En Brasil, la cobertura periodística del desalojo de un asentamiento ilegal conocido como Pinheirinho, en São José dos Campos, ha estado marcada por la brutalidad policial y la restricción de la libertad de prensa. El violento operativo de la policía militar, en cumplimiento de una orden judicial, desalojó a 9.000 personas que vivían hace ocho años en el lugar y dejó varios heridos .
Lúcia Rodrigues, periodista de la Rede Brasil Atual, recibió dos tiros hechos por un policía municipal cuando llegó al lugar del operativo para intentar entrevistar a algunos de los moradores que eran desalojados el domingo 22 de enero, según informó el sitio del canal. Rodrigues se había identiifcado como reportera y al momento de recibir los disparos tenía levantados los brazos, con su grabadora en una mano.
En otro episodio de violencia, un vehículo de una emisora afiliada a la cadena Globo que estaba en la comunidad en cuestión fue incendiado, informó Folha de S. Paulo. El ataque no dejó heridos.
“Es inaceptable que la policía, que debería garantizar el derecho de trabajar y la seguridad de los periodistas, sea protagonista de agresiones contra estos profesionales. Desafortunadamente, éste no es un episodio aislado ya que situaciones como éstas ya han sido registradas anteriormente”, afirmó el presidente del Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de São Paulo (SJSP), José Augusto Camargo.
Además de las agresiones, se ha impedido a los periodistas entrevistar a moradores de Pinheirinho y se les ha obligado a seguir las instrucciones de la policía para hacer su trabajo. En una nota del 23 de enero, el portal Terra informó que el acceso al terreno en cuestión está siendo controlado por la policía y que la prensa sólo puede entrar, con escolta policial, a determinados sectores de Pinheirinho.
"Estuve en São José dos Campos a causa del violento desalojo de la comunidad de Pinheirinho este domingo. La policía militar prohibió la entrada de los periodistas, limitándonos al perímetro del terreno, lo que siempre es es una mala señal. Sin la presencia de una prensa libre, la sociedad recibe informaciones limitadas y la fiscalización de los actos del poder público se queda coja. Es decir, se esconde más fácilmente lo que no se quiere mostrar", dijo el periodista Leonardo Sakamoto a la revista Vírus Planetário.
Para el SJSP, la postura de la policía militar constituye una restricción a la libertad de prensa.
Cientos de individuos, además de diversas organizaciones no gubernamentales han expresado su rechazo al operativo policial y criticaron el desalojo de Pinheirinho. Actualmente, los 9.000 moradores del terreno disputan su propiedad con una empresa.