Amado por unos, odiado por otros. No hay términos medios para catalogar las reacciones a la gestión política de Hugo Chávez, ni su relación con los medios de comunicación en Venezuela, país que gobernó durante 14 años. Con las repercusiones por su muerte, anunciada el martes, 5 de marzo, las confrontaciones entre el mandatario y los medios privados fueron evidentes.
La organización Human Rights Watch (HRW) dijo en un comunicado que el principal legado de Chávez era una "alarmante concentración de poder e indiferencia absoluta por las garantías básicas de derechos humanos". HRW también criticó al presidente y a sus seguidores por "debilitar la capacidad de los periodistas, de los defensores de derechos humanos y de los venezolanos que ejercen sus derechos fundamentales".
Como era de esperar, medios oficiales como Telesur, criticaron lo que consideran "campañas de desprestigio y manipulación por parte de los principales medios de comunicación" contra el jefe de Estado en la cobertura de su muerte.
La "guerra mediática" emprendida por Chávez comenzó con el Golpe de Estado de 2002, que le arrebató el poder al mandatario durante dos días. Los medios privados fueron acusados de apoyar al movimiento golpista. Según John Dinges, periodista del Columbia Journalism Review, durante el golpe de Estado, los medios privados de Venezuela le dieron amplia cobertura a las manifestaciones anti-Chávez e ignoraron a los que pedían el regreso del presidente.
Para el politólogo Nicmer Evans, la actitud beligerante de Chávez contra algunos medios es justificada debido a la posición adoptada por ellos. "El papel que desempeñaron durante el golpe de Estado canales como RCTV y Venevisión están presentes de manera consciente o inconsciente en todos los venezolanos", dijo a la agencia France Presse.
A partir de ese episodio, Chávez comenzó a tomar medidas que acabarían por debilitar a los medios críticos del gobierno. Radios y canales de televisión, como RCTV, fueron obligados a cerrar y vieron su salud financiera estrangulada por la falta de publicidad estatal. Periodistas considerados hostiles fueron acusados por difamación y se les impidió participar en eventos oficiales.
Uno de los casos más emblemáticos de acoso a medios privados es el del canal Globovisión. Chávez se manifestó en repetidas ocasiones contra este canal, el cual fue condenado a pagar cerca de $ 6 millones de dólares de multa por su cobertura periodística y tuvo sus bienes embargados por el gobierno, un hecho que fue condenado por organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), WAN-IFRA y Reporteros Sin Fronteras.
Sin embargo, la respuesta de los medios tampoco contribuyó a remediar el conflicto, de acuerdo con Oscar Medina, periodista venezolano colaborador de las revistas Esquire, Rolling Stone y Leopard. "Los medios asumieron posiciones políticas que conllevaron a la pérdida de su capital más importante: la credibilidad", dijo al diario El Comercio.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/mundo/COMUNICACION-Medios-divididos-Hugo-Chavez-Venezuela_0_877712326.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
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Si el líder de la Revolución Bolivariana no podía confiar en los medios privados para divulgar sus logros y enfrentar a sus adversarios, el apoyo de una poderosa red mediática estatal y de normas que obligan a los canales a transmitir los discursos presidenciales en la red nacional lo hicieron omnipresente en la vida de los venezolanos. Según Folha de S. Paulo, fueron 3.500 horas de discursos pronunciados por Chávez hasta septiembre de 2012. La exigencia de transmitir los discursos por la red nacional fue criticada por organizaciones defensoras de la libertad de expresión, como Espacio Público.
Para sus opositores, Chávez creó un imperio mediático controlado y financiado por el gobierno y suprimió la libertad de expresión en Venezuela. Para sus partidarios, la ampliación de la oferta de emisoras comunitarias, jugó un papel decisivo en la descentralización de los medios de comunicación en el país, que acabó siendo víctima de un cerco mediático promovido por intereses extranjeros.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.