Durante la pandemia de COVID-19, la dirección del periódico brasileño Diário do Grande ABC dejó de publicar el suplemento Diarinho, dirigido al público infantil y juvenil, para reducir costos en un momento económico difícil derivado de la crisis sanitaria. La decisión tuvo que ser revocada la semana siguiente.
“El domingo que no salió el suplemento, la gente que compra el periódico en los quioscos se quejó. Cuando se dieron cuenta de que no estaba el Diarinho, volvieron para devolver el periódico y pedir que les devolvieran el dinero. Eso, por no hablar de los suscriptores, que estuvieron llamando al periódico todo el día para quejarse. A la semana siguiente, Diarinho estaba de vuelta”, dijo el editor Nilton Valentim a LatAm Journalism Review (LJR).
Valentim es miembro de COLO - Coletivo de Jornalismo Infantojuvenil (Colectivo de Periodismo Infantil y Juvenil). Creado en febrero de 2022, el grupo reúne a comunicadores y periodistas que producen contenidos informativos dirigidos a niños y adolescentes, así como a investigadores en el campo de la comunicación y la infancia. El objetivo del grupo, en este primer momento, es mostrar que el mercado existe, pero se enfrenta a desafíos, como los prejuicios en las redacciones y en el mercado publicitario.
Hasta hace poco, la mayoría de los diarios de Brasil publicaban suplementos dirigidos a los lectores en edad escolar. Folha y O Globo, los dos periódicos más leídos del país, publicaron Folhinha y Globinho, que se insertaban en los respectivos periódicos y contenían una mezcla de noticias, cómics y actividades para niños y jóvenes. Estos suplementos, sin embargo, dejaron de publicarse en 2016 y 2013, respectivamente, ya que los medios recortaron costos y adaptaron sus estructuras para sobrevivir a la transición digital.
La mera existencia de Diarinho es la excepción que confirma la regla, sobreviviendo como uno de los pocos suplementos infantiles que aún circulan periódicamente en los medios impresos brasileños. En 2022, cumplió 50 años, con 2.592 ediciones publicadas hasta el 6 de noviembre.
“Muchos de los adultos que hoy leen el periódico se interesaron por las noticias gracias a Diarinho, en una época en la que no existía internet, el teléfono móvil, YouTube o Tik Tok. Muchas cosas han cambiado, pero es de suma importancia seguir ofreciendo contenidos interesantes para estos jóvenes. Para que puedan tener la capacidad de evaluar mejor la información que llega a través de los medios electrónicos”, dijo Valentim. “Ofrecer contenidos que sean de su interés hará sin duda que estos jóvenes se interesen por la lectura, por mantenerse informados”.
Una de esas personas adultas que descubrió las noticias de niño a través de los suplementos de los periódicos infantiles es la periodista e investigadora Juliana Doretto, profesora del Programa de Postgrado en Lenguas, Medios y Arte y de la materia de periodismo de la Pontifícia Universidade Católica de Campinas, en el estado de São Paulo. Años más tarde, tuvo una de sus primeras experiencias profesionales como editora en Folhinha, que se publicaba en Folha de S.Paulo. Doretto es una de las fundadoras de COLO.
“Nuestro periodismo infantil estaba muy orientado a las producciones impresas en los suplementos de los periódicos tradicionales. Con la crisis de la prensa, fue una de las primeras secciones que se recortaron”, dijo Doretto a LJR. “COLO surge de la unión de los académicos que se ocupan de estos temas, y de los agentes de este mercado, [a partir del] entendimiento de que necesitamos establecer y fortalecer un campo de comunicación de no ficción dirigido a niños y jóvenes”.
COLO cuenta actualmente con 28 miembros, que representan al mundo académico y a los medios de comunicación. Entre ellos está el periódico JOCA, lanzado en 2011 como el primer medio periodístico dirigido exclusivamente a un público de niños y adolescentes en edad escolar. El principal producto, una edición impresa quincenal, cuenta con 302 mil suscriptores en todos los estados brasileños.
“Es un periódico que trae noticias de actualidad, es decir, esas noticias que vemos en todas partes, consideradas como noticias ‘adultas’, publicadas en los periódicos tradicionales. Lo acercamos a los niños y a los jóvenes en un lenguaje que puedan entender, con explicaciones que el periodismo tradicional a veces no da, porque considera que los adultos ya lo saben”, dijo a LJR María Carolina Cristianini, redactora jefe de JOCA.
Otro miembro de COLO es Radinho BdF, un programa semanal de 30 minutos dirigido a niños y familias, que se emite en Radio Brasil Atual, en la Región Metropolitana de São Paulo, y se retransmite en 170 emisoras de todo el país, además de estar disponible en las principales plataformas de podcast. Con dos años y medio en el aire, Radinho BdF ha producido más de 100 episodios y ha ganado premios de periodismo.
El episodio “Los niños refugiados discuten el derecho a migrar en Radinho BdF” recibió una mención honorífica en el Premio Vladimir Herzog de Periodismo y Derechos Humanos 2021, uno de los más prestigiosos de Brasil. El episodio cuenta las historias de niños de Venezuela, Rusia, Angola, Haití y Siria que viven en Brasil como refugiados, junto con sus familias.
“Todos los episodios están elaborados a partir de entrevistas realizadas a niños, una media de cinco por episodio. Este es nuestro principal objetivo, construir el guion y difundir la información a partir de la experiencia de los niños. Creemos que construir junto a ellos es la mejor manera de dialogar con este público. Y siempre es muy positivo y sorprendente lo mucho que conocen y reflexionan sobre los temas propuestos. Los niños tienen mucho que decir”, dijo a LJR Camila Salmazio, presentadora y guionista de Radinho BdF.
Los niños tienen derecho a la información, tal como se establece en la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, ratificada por 196 países. El documento reconoce el papel que desempeñan los medios de comunicación para garantizar el acceso de los niños a este derecho. Sin embargo, en la práctica, el periodismo dirigido a los menores de 18 años tiene poca difusión. A pesar de las cuestiones económicas que hicieron desaparecer los suplementos infantiles de los periódicos tradicionales, hay otros factores que contribuyen a esta situación, según la evaluación de las fuentes escuchadas por LJR.
“El periodismo infantil es tratado con prejuicios dentro de las redacciones y por el mercado, porque los niños son tratados como ingenuos, tontos e incapaces de pensar críticamente sobre el mundo en el que viven. Es una forma reduccionista de tratar a los niños”, dijo Doretto. “El periodismo infantil es uno de los elementos que construyen la idea de la infancia que desarrolla la sociedad. La forma en que hablamos de la realidad con los niños influye en cómo los adultos ven a los niños y cómo los niños se ven a sí mismos".
A partir de este diagnóstico, COLO se centra en tres líneas de actuación. La primera, en las universidades y escuelas de periodismo para mostrar a los futuros comunicadores que el periodismo infantil existe y es un área de actividad tan importante como el periodismo político y económico. La segunda es estrechar lazos con las escuelas, para que profundicen en el uso del lenguaje periodístico para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje. Y la tercera es en el ámbito de las políticas públicas que valoran y estimulan el periodismo para niños y adolescentes.
“Este es un público olvidado dentro del periodismo. Además de ser un derecho de los niños y adolescentes a recibir información adecuada y expresar sus opiniones, creo que es parte de la formación de cualquier ciudadano tener acceso a la información”, dice Salmazio. “[Los desafíos] son muchos, empezando por las barreras del prejuicio de que los niños no deben hablar o recibir información sobre temas como la política, por ejemplo”.
La presentadora de Radinho BdF no evita los temas difíciles en el programa sólo porque la audiencia sea infantil. Cuestiones como el cambio climático, las elecciones y las pandemias son algunos de los temas tratados en el programa. El episodio sobre los refugiados es una prueba de ello, y otros, como uno que aborda el tema de la violencia sexual contra los menores, un tema considerado tabú incluso en el periodismo para un público más maduro. El programa “¿Qué es la autoprotección y cómo cuidar tu cuerpo?” ganó el Premio de Comunicación de la Fundação José Luiz Egydio Setúbal.
“Reflexioné mucho sobre cómo abordar el tema porque es un tema tabú para nuestra sociedad. Y los niños, una vez más, dirigieron este camino con gran competencia, compartiendo información muy importante. Fue especial porque entendí que hacer periodismo para los niños es, de hecho, poner el periodismo al alcance de todos”, dijo Salmazio.
En la misma línea, Cristianini señala que la JOCA se compromete a informar sobre las noticias de actualidad que aparecen en los medios de comunicación tradicionales. Esto significa cubrir, a veces, situaciones trágicas, como la ruptura de la presa de Brumadinho, en el estado de Mina Gerais, que mató a 270 personas en 2019. Además de publicar la noticia, el periódico decidió involucrar a sus lectores y les pidió que escribieran cartas de solidaridad para los niños del pueblo afectado.
“Este movimiento duró unos meses y recibimos más o menos 3 mil cartas de nuestros lectores, que de hecho enviamos a Brumadinho. Y entonces comenzó un movimiento de algunas escuelas de Brumadinho que respondían a nuestros lectores que les habían enviado estas cartas”, recuerda Cristianini.
Ya en la prolongada cobertura de la pandemia de COVID-19, Cristianini observó un cambio en la reacción de los lectores. Al principio, llegaron preguntas básicas, como “qué es una pandemia”. Pero con el tiempo, a medida que el medio iba explicando más cosas, las preguntas empezaron a ser también más profundas. Los lectores querían saber ahora “qué es una cepa” y “cómo se produce una vacuna”.
“Creemos que teniendo contacto con las noticias desde la infancia, aprendiendo lo que es el periodismo desde la infancia y aprendiendo a informarse desde la infancia, este niño crecerá con un mejor repertorio, comprendiendo mejor la sociedad en la que vive”, dijo Cristianini. “Hacer periodismo para los niños y jóvenes es cumplir con un derecho que ya está previsto, y en realidad sólo estamos cumpliendo con nuestra obligación”.