectos en los periodistas”, explica Shapiro.
Debido a estas características, los periodistas enfrentan dificultades para dormir, para concentrarse, para pensar con sentido común, experimentan ansiedad y problemas para relacionarse con los demás. El Centro Dart también alerta sobre algunos signos de trauma en los periodistas, entre ellos, el reportero se vuelve incapaz de cumplir con la hora de cierre, se irrita con su pareja, hijos o colegas; no duerme en forma habitual y expresa que la cobertura de un hecho lo ha cambiado.
Cuando la mente se satura de recuerdos indeseables y de sentir angustia, el periodista sufre depresión y se aleja de sus colegas, familiares, fuentes de información y familias. “Si deja de hablar con amigos y colegas, se convierte en un periodista a medias”, opina Shapiro.
Por ello, el Centro Dart ha estudiado las formas de mantener el estrés bajo control y ser capaces de recuperarse al enfrentar situaciones muy traumáticas. Tener modelos de personas que han sobrevivido a la tragedia, el sentido de un propósito en la vida y la solidaridad de la comunidad contribuyen a la recuperación de las víctimas de situaciones para que puedan mantener la salud mental, explicó Shapiro. Además, la procuración de justicia da un sentido de control a las víctimas y supervivientes de experiencias traumáticas.
Shapiro también destaca que las organizaciones periodísticas deben trabajar en varios frentes al mismo tiempo, desde mejorar las condiciones laborales, defender la libertad de expresión, capacitación y protección a periodistas. “Los bajos sueldos hacen más vulnerables a los periodistas a la corrupción y las amenazas. La falta de conciencia de los riesgos y la falta de capacitación hacen que el periodista enfrente los retos sin las herramientas correctas y todo eso desencadena en una crisis de la prensa”, explica Shapiro. Otro elemento para recuperarse emocionalmente es solicitar ayuda psicológica para el periodista y sus familiares.
Shapiro recomendó la nueva página del Centro Dart con información en español para los periodistas latinoamericanos así como una aplicación para teléfonos celulares para el manejo de estrés creada por el Departamento de Veteranos Militares de Estados Unidos.
Finalmente, el experto citó un manifiesto de 1939 del escritor y periodista francés Albert Camus, quien enfrentó un periodo de represión y censura por parte de las autoridades francesas en Argelia. “La pregunta era cómo un periodista podía mantenerse independiente a pesar de la censura y la represión”. Camus determinó que la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación son las herramientas con las que puede sobrevivir el periodismo libre.
El Foro de este año denominado, "Seguridad y Protección para los Periodistas, Blogueros y Periodistas Ciudadanos", es organizado por el Centro Knight y los programas para América Latina y de medios de las Open Society Foundations. Más que una conferencia anual, el Foro de Austin es una red de organizaciones enfocadas en el desarrollo y formación de los medios en América Latina y el Caribe. Los Foros anteriores se han enfocado en temas como el Cubertura de la Migración en las Américas y el Cobertura del Tráfico de Drogas y Organizaciones Criminales en América Latina y el Caribe.