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Estudios analizan tendencias en la cobertura de la violencia contra las mujeres en Argentina, Brasil y México

Así como los movimientos feministas latinoamericanos se han fortalecido y han adquirido mayor presencia en los medios de comunicación durante la última década, la violencia contra las mujeres también ha aumentado y ha sido objeto de una cobertura más amplia en la región. Una colección de estudios sobre la cobertura de la violencia contra las mujeres en el Sur Global se centró en tres países latinoamericanos: Argentina, Brasil y México. Los estudios analizan las tendencias y señalan formas de cubrir el tema desde una perspectiva de derechos humanos y de género.

El libro “Violence against women in the Global South: Reporting in the #MeToo era(“Violencia contra las mujeres en el Sur Global: reportando en la era del #MeToo”) fue lanzado el 1 de agosto y presenta estudios de casos de 11 países. Fue editado por Andrea Jean Baker, profesora de la Universidad Monash de Melbourne (Australia); Jeannine E. Relly, profesora de la Universidad de Arizona en Tucson; y Celeste González de Bustamante, profesora de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Texas en Austin.

La violencia contra las mujeres es un problema más acusado en el Sur Global que en el resto del mundo, y se ha agravado con la pandemia del COVID-19, explicó Bustamante a LatAm Journalism Review (LJR). “Pensamos que realmente necesitábamos hacer algo para arrojar luz sobre el problema. Investigamos sobre los medios de comunicación, así que nos centramos en eso, en ver la relación entre medios y el problema, cómo estaban cubriendo el tema los medios de comunicación y cómo podrían mejorarse, dadas algunas de las deficiencias que encontramos en nuestra investigación”, dijo sobre el libro.

Portada de libro con una fotografía de una mujer sosteniendo sus manos en su cara para protegerse

Portada del libro “Violence against women in the Global South – Reporting in the #MeToo era".

Además de coeditar el volumen, Bustamante es coautora del estudio de caso sobre México junto con Grisel Salazar Rebolledo, profesora de periodismo en el Centro de Investigación y Docencia Económicas de Ciudad de México. En “¿Más allá del paradigma de la protesta? Cobertura noticiosa de las marchas del Día Internacional de la Mujer en México” analizaron la cobertura de medios mexicanos de las manifestaciones feministas en el país entre 2018 y 2020.

Otros dos estudios del libro tratan sobre América Latina. “#NiUnaMenos: The story of a tweet that revolutionized feminism and changed how media covers violence against women in Argentina” (“#NiUnaMenos: La historia de un tuit que revolucionó el feminismo y cambió cómo los medios cubren la violencia contra las mujeres en Argentina”) tiene como autora a Mariana de Maio, profesora de la Universidad de Lehigh, en Pensilvania. Y el estudio “The judge and the influencer: Race, gender, and class in Brazilian news coverage of violence against women” (“La jueza y la influenciadora: raza, género y clase en la cobertura informativa brasileña de la violencia contra las mujeres”) fue realizado por Heloiza Herscovitz, profesora de la Universidad Estatal de California.

Bustamante dijo que decidieron estudiar Argentina, Brasil y México porque son los tres países más grandes de la región, y también porque tienen “fuertes movimientos feministas sobre el terreno y en línea en términos de activismo de hashtag, específicamente relacionados con el tema de la violencia contra las mujeres”.

Ella espera que el libro pueda poner de relieve cómo la cobertura informativa de la violencia contra las mujeres está relacionada con este “enorme problema sistémico mundial”.

“Como investigadora y académica, tienes la oportunidad de decidir en qué te vas a centrar, y este me parece un tema muy importante sobre el cual arrojar luz. (...) Espero que [nuestro trabajo] mejore de alguna manera la situación de las mujeres en el Sur Global y en todo el mundo”, dijo Bustamante.

México: medios locales intensifican la cobertura de las marchas de mujeres

El estudio de Bustamante y Rebolledo analizó la cobertura de medios y agencias de noticias mexicanas sobre las manifestaciones feministas celebradas en el país entre 2018 y 2020. Las investigadoras reunieron 1.007 noticias publicadas entre enero de 2018 y diciembre de 2020 en 12 medios locales, 11 nacionales y dos agencias nacionales de noticias.

El primer hallazgo se refiere al aumento de la cobertura informativa de las protestas feministas en el país: en 2018, hubo 53 artículos; 445 en 2019; y 509 en 2020. La mayoría de ellos - 420, o el 41,7% del total - fueron publicados por medios de noticias locales, que mostraron el mayor aumento en la cobertura en el periodo: de 15 en 2018 a 223 en 2020, un aumento del 1.400%.

A partir de una submuestra de 100 artículos, los investigadores analizaron el tono, las fuentes y el encuadre de la cobertura. Los medios de noticias nacionales tuvieron la cobertura más negativa (44% del total), mientras que los medios de noticias locales tuvieron la cobertura más positiva (50%). La cobertura negativa fue más frecuente en 2019 (55%), cuando una reportera de televisión fue agredida en directo por un hombre mientras cubría una manifestación feminista en Ciudad de México. En 2020, la proporción de historias negativas se redujo al 25%, y las historias positivas representaron el 63% del total.

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Celeste González de Bustamante, profesora en la Universidad de Texas en Austin y coeditora del libro. (Foto: Cortesía)

Los funcionarios del gobierno fueron las fuentes más citadas en las historias, presentes en el 34% de ellas; el 33% de las historias no tenían fuente, y sólo en el 22% aparecían las voces de manifestantes. En los periódicos locales, el 68% de las noticias incluían voces femeninas, tanto de funcionarias del gobierno como de manifestantes. Los medios nacionales, en cambio, fueron los que más citaron fuentes oficiales.

El encuadre más frecuente, presente en el 42% de las historias, fue el de “disturbios”, centrado en “comportamientos turbulentos y daños a la propiedad privada o a edificios e infraestructuras de la calle”. Sin embargo, las autoras identificaron un aumento significativo en las “narrativas legitimadoras” de las protestas, centradas en las “demandas, agendas y objetivos de los manifestantes”, de dos historias en 2018 a 22 en 2020.

Las investigadoras creen que, en el periodo analizado, los medios de noticias mexicanos “experimentaron un proceso de aprendizaje que condujo a una cobertura más matizada y sensible, pero menos confrontativa, de las manifestaciones de mujeres”.

“Estas alteraciones señalan que los medios noticiosos en México se están moviendo en la dirección apropiada en cuanto a la cobertura noticiosa de las marchas de mujeres por el Día Internacional de la Mujer (...) Los cambios observados en este estudio de caso son valiosos porque las narrativas noticiosas pueden fortalecer o debilitar los prejuicios hacia las protestas de mujeres y el movimiento feminista en general”, afirmaron. 

Las investigadoras proponen dos explicaciones para estos cambios. Creen que los medios de comunicación están siguiendo la transformación de la opinión pública, que ha dado más importancia a los debates sobre la violencia contra las mujeres desde perspectivas feministas, debido al fortalecimiento de estos movimientos en México y en la región en los últimos años. 

También atribuyen el cambio en la cobertura al fortalecimiento de las mujeres en la comunidad de periodistas en México, con el aumento de colectivos y redes de profesionales fundadas y lideradas por mujeres. Además, cada vez hay más reporteras en las redacciones que conocen las demandas feministas, abogan por mejores prácticas y están más presentes en la cobertura de estos temas, escribieron las autoras.

Argentina: el levantamiento contra los feminicidios conmocionó a la prensa

El estudio de la investigadora Mariana de Maio recorrió la historia del movimiento #NiUnaMenos, surgido en 2015 en protesta por los feminicidios que conmocionaron a Argentina. El movimiento promovió marchas multitudinarias en todo el país, además de poner en el debate público el tema de la violencia contra las mujeres y los feminicidios, una expresión extrema de la violencia misógina. 

A partir del impacto de #NiUnaMenos, Maio analizó cómo cinco medios argentinos - Clarín, Infobae, La Nación, Página/12 y Perfil - cubrieron casos de feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres entre enero de 2015, cinco meses antes de que comenzara el movimiento, y enero de 2019. Un total de 419 notas fueron analizadas en relación con las fuentes citadas, el encuadre presente en el texto y el tono utilizado para describir a la víctima y al victimario.

El tipo de fuente más presente en las notas fue “familiares/amigos de la víctima” (39,4%), seguido por “representantes del sistema judicial” (34,8%) y la “policía” (17,4%). Clarín fue el medio que más utilizó como fuente a “familiares/amigos del victimario” (41%), y la investigadora consideró que el uso de fuentes de este medio “es más favorable al victimario”, una “tendencia que ayuda a perpetuar la visión patriarcal de la violencia contra las mujeres”. Página/12 fue el medio que más utilizó activistas y representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) como fuentes, produciendo “historias que abordan las raíces sistémicas” de la violencia contra las mujeres.

El encuadre más frecuente fue el de “hecho aislado”, presente en el 75,2% de las noticias sobre feminicidios. Clarín fue el medio que más utilizó este encuadre, presente en el 29% de sus notas. “El asesinato de una mujer, especialmente en el ámbito doméstico, suele ser informado como un hecho aislado que no representa mayor amenaza para la ciudadanía. Sin embargo, esto no reconoce las características estructurales de una sociedad patriarcal”, escribió la autora. 

A continuación, los encuadres que más aparecieron en los artículos fueron “centrarse en detalles chocantes” (38,7%) y “espectáculo trágico o fuente de diversión” (32,2%). Página/12 fue el único medio que no presentó este último encuadre. Se trata de “otro método para desviar la atención de la conexión de estos crímenes con los derechos humanos y los derechos de las mujeres”, escribió Maio. 

Por otro lado, el 13% de las notas trataron a los feminicidios como un fenómeno sistémico y no como un hecho aislado. Página/12 presentó este encuadre en el 39% de sus notas, más del doble que el segundo lugar, Clarín (18,5%).

La mayor parte de la cobertura fue neutral hacia la víctima (85,4%) y el victimario (53,5%). El medio con el tono más negativo hacia el victimario fue Infobae, presente en el 68,2% de sus notas, mientras que el más negativo hacia la víctima fue Clarín (12,9%). El medio con el tono más positivo hacia el victimario fue Perfil (5,5%) y el más positivo hacia la víctima fue Infobae (22,7%).

Maio afirmó que la cobertura de los cinco medios analizados puede ser “fuertemente criticable”, pero “se observan mejoras graduales”.

“Los femicidios no son encuadrados como crímenes pasionales con tanta frecuencia como antes, y el uso de la policía como única fuente de información ha perdido importancia con el tiempo. Se ha asignado más protagonismo a los amigos y familiares de las víctimas, y a las personas del sistema judicial. Estos cambios matizados observados en la cobertura mediática argentina sugieren que el movimiento #NiUnaMenos ha tenido cierto impacto. Con el tiempo, esto posiblemente haya contribuido a crear una cobertura más propensa a crear conciencia sobre la naturaleza sistémica del problema. Sin embargo, el enfoque general de la cobertura de estos crímenes sigue estando contaminado por valores patriarcales”, escribió la investigadora.

Brasil: clase y raza de las víctimas influyen en la cobertura de los feminicidios

El estudio de la investigadora Heloiza Herscovitz se centró en la cobertura informativa de dos feminicidios ocurridos en Brasil durante la pandemia de COVID-19. En el periodo marcado por el bloqueo debido a la emergencia sanitaria, la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico se intensificó y fue clasificada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como “la pandemia en la sombra”.

La investigación se centró en 75 noticias, de diversas fuentes, encontradas en la plataforma Google News Brasil sobre “dos de los casos de feminicidio más publicitados en los medios de comunicación brasileños que ocurrieron durante la pandemia de COVID-19”, según Herscovitz. Se trata de los asesinatos de Viviane Vieira do Amaral, el 24 de diciembre de 2020, en Río de Janeiro, y de Bruna Quirino, el 6 de septiembre de 2021, en Valinhos, en el estado de São Paulo. 

Amaral, una mujer blanca, trabajaba como juez y fue asesinada por su exmarido en un parque, delante de las hijas de la pareja. Fue detenido poco después. Quirino, mujer negra, trabajaba como profesora de baile e influencer digital. Fue asesinada en el interior de su domicilio por su marido, que también intentó apuñalar a la hija de la pareja y se suicidó.

“El feminicidio de una jueza blanca en un espacio público de Río de Janeiro generó 45 noticias, mientras que el feminicidio de una influencer negra en las redes sociales en un condominio residencial privado de São Paulo generó 30 noticias”, en la plataforma Google Noticias Brasil, escribió Herscovitz.

En la cobertura del feminicidio de Amaral, la investigadora identificó que el encuadre más presente era “ninguna mujer está a salvo, a pesar del estatus social y el color [de la piel]”. El asesinato de una mujer blanca, una juez, en un lugar público, de día, “recordó a los miembros de la élite que no eran inmunes a la violencia doméstica”, escribió Herscovitz. 

Otros marcos presentes fueron “el feminicidio es inaceptable”, haciéndose eco de las declaraciones de las autoridades judiciales condenando el asesinato de una colega; y “el crimen fue planeado”, presentando detalles sobre el crimen y el asesino.

En el caso del feminicidio de Quirino, uno de los marcos identificados fue “el color del feminicidio es negro”, en referencia al hecho de que las mujeres negras son el 62% de las víctimas de este crimen en Brasil. También se identificaron los siguientes encuadres “una mujer negra independiente despierta la rabia ciega de un hombre”, destacando el hecho de que Quirino había hecho publicaciones en las redes sociales diciendo que era la “jefa de su marido”, y “un crimen sin un móvil claro”, en noticias que especulaban sobre el estado de salud física y mental del autor. 

Herscovitz cree que, “en cierto modo, los relatos presentados por los medios de comunicación eran incoherentes”.

“Las descripciones de los agresores sugieren que estaban estresados, mental o físicamente enfermos, y de alguna manera provocados (...). A pesar de que uno de los autores apuñaló a su mujer delante de sus tres hijas pequeñas, y el otro intentó apuñalar a su hija de 20 años cuando esta le sorprendió mientras mataba a su esposa, las noticias no incluían fuentes que explicaran cómo afectaban los feminicidios a los niños. El análisis también reveló que los medios de comunicación no pudieron presentar los casos de feminicidio como parte de un contexto social más amplio y un problema social importante. Las fuentes citadas en los reportajes ofrecían perspectivas limitadas sobre por qué la violencia contra las mujeres es una crisis social importante y qué debería hacerse para cambiar el statu quo”, escribió la investigadora.

Imagen banner: Mujeres en marcha en Ciudad de México en septiembre de 2018. Foto: Danielle Lupin / Flickr CC.

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