Organizaciones de prensa nacionales e internacionales repudiaron el asesinato del periodista marañense Décio Sá, ocurrido en la noche del lunes 23 de abril y criticaron el aumento de la impunidad en los crímenes contra la prensa en Brasil.
Sá, de 42 anos, trabajó durante 17 años para la sección política del diario O Estado do Maranhão y escribía sobre crímenes y corrupción en su blog, uno de los más populares del estado de Maranhão.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) señalaron que las autoridades deben asegurar que los periodistas puedan trabajar libremente cuando investigan casos de corrupción. "Esperamos que este asesinato sirva de advertencia a las autoridades de la región sobre los peligros a los que están expuestos los periodistas", afirmó RSF en un comunicado.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) señaló que Brasil aparece por segundo año consecutivo en la lista anual de países con mayor Índice de Impunidad. La semana pasada, la CPJ le envió una carta a la presidente Dilma Rousseff expresando su preocupación por el historial de crímenes sin resolver y por las recientes medidas adoptadas por el gobierno brasileño, las cuales "contradicen el compromiso asumido por el gobierno de garantizar la libertad de expresión y hacer de los derechos humanos una prioridad", como la decisión de bloquear una propuesta de la ONU en favor de la seguridad de los periodistas.
En la nota, la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji, por sus siglas en portugués) dijo ver con preocupación la escalada de violencia contra los periodistas en Brasil. "Los crímenes que buscan callar a los periodistas representan un grave atentado contra la libertad de expresión", resaltó.
La Federación Nacional de Periodistas (Fenaj), el Sindicato de Periodistas Profesionales de São Luís y el Sindicato de Locutores de Maranhão, solicitaron al Congreso Nacional aprobar el proyecto de ley que federaliza los crímenes cometidos contra los periodistas. La Asociación Brasileña de Prensa (ABI, por sus siglas en portugués) y la Asociación Nacional de Diarios también lamentaron el homicidio e instaron a las autoridades a tomar medidas al respecto.
La violencia contra los periodistas el año pasado hizo que Brasil ocupara el 41º lugar en el ranking de libertad de expresión de la ONG Reporteros Sin Fronteras. Según el Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI, por sus siglas en inglés), en 2011, Brasil ocupó el 8º lugar en el ranking de los países más peligrosos del mundo para los periodistas. Este año, ocupa la segundo lugar.