La pareja de marido y mujer que se desempeña como presidente y vicepresidente de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, son sujetos frecuentes de la pluma del caricaturista Pedro X. Molina.
Sus ilustraciones contienen referencias a sus similitudes con dictadores anteriores, a sus extravagancias en los gastos, a sus ataques a medios de comunicación independientes y, por supuesto, a su papel en la muerte de casi 400 personas que fueron asesinadas en el contexto de las protestas que comenzaron en abril de 2018.
Con la ayuda de estas caricaturas, Molina contó a estudiantes, profesores y público en general reunidos en la Universidad de Texas en Austin el 1 de noviembre sobre la actual crisis política que Nicaragua vive y cómo los medios críticos se han convertido en blanco en el proceso. Esto hizo parte del evento, “Medios y democracia en tiempos de cólera digital y polarización en América Latina”, organizado por el Centro Knight para el Periodismo en las Américas y el LILAS Benson Colecciones y Estudios Latinoamericanos.
La posición en la que se encuentra el país actualmente no comenzó en abril de 2018, como lo explicó Molina.
“Durante más de una década, hemos experimentado una erosión continua de todos nuestros derechos civiles y humanos fundamentales en Nicaragua, incluido el fraude electoral, un sistema de justicia corrupto, un Congreso criminal y un Poder Ejecutivo cuya única función es permanecer en el poder sin importar qué”, dijo Molina. “El fraude electoral, la represión, la corrupción, el abuso y los asesinatos han aumentado constantemente durante una década. No es algo que explotó el año pasado”.
Sin embargo, las protestas se produjeron en el país a raíz de una propuesta de reforma a la ley de seguridad social hace más de un año.
Una de las personas asesinadas durante las protestas fue Ángel Gahona, un periodista que recibió una bala en la cabeza mientras transmitía en Facebook Live.
A medida que las cosas empeoraron para el público en general, también lo hizo la situación para los periodistas independientes.
“Los periodistas fueron acosados, golpeados y robados en las calles por las fuerzas del régimen”, dijo Molina. “Las estaciones de radio fueron quemadas y los periódicos comenzaron a tener problemas para imprimir sus ediciones diarias porque el gobierno no les permitía importar el papel y la tinta que necesitaban. Los periodistas más visibles recibieron amenazas de cárcel y muerte a través de las redes sociales”.
En diciembre de 2018, las fuerzas policiales allanaron la sala de redacción del sitio digital Confidencial, que publica el trabajo de Molina, y tomaron computadores, cámaras y otros materiales de trabajo.
“Al día siguiente, los periodistas se vieron pidiendo prestados computadores para poder denunciar la agresión”, dijo Molina. “Como todavía estábamos produciendo contenido para la gente, Ortega y Murillo no estaban contentos. De alguna manera estaban pensando que al quitarnos nuestro equipo, dejaríamos de informar lo que estaba sucediendo. Pero no lo hicimos, por supuesto. Las cosas ya no funcionan como en los años 70”.
La policía regresó al día siguiente, ocupó el edificio y hoy todavía se encuentra allí.
Una semana después, las fuerzas policiales allanaron la estación de televisión independiente 100% Noticias y arrestaron al dueño de la estación y a la jefe de prensa, acusándolos de promoción del terrorismo, como explicó Molina.
“Para entonces, era bastante obvio que el gobierno estaba persiguiendo a periodistas independientes. El nivel de las amenazas que muchos de nosotros recibíamos aumentó. Ahora no solo nos amenazaban con la cárcel o la muerte, sino que también comenzaban a mencionar detalles sobre nuestras vidas privadas y nuestras familias”.
Unos 60 periodistas independientes han tenido que abandonar el país, muchos de ellos siguen trabajando fuera de Nicaragua.
Para hacer el trabajo crítico que hace, Molina encontró un hogar en el sitio digital Confidencial. Esto sucedió antes de las protestas de abril de 2018.
“Puedo seguir haciendo esto porque encontré un lugar en un grupo de personas fuerte y determinado con el que puedo hacer este tipo de cosas. Es muy importante para nosotros reunirnos y tratar de encontrarnos con otras personas que piensen igual y que realmente, realmente intenten hacer una diferencia”.
Como explicó Molina, se unió al sitio después de dejar el periódico impreso El Nuevo Diario luego de que fuera vendida a personas que no querían atraer la ira del gobierno y que, por lo tanto, le pidieron que no lo hiciera.
“La gente me pregunta si las cosas se están enfriando en Nicaragua en este momento”, dijo Molina. “Mi respuesta es que las cosas están peor ahora”.
Los manifestantes no pueden salir a la calle, siguen ocurriendo asesinatos y los presos políticos son hostigados. En cuanto a la prensa independiente, El Nuevo Diario tuvo que cerrar debido a la falta de materiales de impresión. El diario impreso La Prensa se vio obligado a cambiar su formato y reducir el número de páginas. Además, los periodistas independientes siguen siendo atacados físicamente.
“Todos los días, las cosas empeoran en Nicaragua, mientras que el mundo parece olvidarse un poco más”, dijo.
Joy Díaz, productora del programa de radio Texas Standard y moderadora de la conversación con Molina, señaló las similitudes entre Nicaragua y Estados Unidos y preguntó cómo este último país podría aprender del primero.
“Al intentar preocuparse por lo que está sucediendo allí abajo. La gente de aquí, tengo la sensación de que solo les importa ‘eso hará que más personas entren a Estados Unidos’ y eso es todo”, dijo Molina. “No les importa nada más. No les importa por qué estas personas abandonan sus países e intentan venir aquí. Y solo se centran en tratar de detener a esas personas”.
Díaz también le preguntó a Molina por qué le gustaría ser recordado.
“No me importa que la gente me recuerde. Lo que sí quiero que la gente recuerde es quizás mi trabajo o la razón por la que hago mi trabajo”, dijo Molina. “Esta idea de ser libre, de poder decir lo que quieras sobre la sociedad en la que vives y no dar nada por sentado. Ser muy escéptico y crítico con todo lo que vemos y de preocuparnos unos por otros y por la política”.