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Para muchos periodistas en Ecuador, ejercer la profesión es sinónimo de bajos sueldos y precariedad

El periodista Luis Cheme, de la provincia de Esmeraldas, en la frontera norte de Ecuador, es corresponsal de un grupo de medios de alcance nacional.

Solía ser empleado de tiempo completo, pero actualmente cobra por cada nota publicada y sin beneficios laborales de ley.

“Nosotros como corresponsales, desde el inicio el acuerdo es [que trabajemos] bajo el sistema de facturación”, dijo Cheme a LatAm Journalism Review (LJR). “No hay relación de dependencia, no hay beneficios de ley, no hay viáticos, nada. Ganas lo que produces y ya”.

En gran parte de Ecuador, el periodismo se ejerce en circunstancias de precariedad laboral, con bajos sueldos, sin prestaciones de ley y en muchos casos sin seguridad social.

Cover of a 2025 report by foundation Periodistas Sin Cadenas, from Ecuador.

La precariedad laboral fue el segundo factor más amenazante para el periodismo ecuatoriano en 2024, según un informe de la Fundación Periodistas Sin Cadenas. (Foto: Captura de pantalla)

De hecho, la inseguridad laboral fue identificada por periodistas como la segunda mayor amenaza a la profesión en Ecuador en 2024, de acuerdo con un nuevo informe de la Fundación Periodistas Sin Cadenas. Este factor se ubicó solo después de la violencia, en el país con el más alto índice de homicidios en la región.

“Nos ha sorprendido de manera muy triste que hay periodistas a los que les pagan entre uno y cinco dólares por una nota periodística”, dijo Susana Morán, de Periodistas Sin Cadenas, a LJR. “Están trabajando sobre todo en la informalidad, sin posibilidad de acceder a un seguro social”.

La mayoría de los trabajadores de la prensa (39.6 por ciento) encuestados por la fundación dijeron ganar menos de 400 dólares al mes, por debajo del salario mínimo en el país, que es de 470 dólares mensuales.

Cheme recibe más que el salario mínimo porque se esfuerza en publicar más de una nota al día, además de realizar reportajes especiales para las ediciones de fin de semana. Trata de que sus artículos sean lo más completos posible, de preferencia con material fotográfico y sobre temas coyunturales, para que sean publicados en portada, o a doble página en interiores, ya que esas notas se pagan a una tarifa más alta, dijo.

El periodista dijo que en los últimos años ha visto cómo colegas que trabajaban como empleados en medios de comunicación han sido despedidos o forzados a renunciar para luego ser recontratados como prestadores de servicios por honorarios, sin prestaciones de ley. Muchos de ellos, dijo, no tienen un ingreso fijo o no alcanzan el salario mínimo.

“Los periodistas tienen que seguir haciendo algo para poder comer y han aceptado condiciones indignas para el propio oficio”, dijo Morán, acerca de los periodistas que trabajan sin seguridad ni protección.

La precariedad no es algo nuevo para el periodismo ecuatoriano. Morán dijo que se trata de un problema estructural que viene atado a las condiciones del país en general. Pero la situación se agravó tras la pandemia por COVID-19, cuando casi 23 mil trabajadores de la comunicación fueron despedidos y decenas de medios regionales se vieron forzados a cerrar, de acuerdo con una investigación anterior de Periodistas Sin Cadenas.

“Muchos de estos periodistas que fueron despedidos o cuyos medios desaparecieron se quedaron sin poder recibir sus derechos legales como trabajadores”, dijo Morán. “Son indemnizaciones o incluso a veces hasta sueldos pendientes que no les fueron pagados durante mucho tiempo”.

Morán dijo que la crisis de derechos laborales que afecta Ecuador también ha sido un factor para empeorar las condiciones en las que trabajan los periodistas.

A reporter interviews a street vendor selling corn on a quiet street in a small Ecuadorian town.

Un reportero entrevista a una comerciante en una localidad de Ecuador. Debido a la precariedad laboral, los periodistas ecuatorianos se limitan a cubrir los hechos del día. (Foto: Cortesía Periodismo Sin Cadenas)

El informe de Periodistas Sin Cadenas menciona el caso del Diario El Comercio, uno de los periódicos más antiguos y populares de Ecuador, el cual hasta 2024 todavía debía salarios pendientes a extrabajadores y jubilados.

Cada vez son menos los medios medianos o grandes que tenían la capacidad de atraer a los periodistas más jóvenes para iniciar sus carreras, dijo Morán, ya sea porque han desaparecido o porque han cambiado sus condiciones de contratación a unas sin relación de dependencia ni beneficios de ley.

La precarización laboral y la violencia también están forzando a los periodistas a abandonar sus hogares. Casi el 12 por ciento de los trabajadores de la prensa encuestados por Periodistas Sin Cadenas dijeron que tuvieron que cambiar de ciudad en los últimos dos años. La mitad de esos periodistas desplazados tomaron la decisión por razones económicas.

La deserción de la profesión es otra de las consecuencias de la inseguridad laboral. Un 44 por ciento de los encuestados respondió que se ha visto forzado a dejar de trabajar como periodista total o parcialmente debido a cuestiones económicas o de inseguridad en 2023 y 2024.

El informe indicó que la precariedad laboral también está limitando el desarrollo del periodismo investigativo en Ecuador, pues este tiene altos costos. Por tanto, los medios se limitan a cubrir las notas diarias sin profundizar en los hechos.

En busca de soluciones

El periodista Manuel Moreira ha sido testigo de la precariedad laboral entre sus colegas de la ciudad de Manta, al oeste de Ecuador.

“Hay locutores que trabajan en medios de comunicación radiales que, por ejemplo, perciben de forma mensual 200 dólares, otros 50 dólares, otros no tienen sueldos y viven de sus emprendimientos digitales”, dijo Moreira a LJR sobre la situación del periodismo en Manabí, la provincia donde se ubica Manta. “Es un tema bien, bien precario”.

Screenshot of a Facebook Live broadcast of news web page InfoManta, in Ecuador.

En la provincia de Manabí, un grupo de periodistas ofrecen a empresarios locales transmisiones en Facebook Live de sus negocios a cambio de un pago. (Foto: Captura de Pantalla)

Moreira divide su tiempo laboral entre su propio emprendimiento periodístico, la página de noticias en Facebook InfoManta, y otros dos empleos, uno fijo como reportero para otro medio digital y otro por horas como editor en una radio comunitaria.

Hace poco más de un año, Moreira tuvo una idea para aprovechar mejor el alcance de los emprendimientos periodísticos digitales como el suyo. Junto con un grupo de cerca de 10 colegas, el periodista creó una iniciativa para ofrecer a empresarios locales coberturas comerciales a través de transmisiones en vivo en Facebook.

“Cuando alguien, por ejemplo, desea que le hagan un trabajo de publicidad de alguna inauguración de un condominio, o si alguien va a inaugurar un hotel, su local de pizzería, su peluquería, nos contacta y entre todos vamos y lo hacemos”, dijo Moreira. “Trabajamos como una especie de agencia de comunicación”.

El periodista dijo que en Manabí, las transmisiones en vivo en redes sociales tienen un impacto significativo, por ello cada medio cobra a los empresarios entre 20 y 60 dólares por realizar una transmisión en vivo de sus eventos o negocios. Para él, dijo, ese dinero es un ingreso extra que usa principalmente para el pago del combustible. Pero para algunos de sus colegas, esos videos representan su único ingreso.

“Mi realidad es muy distinta a la de mis compañeros, porque ellos no tienen un sueldo fijo, y yo lo tengo, a veces con retraso, pero lo tengo. Pero ellos dependen netamente de este tipo de emprendimiento”, dijo. “Con 30 dólares pueden comprar carne para una semana, Con otros 20 dólares, se puede comprar legumbres, frutas para la semana”.

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