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Preparación y seguimiento al trauma son clave para periodistas que cubren protestas en América Latina

Esta es la tercera entrega de una serie sobre la cobertura de protestas en América Latina. Aquí puede leer la primera y segunda entrega*

 

Ilustración de fotoperiodista cubriendo protesta

(Ilustración: Pablo Pérez ‘Altais’)

Cuando el equipo del medio investigativo Cuestión Pública, de Colombia, decidió enviar a un corresponsal a la ciudad de Cali para que cubriera las manifestaciones que habían comenzado el 28 de abril de 2021 en todo el país, sabía que lo tenían que mandar preparado “como si fuera una guerra”.

“En general hay muy pocas garantías para quien decida salir con una cámara, ponerse un carné de prensa”, le dijo en su momento Diana Salinas, directora y cofundadora del medio, a LatAm Journalism Review (LJR). “Si hay alguien que lo quiera hacer constantemente, tiene que saber que tiene que irse con unas medidas de protección importantes, pero además tiene que tener un seguro médico que lo vaya a atender urgentemente, un traslado a la clínica, son cosas que van a pasar, que hay que tener allí en el radar como si fuera una guerra”.

Cubrir protestas que en ocasiones se tornan violentas en los últimos años en América Latina es un desafío para los periodistas que pueden no recibir capacitación o preparación especial. Si bien es trabajo del Estado garantizar la seguridad de los periodistas y que el papel del liderazgo de los medios es clave para proteger a sus empleados, dicen expertos, los periodistas también deben tomar medidas para garantizar salir de las calles sanos, mental y físicamente.

LJR conversó con defensores de la libertad de prensa sobre el rol del Estado para garantizar la seguridad, así como con expertos en seguridad y protección de periodistas sobre recomendaciones para antes y después de cubrir protestas.

[Vea la primerasegunda entrega de esta serie sobre protección de periodistas]

El Estado: el primer garante del ejercicio periodístico y la protección de reporteros

Periodistas cubriendo una protesta frente a fuerzas de seguridad

(Ilustración: Pablo Pérez ‘Altais’)

La seguridad de los periodistas, especialmente cuando tiene que ver con el actuar de las fuerzas de seguridad está en primera instancia a cargo del Estado – que debe generar condiciones adecuadas para que los periodistas cubran eventos sin ningún tipo de intimidación, ya sea de fuerzas de seguridad o de otros actores. Son diferentes organizaciones las que han hablado de este tema, pero sin duda la jurisprudencia para la región más importante fue la establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Vélez Restrepo vs. Colombia.

El caso tiene que ver con la golpiza, amenazas e intimidaciones que vivió el camarógrafo ‘Richard’ Vélez Restrepo cuando cubría una manifestación que se tornó violenta por parte de miembros del Ejército del país y quien después no solamente fue amenazado por registrar estos hechos sino también por buscar justicia.

“Este es un caso muy particular en la cual la Corte Interamericana tuvo la oportunidad de analizar ciertas garantías para el cubrimiento periodístico cuando estamos hablando de eventos de alto interés público como puede ser una protesta o un reclamo social, pero también la forma como el Estado atiende esos reclamos”, dijo a LJR Pedro Vaca, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La sentencia plantea que deben existir garantías para que la prensa pueda ejercer su trabajo cubriendo estos eventos de interés público, y esas garantías incluyen prevención de violencia contra periodistas durante la cobertura así como la investigación y sanción si se llegan a presentar hechos violentos, explicó Vaca.

“En varios episodios de protesta durante este año hemos registrado agresiones contra periodistas y esas agresiones son asignadas a integrantes de la fuerza pública y otras tantas también a manifestantes”, dijo Vaca. “[Esto indica que] los planteamientos de esta sentencia son de urgente implementación por parte de los Estados porque el hecho de que haya una porción importante de agresiones que provienen por parte de la fuerza pública o que se le asignan a la fuerza pública marca un desafío importante porque también cumplen un deber de garante del derecho a la libertad de expresión”.

Preparación, preparación y más preparación

Sin perjuicio del deber de los Estados, periodistas y medios también pueden tomar medidas que les permita, hasta cierto punto, prevenir o verse menos afectados por hechos de violencia durante la cobertura de protestas. Incluso algunos expertos consideran que el tener una mejor preparación en temas de seguridad física ayuda a tener mayor tranquilidad en el aspecto psicológico.

“P​repararse les permitirá reaccionar de mejor forma ante riesgos, ataques o incidentes”, dijo a LJR Paula María Saucedo, Oficial de Protección y Defensa de Artículo 19. “Mientras más preparación y más platiques sobre qué medidas se van a tomar o accionar en caso de una emergencia, me parece que emocional y psicológicamente la gente reacciona mejor”.

Algo en lo que coincide Alejandra González, consultora en atención a víctimas de graves violaciones de derechos humanos.

“Encuentro peores impactos en quienes no están preparados, en quienes no se contextualizan, en quienes no saben a qué van, que en quienes sí tienen una noción que sitúan a su quehacer en un escenario de conflicto”, le dijo a LJR.

Entrenamiento en ambientes hostiles para periodistas

Entrenamiento en ambientes hostiles. (Cortesía: IWMF)

No obstante la situación de violencia que viven los periodistas en las manifestaciones, para los expertos aún falta mucha sensibilización sobre estos peligros.

Para González por ejemplo es “impresionante” cómo los medios pueden manejar tanta información, conocer diferentes contextos, pero no tienen un análisis de riesgo para el contexto de sus trabajos.

“No [se puede] ser ingenuos o ingenuas en el tipo de trabajo que se va a hacer”, explicó González. “No podemos ser inocentes en el tipo de trabajo que realizamos y en lo incómodo que resulta. Creo que ahí hay una autorresponsabilidad sin perder de vista que la obligación y el respeto por nuestros trabajos sí es una cuestión que los gobiernos tienen que respetar básicamente”.

Aunque Jeff Belzil, director de seguridad de la Fundación Internacional para las Mujeres en los Medios (IWMF) y quien ha trabajado con periodistas y medios en América Latina y el Caribe, cree que desafortunadamente solamente el “trauma” en medio de una cobertura lleva a los periodistas a cambiar de mentalidad, piensa también que entrenamientos en ambientes hostiles tienen un impacto importante. Y por esa razón es tan necesario que tanto medios como periodistas se esfuercen por realizarlos.

Especialmente antes de la pandemia estos entrenamientos, dirigidos por Belzil, y que incluyen ambientes como el que se vería en protestas que se tornan violentas, cuentan con gases lacrimógenos, gas pimienta, actores y demás, que crean un ambiente muy real.

“Yo los ponía en una situación en la que ellos [me dicen] ‘oye, es que yo no estaba preparado para eso entonces no pude reaccionar, no pude hacer mi trabajo’. Y de ahí ellos se preparan un poco mejor para la vida real porque vieron que no estaban preparados”, dijo Belzil a LJR.

Tanto Belzil como Judith Matloff, experta en seguridad y protección, creen que el primer paso para la preparación es conocer el contexto del país y las protestas en donde los periodistas estarán reportando.

“Cada país y las regiones y municipios dentro de él difieren”, dijo Matloff a LJR. “Lo que ocurre en DF [Distrito Federal de Ciudad de México] no necesariamente se aplica a una favela de Río [Brasil] o Matamoros [México] o Medellín [Colombia]. Entonces, los periodistas deben saber cómo responden las fuerzas de seguridad y las personas malas en ese lugar en particular”.

De la misma manera que se preparan para cubrir una historia, los periodistas deben saber las tácticas utilizadas por cada una de estas partes.

“Estas tácticas están en constante evolución, por lo que los periodistas deben mantenerse actualizados y evaluar las respuestas semanalmente o diariamente”, agregó Matlof.

En el caso de Colombia, por ejemplo, Belzil señala que el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) – dependencia de la Policía Nacional – es una de las fuerzas de seguridad más capacitadas de la región.

“Es como el Israel de América Latina en cuestión de sus tácticas, de la violencia que usan. Entonces [los periodistas] tienen que llegar muy, muy preparados porque este Escuadrón Móvil Antidisturbios está muy, muy, muy capacitado, tiene el equipo nuevo, tiene nuevas armas antidisturbios, tiene nuevas granadas, tiene muchas cosas que en otros países no hay”, dijo.

ESMAD de Colombia

ESMAD, el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional de Colombia. (National Police of Colombia, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons)

Matloff señala que se debería pedir a colegas, organizaciones como el CPJ o grupos de derechos humanos que vean patrones y cómo pueden prepararse.

En América Latina, los periodistas pueden encontrar armas utilizadas tanto por las fuerzas de seguridad como por los manifestantes incluidos gases lacrimógenos, gas pimienta, balas de goma, porras, caballos, cócteles molotov, piedras, ladrillos e incluso munición real.

La periodista brasileña Clarinha Glock es una autora del manual de seguridad en la cobertura de protestas de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji), creada un año después de las protestas en el país de 2013. También colaboró en el Mapa de Riesgo para Periodistas de la Sociedad Interamericana de Prensa. (SIP).

En ambas guías, y en varios cursos de seguridad para periodistas que ha impartido a lo largo de su carrera, destaca que las directrices son “indicativas” o “válidas en apenas algunas situaciones específicas”.

“Cuando vas a la guerra, sabes que tienes que tener cuidado, estar preparado, saber qué documentos usar. En cierto modo, lo que sucede es que también se necesita preparación de seguridad para el día a día”, dijo Glock a LJR. “Si antes mostrar un carné e identificarse como prensa era un salvoconducto para la cobertura, se empezó a ver que la prensa estaba siendo atacada por las fuerzas de seguridad por las denuncias [de abusos] y, también, por los manifestantes”.

En la prevención también se incluyen otras decisiones como qué tipo de ropa se debe usar, quiénes estarán monitoreando el recorrido del periodista, cuál es el plan de refugio o escape, entre otras. [Vea al final un recuadro con información detallada]

No olvidar la preparación y seguimiento psicológico

Un evento traumático puede generar problemas en un reportero que van desde dolores de cabeza, sudoración, olvidos o palpitaciones, hasta trastorno de estrés postraumático con síntomas asociados a la depresión que incluyen falta de apetito, cambios en el sueño, alteraciones de funcionamiento, entre otros, según explicó González.

Esto lleva a que se afecte su trabajo, agregó la experta. Los periodistas pueden estar produciendo menos o con calidad deficiente o procrastinando en las entregas. Su vida familiar – relaciones con hijos, pareja y otros familiares – e incluso en su vida sexual, especialmente si la agresión ha tenido una connotación sexual, también puede verse afectada.

Periodistas cubriendo protestas, parados al lado de manifestantes

(Ilustración: Pablo Pérez ‘Altais’)

“Y luego está otra, donde vemos los impactos más graves reflejados y es cuando hay ruptura en el proyecto de vida”, explicó González. “Entre más traumático es un evento, entre más desconcertante, entre menos acceso puedas tener incluso a la denuncia o a la justicia, etc. mayor ruptura en el proyecto de vida y ahí es donde va a ser incluso más crónico el daño”.

Por eso la preparación también debe incluir un componente psicológico como lo asegura Elana Newman, doctora en psicología especializada en periodismo y trauma y directora de investigación del Centro Dart para Periodismo y Trauma.

​​“Tenemos que empezar a pensar en un plan para antes, durante y después, tal como lo harías con tu cobertura periodística”, le dijo a LJR.

Esto implica pensar en dónde cada persona es psicológicamente vulnerable, qué puede hacer para mantener la calma durante el evento y qué pasos tomar después para cuidarse a sí misma.

En general, dijo la psicóloga, los periodistas son bastante resilientes. Sin embargo, existen riesgos y peligros laborales reales que los profesionales deben conocer.

Para mantenerse resiliente, recomienda asegurarse de tener apoyo social, redes y recordar su misión: por qué está haciendo el trabajo.

Aquí, dicen las voces expertas, los medios tienen también una gran responsabilidad. Por un lado, deben asegurarse de que sus reporteros conocen los límites pero sobre todo que tienen su apoyo si deciden abandonar una cobertura por su propia seguridad, y ante un evento deben hacer un seguimiento claro con el periodista.

“A mí me gustaría que los editores hablaran de seguridad con las periodistas o los periodistas. A mí me gustaría que ellos hablaran de los límites, de que si la cosa se pone fea, que no haya ningún problema por salir del lugar”, dijo Belzil. “A mí me gustaría ver más eso: los medios hablando de los riesgos asociados con la historia y de tener una charla para decir ‘oye, es que yo no quiero que te pongas en peligro o que resultes herido’ o ‘no pasa nada si sales del lugar o pides ayuda’”.

Para Belzil este tipo de conversaciones son especialmente importantes para las mujeres periodistas quienes, por cuenta “del tema del machismo” que las afecta en diferentes escenarios, enfrentan un mayor riesgo.

Para Saucedo, de Artículo 19, y González la sensibilización con los directivos y editores de los medios es importante para asegurar un seguimiento a periodistas que se enfrenten a eventos traumáticos. Una de las cosas que ayudan es socializar, pero también darles su espacio. No todas las personas desean hablar de manera inmediata.

González enfatiza además que un periodista debe mantenerse seguro para cumplir su rol que en últimas es informar.

“No sé qué opinen los periodistas más expertos, pero desde el punto de vista psicosocial lo ideal [ante una situación de peligro] es replegarte, en donde no tengas daño […] y saber como decimos en México ‘¿qué tanto callo?’, o sea que tanta experiencia tienes en este tipo de momentos y de situaciones. Pero si no hay nada de experiencia, lo mejor es replegarse”, dijo González. “Porque insisto, el papel o la labor de reporteros, periodistas y demás es justo dar cuenta, hacernos saber y en el momento en que ellos o ellas ya están en riesgo entonces dejamos de saber. Y esa es una regla, ¿no?”.


RECOMENDACIONES DE EXPERTOS

Manifestación en Chile en 2019

Manifestantes en Plaza Baquedano en Santiago, Chile, en 2019. (Hugo Morales, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons)

LJR presenta una lista básica de recomendaciones para periodistas al cubrir protestas con base en las entrevistas hechas a Jeff Belzil, Judith Matlof y Clarinha Glock.

  • Conocer el contexto del lugar y de las razones por las que tienen lugar las manifestaciones. En este punto se debe saber sobre las fuerzas de seguridad del país y ciudad. Qué tipo de armas han usado en el pasado.
  • Con base en el contexto, qué equipo de seguridad se necesita y qué se consigue en el lugar a donde se llega: respiradores con filtro (funcionan también mascarillas KN95 o N95), gafas de protección de proyectiles o gases lacrimógenos, casco (tipo ciclismo), kit de primeros auxilios.
  • Planeación específica:
    • ¿Cómo se va a llegar a la manifestación?
    • ¿Cómo se va a salir de la manifestación?
    • ¿La protesta es de día o de noche? Hay mucha más probabilidad de ataques al finalizar el día y en la noche.
    • Tener un plan de comunicación. Si se está en peligro, ¿a quién va a llamar? ¿Quién sabe que está en la zona, desde qué horas, hasta qué hora? ¿Hay plan de salida? ¿Cuál es el teléfono de la ayuda legal de su medio? Si lo tiene, memorícelo y escríbalo en su brazo con marcador a prueba de agua.
    • Si los militares o policías le están mirando directamente o gritando, planear cómo va a reaccionar. Por ejemplo, gritar “prensa” y gritar que se está moviendo.
    • ¿Qué tipo de ropa va a usar? Evitar ropa de color llamativo, pero tampoco ir de negro completamente o estilo militar. También se debe evitar ropa con materiales sintéticos, poliéster, nailon o lycra, porque si hubiera un incendio o se lanza una bomba molotov ese material sintético se pega a la piel. Siempre se recomienda algodón.
    • ¿Zapato deportivo o normal? ¿Va a usar cinturón?
    • Si tiene credencial de prensa, ¿dónde la va a llevar? Evite usarla alrededor del cuello. Sin embargo, asegúrese de tenerla a la mano.
    • Conocer sus propios límites. Si no se cuenta con protección personal, es mejor tomar distancia.
  • Se recomienda la compañía de un colega.  Hay menos posibilidad de que alguien sea arrestado, detenido o atacado cuando está con alguien.
  • Buscar lugares de refugio con anticipación en caso de que no se pueda salir de la zona.
  • Intentar estar ligero para facilitar el movimiento. Por ejemplo, evitar llevar muchas cámaras, pero sí llevar varios lentes. Algunos expertos recomiendan un teléfono con cámara en lugar de una cámara grande.
  • Estar atento a lo que hacen las fuerzas de seguridad.
  • Cambiar de posición constantemente. Es más fácil atacar “objetivos estáticos”.
  • Tener en cuenta su propio perfil. Género, apariencia y comportamiento. Apariencia: en ocasiones la ropa o una mochila podrían aparentar que un periodista hace parte de la manifestación. Si se tiene cabello largo, evitar las colas de caballo.
  • No ubicarse en medio de enfrentamientos.

Para medios (con sus periodistas o freelancers)

  • Ofrecer tiempo y oportunidad para entrenamientos y capacitaciones en cobertura de protestas.
  • Entregar seguro médico.
  • Establecer un protocolo de seguridad y plan de comunicación. Si algo sale mal, a quién se llama. Si algo pasa, establecer un lugar para ir. Establecer el tiempo en que el periodista permanecerá en la protesta.

RECURSOS ADICIONALES PARA COBERTURA DE PROTESTAS:


Teresa Mioli y Júlio Lubianco ayudaron en la realización de este artículo.

 

*Este es el tercer artículo de una serie sobre la seguridad de los periodistas en América Latina y el Caribe. Este proyecto de LatAm Journalism Review es financiado por el Fondo Mundial de Defensa de los Medios de la UNESCO.

Lee otros artículos del proyecto en este enlace.

 

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