Por Dylan Baddour
En un paisaje de medios digitales saturados y en rápida evolución, queda demostrado que discernir la verdad de la falacia es un desafío para los lectores, sobre todo cuando se trata del discurso gubernamental. En respuesta a una creciente demanda de noticias confiables y precisas, la comprobación de datos se ha convertido en una práctica periodística que permite dar cuenta de la veracidad del discurso de los funcionarios públicos.
Un proyecto argentino llamado Chequeado es pionero en ese esfuerzo de poner en práctica la comprobación de datos y puso en acción campañas de crowd sourcing para financiar sus operaciones . Con más de 66.000 seguidores en Twitter, el sitio está utilizando las redes sociales y otras campañas en línea para generar el financiamiento necesario y no depender de los grandes donantes. Chequeado apunta a financistas individuales que se interesen en el espíritu de su trabajo de comprobación de datos.
La Directora Ejecutiva de Chequeado, Laura Zommer, dijo que la comprobación de datos representa un retorno a los fundamentos del periodismo, donde cualquier persona puede utilizar las herramientas en línea disponibles para combatir la desinformación.
"Los gobernantes no van a dejar de utilizar estratégicamente los hechos, para contar la historia que más les convenga. Eso no va a cambiar ", dijo Zommer al Centro Knight para el Periodismo en las Américas. "Ahora, la comunidad puede optar por no tolerar este engaño intelectual, cuando los líderes dicen lo que quieren”.
La comprobación de datos no es una práctica nueva, pero Chequeado ahora está buscando el apoyo del público para financiar su trabajo. Cuando más de 50 grupos de todo el mundo se reunieron en la Cumbre Global de Verificación de Datos del Instituto Poynter en Londres en junio pasado, Chequeado fue presentado como un caso de estudio debido a sus fuentes de financiación únicas y diversas. En 2013, se estima que el 37% de los ingresos del equipo de verificación de datos de ocho miembros procedían de pequeños donantes.
El mérito puede atribuírsele en gran parte al enfoque adoptado por su CEO, Laura Zommer, quien fue contratada en 2012 con el objetivo de lograr que Chequeado fuera independiente de sus fundadores, que lanzaron el sitio usando su patrimonio personal, en 2010. En diálogo con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, Zommer dijo que lo que buscaba era no simplemente reemplazar grandes donantes con otros grandes donantes.
La mayoría de los sitios de verificación de datos representados en la Cumbre de Verificación de Datos Global dependen de la financiación de filántropos, otros medios o empresas que siguen las directrices de responsabilidad social corporativa. Según Zommer, estos donantes pueden quitar su aporte inesperadamente, lo cual es uno de los mayores riesgos al usar esas fuentes de ingresos, pero su apoyo también impacta a muchos lectores que cuestionan su potencial influencia en la presentación de informes.
En Argentina, donde el campo de la política está fuertemente polarizado, y donde los partidarios del gobierno y la oposición dependen en gran medida de los distintos medios de comunicación partidistas, la verificación de datos basada en donantes independientes tiene el potencial para impactar positivamente en la percepción pública de los medios y la presentación de informes.
Desde 2010 el sitio ha ganado una cantidad sustancial de seguidores en toda la Argentina, donde Zommer dice que los políticos citan al medio y cuenta que la gente ha comenzado a utilizar la página web como un verbo, preguntando en Twitter si el dicho de algún funcionario ha sido "chequeado".
Operaciones de comprobación de datos han tenido efectos similares en otros lugares. PolitiFact, fundada en 2007, fue uno de los primeros en llamar la atención, sobre todo cuando se convirtió en una franquicia nacional en los Estados Unidos en 2010.
"La verificación de datos ha sido una fuerza disruptiva en la política estadounidense", dijo el fundador de PolitiFact, Bill Adair, en comunicación con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas. "Los políticos a menudo citan nuestras comprobaciones de datos y a veces son más cuidadosos con lo que dicen porque saben que estamos observando".
El año pasado, el Reporter’s Lab de la Universidad Duke, en Carolina del Norte, que actualmente opera bajo la dirección de Adair, comenzó a compilar las operaciones de comprobación de datos y encontró 44 organizaciones activas en todo el mundo.
"Nuestra investigación muestra que la comprobación de datos está creciendo y fortaleciendo las democracias de todo el mundo", dijo Adair . "Hemos encontrado comprobación de datos en algunos lugares inverosímiles como Ucrania, donde verificadores están proporcionando a la ciudadanía información vital contra la desinformación y la propaganda política".
En América Latina algunos proyectos de comprobación de datos recientemente lanzados han venido desde O Globo y Agencia Pública en Brasil, La Silla Vacia en Colombia, El Observador de Uruguay y Polígrafo en Chile.
Chequeado ha ejecutado una campaña de crowdfunding al estilo del desafío del balde de hielo. Bajo el hashtag #NoMandenFruta (literalmente "no envíe fruta”, pero también un modismo para "no inventes" o “no alteres la verdad”), los usuarios de medios sociales publicaron videos donde aparecen comiendo un limón y nominan amigos. La idea, dice Zommer, es crear conciencia sobre la importancia del papel de la gente en la generación de funcionarios responsables.
"En este momento hay organizaciones en Argentina que trabajan con crowd-funding , pero son en su mayoría acerca de temas "verdes", trabajando sobre salvar a las ballenas o proteger los bosques”, dijo Zommer". No existe una cultura [ en Argentina ] de apoyo público a las organizaciones que trabajan en la comprobación de datos . Estamos cambiando eso".
Al cierre de esta edición, el sitio había logrado una recaudar $12.053 con 169 donantes, sobrepasando su meta en la campaña de crowdfunding IndieVoices.
Nota del editor: Esta historia fue publicada originalmente en el blog Periodismo en las Américas del Centro Knight, el predecesor de LatAm Journalism Review.