Hay una anécdota recurrente que dice que el periodista no sabe hacer cuentas, porque si supiera no sería periodista. Sin embargo, este no es el caso de los profesionales de la prensa que trabajan como freelancers. No saber hacer cuentas es un lujo del que no pueden prescindir.
Esto se debe a que la falta de un flujo fijo de ingresos requiere más organización, ya sea para lidiar con periodos de escasez o para lidiar con retrasos recurrentes en los pagos por el trabajo realizado. En esta época de COVID-19, la situación es aún más grave para los periodistas freelance, que se ven afectados por el empeoramiento generalizado de la situación financiera de los medios, como muestra una encuesta del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
En todo el continente, los periodistas que se dedican exclusivamente a trabajar como freelance comparten problemas comunes y desarrollan sus propios métodos de supervivencia en un mercado competitivo y subvalorado.
El mexicano Carlos Tomasini era editor del diario Reforma cuando fue despedido en 2012 e inmediatamente se convirtió en freelance. Lo que comenzó como una necesidad se convirtió en una elección, ya que logró equilibrar mejor la vida profesional y personal. Al principio, a pesar de la experiencia acumulada en las redacciones, se enfrentó a un desafío completamente nuevo, ya que conocía a pocos editores y entendía poco sobre el mercado editorial. Además de establecer una red de contactos y clientes, también tuvo que aprender a lidiar con los costos y precios de su trabajo periodístico.
“En todo este tiempo yo he aprendido cuál medio paga más, cuál medio paga menos, cuánto cuesta más o menos una nota en internet, cuánto cuesta un reportaje para un periódico. Entonces esa es la primera cosa cuando voy con un medio o un medio me llama, yo ya sé más o menos cuánto paga”, dijo Tomasini a LatAm Journalism Review. “La segunda es: yo tengo un precio y cuando me piden una cotización de algo que nunca se ha hecho, lo que tengo que medir es cuánto tiempo ocupa de mi día, cuánto dejaría yo de ganar si me dedicara a esto”.
Saber cuantificar la necesidad de trabajo para terminar un artículo y ponerle precio son habilidades cruciales para sobrevivir como periodista freelance. Este es uno de los momentos más difíciles, especialmente porque hay poco espacio para la negociación con los medios.
“Son los medios los que dan los precios. Tenemos poco margen de negociación, cada uno ya tiene el precio que ofrece más o menos. Luego hablamos, ‘pero esta historia llevará tiempo, ¿no puede tardar un poco más?’. Luego te dicen que lo máximo que tienen es eso y cedes, porque no vale la pena quedarse en ese artículo por más de una semana por R$ 500 (US$ 100)”, dijo la periodista brasileña Joana Suárez a LJR. “Pensemos en la sostenibilidad financiera del freelance, porque no se puede hablar simplemente de sueños, porque el periodismo no es un trabajo voluntario”.
La práctica en el mercado del periodismo freelance es pagar por la producción, no por horas. Sin embargo, la elaboración de un reportaje puede requerir mucho más tiempo que otro con el mismo número de palabras. Normalmente, esto no es tomado en cuenta por los medios contractuales.
Con sede en Río de Janeiro desde hace seis años, la española Ana Peralta produce reportajes sobre Brasil y Latinoamérica para medios de habla hispana en el continente y también en España. Cuando tiene una idea para un reportaje aprobado por un medio, generalmente ya tiene la mayor parte del cálculo hecho. Un trabajo que no se paga si se rechaza el artículo.
“La preproducción de un artículo que es lo que te ocupa más tiempo; pero antes de ofrecer una historia que puede que no funcione, me gusta estar segura de que el medio la quiera, de ese modo ya tengo el camino hecho. Pero también a veces no les interesa la historia; eso pasa casi a diario”, dijo Peralta a LJR.
Trabajos no periodísticos que pagan las cuentas
Las barreras a las que se enfrentan los periodistas freelance llevan a muchos de ellos a buscar otras fuentes de ingresos además de los medios. En este proceso de diversificación, producen contenidos para empresas, ONG y otras organizaciones, que suelen pagar más en plazos más cortos y son más frecuentes. En el caso de Tomasini, esto es lo que garantiza la mayoría de sus cuentas hoy.
“La labor periodística ya no es el principal ingreso, es mi principal ventana. Al fin y al cabo, soy periodista y llevo muchos años siendo periodista y ese esa mi labor principal, de donde tengo ingresos importantes (...) Tu firma es tu producto y lo que vendo a las empresas es mi labor periodística, y cuando me llaman es por eso”, dijo Tomasini.
La colombiana Andrea Aldana es un referente en la cobertura de los conflictos armados y la mafia en el país. La especialización en el tema hace que sea buscada por ONG internacionales para realizar investigaciones y producir informes sobre la violencia en el país. Si bien considera estar en una posición más favorable que otros periodistas independientes en Colombia porque siempre ha tenido un trabajo, el servicio para la ONG representa un aumento sustancial en la cuenta corriente.
“A mí me encargaron investigaciones sobre la seguridad de Medellín. Entonces es como un gran reportaje que tú le pasas a una ONG y esta te paga US 1.000 o US 2.000 dólares por un reportaje. Aquí son como 3 millones de pesos, mientras un periódico te está pagando US 100 o US 150 dólares por una nota”, dijo Aldana a LJR.
Suárez se resiste a emprender trabajos no periodísticos. Lleva dos años y medio trabajando en esta área, luego de dejar el periódico O Tempo, en Belo Horizonte, y trasladarse a Recife. Durante este periodo, escribió más de 30 reportajes para 15 medios diferentes.
“Todavía no he hecho las llamadas de los trabajos no periodísticos, que es hacer asuntos internos, para ONG [y otras organizaciones] (...), ese trabajo genera dinero más rápido. En mi caso, solo hice un gran reportaje, pero no siempre puedes conseguir que acepten tus historias”, dijo la brasileña.
Punto final, hora de cobrar
El tema de la sostenibilidad financiera es un dilema recurrente para los periodistas que trabajan como freelance. La falta de trabajo es una amenaza constante, pero eso no significa que los problemas terminen cuando hay trabajo. El punto final del texto suele ser el comienzo de un nuevo viaje, esta vez en busca de pago.
El brasileño Gabriel Bonis lleva seis años trabajando como freelance con base en Europa, habiendo trabajado antes en Reino Unido, Bosnia, Grecia y Alemania. Además de la preocupación constante por las historias, fuentes, reportajes y textos, es necesario mantener un estricto control de las cuentas por cobrar de clientes anteriores.
“El problema es realmente organizar ese cronograma de cuándo recibes los pagos, así que lo que siempre hago es planificar con dos meses de anticipación. Si hice cuatro historias y sé que es un medio 'x', sé que lo recibiré en 45 días. Es aburrido, pero es más o menos cómo funciona”, dijo Bonis a LJR.
La experiencia con los pagos atrasados es común en todo el continente. Y no es, como uno podría imaginar, que el retraso se deba a valores más altos para ciertos trabajos.
“Es muy difícil esto de cobrar, pues al terminar el mes tienes que pagar la escuela, tienes que pagar la renta del apartamento, tienes que comprar comida y etc. Y, de repente, lo que trabajaste hace cuatro meses aún no lo recibes (...) El tema de la liquidez ha sido el principal problema. Hay pagos de menos de US$ 100 que tardan tres meses”, dijo Tomasini.
En el caso de periodistas principiantes, que aún no son conocidos por los editores o no tienen un historial de publicaciones que mostrar, una práctica común es trabajar gratis. Que arroje la primera piedra quien nunca haya considerado esta posibilidad o incluso se ha visto obligado a aceptar estas condiciones.
“En Colombia no hay ningún freelance, nadie que empiece el periodismo sin regalar el trabajo. Para que te reconozcan como freelance tienes que regalar el trabajo. Si tú eres un extraño, pero quieres tener un nombre en periodismo y estás buscando que inmediatamente te paguen, eso no va a pasar. Puedes ser un extraño, pero regalas tu trabajo, la gente va viendo, y ya después sí te empiezan a buscar”, dijo Aldana.
'Desarrollo de negocios'
Hasta ahora hemos hablado de dos costes que no siempre se tienen en cuenta en el trabajo del periodista freelance: el tiempo de precalcular artículos que aún no han sido aprobados y el de cobrar por trabajos realizados que aún no han sido pagados. Un tercero aún debe tenerse en cuenta: la prospección de clientes potenciales o el "desarrollo empresarial".
“Yo diría que el 60% de las historias las sugiero. La vida como independiente es así, si no te lo recuerdan, nadie te enviará una agenda, así que ofrezco muchas cosas”, dijo Bonis. “El primer paso es obtener el correo electrónico del editor y luego enviarlo. Después es conseguir que lea tu correo electrónico, por eso me centro en las historias más específicas. Ahora, se la historias se vuelva un hecho, es otra cosa”.
Peralta también suele buscar clientes de forma activa. A pesar de vivir en Brasil desde hace seis años, es consciente de que necesita recordar a los editores y medios dónde está y que está disponible para trabajar. Incluso las vacaciones son oportunidades para buscar trabajo. En las últimas, estuvo en Ecuador, donde tuvo acceso a una tribu indígena que tiene muy poco contacto con los forasteros. Actualmente está tratando de negociar las imágenes con un canal de televisión.
“El freelance nunca dice ‘estoy listo para unas vacaciones’. Estás pensando en lo que vas a hacer cuando regreses, cómo vas a conseguir dinero si no tienes clientes habituales, cómo vas a conseguir posibles pautas para cuando llegues a casa”, dijo Peralta.
Debido a que es reconocida internacionalmente en lo que respecta al crimen organizado o los conflictos armados en Colombia, Aldana admite que actualmente le están llegando muchos trabajos. Pero, aun siendo altamente especializada y calificada en un tema, esto no es garantía de que tendrás trabajo.
“El freelance, por más de que yo tenga un nombre en un trabajo, si en este momento yo me quedo sin trabajo, el [trabajo] freelance no me da para vivir”, dijo Aldana. "Es muy inestable y por eso te digo, ¿cuánto tiempo pasó para que yo supiera que ya yo tengo esa estabilidad?, pues en realidad ninguno, porque si ahorita me echan, quedó en la calle".
Este artículo fue escrito originalmente en portugués y fue traducido por Paola Nalvarte.