En una acción inusual entre los periodistas, la reportera brasileña Patrícia Campos Mello está demandando al presidente Jair Bolsonaro y a otros funcionarios públicos que hicieron insinuaciones sexuales en su contra. Se trata de una medida también de protección tras la serie de amenazas y hostigamientos que comenzó a recibir luego de publicar un reportaje que reveló que empresarios financiaron la difusión de propaganda negativa en contra el principal oponente de Bolsonaro durante las elecciones de 2018.
“Una valiente periodista de investigación”, describió el comunicado de la Escuela de Periodismo de Columbia que anunció a Campos Mello como una de las ganadoras del premio Maria Moors Cabot 2020. “[Ella es] una periodista profesional ejemplar que sigue haciendo su trabajo frente a la adversidad. No hay democracia sin Patrícias, sin una prensa libre”, señaló el comunicado. El premio, creado en 1938, es el honor internacional más antiguo que se ofrece a los periodistas.
En una entrevista con LatAm Journalism Review, Campos Mello habló sobre cómo ha lidiado con las amenazas, sobre la cobertura de la pandemia de COVID-19 y la desinformación. “La mayor amenaza contra el periodismo en Brasil es la avalancha de desinformación y ataques frontales del gobierno. Para enfrentarlo, tenemos que seguir haciendo periodismo y no dejarnos intimidar”, dijo.
LJR: ¿Qué significa para Ud. el premio Maria Moors Cabot? ¿Cómo la hace sentir?
PCM: El premio es un reconocimiento al trabajo de los periodistas brasileños, especialmente el de las mujeres, que enfrentan hoy campañas de intimidación y amenazas por hacer su trabajo.
LJR: Cuando piensa en todas las personas que ha entrevistado y en todas las historias que ha contado, ¿cuáles diría que fueron las más interesantes o de las que más aprendió?
PCM: ¡Ah, son tantas! Pero, en particular, me gustó mucho Daniella, madre de José Arthur. Conocí a Daniella en 2016. Ella trabajaba en una escuela en Serra Talhada, en el interior de Pernambuco, y tuvo que dejar su trabajo cuando su hijo nació con microcefalia, a causa del Zika. Su esposo, Rosivaldo, es conductor de mototaxi. En el hospital para el tratamiento de la microcefalia en la región, ni siquiera había un pediatra. E incluso en medio de todas estas dificultades, Daniella se mantuvo optimista y Rosivaldo cantaba para que José Arthur se calmara.
LJR: ¿Qué significa para Ud. ser periodista en Brasil y el tipo de periodismo que hace?
PCM: Ser periodista en Brasil es intentar hacer un periodismo justo e imparcial en medio de la mayor polarización de los últimos años y en un ambiente de hostilidad hacia los medios.
LJR: COVID-19 hizo más evidente la desigualdad existente en todo el continente americano. ¿Cuál es la historia más crucial hoy durante esta pandemia?
PCM: La historia más crucial es mostrar cómo las regiones periféricas, donde vive la población de bajos ingresos, está sufriendo mucho más las consecuencias del COVID-19, porque los hospitales públicos son de baja calidad, no pueden mantener las distancias sociales porque necesitan salir a trabajar, cuando todavía tienen trabajo; y los niños no tienen acceso a la educación porque ni siquiera tienen una conexión a internet adecuada para las clases virtuales.
LJR: Desde el reportaje “Empresários bancam campanha contra o PT pelo WhatsApp” (Empresarios financian campaña contra PT por WhatsApp), Ud. ha sido blanco tanto de ataques virtuales como del propio Presidente, pero también ha recibido mucho apoyo. ¿Cómo ha afectado esto a su rutina profesional y, si es el caso, a su rutina personal?
PCM: Tuve que andar con un guardaespaldas por un tiempo y estoy demandando a varias autoridades que cometieron delitos de contenido sexual [en mi contra], incluido el presidente Jair Bolsonaro. Pero hoy, hago mi trabajo con normalidad.
LJR: ¿Cuál es la mayor amenaza que ve para el periodismo en Brasil y cómo enfrentarla?
PCM: La mayor amenaza contra el periodismo en Brasil es la avalancha de desinformación y ataques frontales del gobierno. Para afrontarlo, tenemos que seguir haciendo periodismo y no dejarnos intimidar.
Este artículo fue escrito originalmente en portugués y fue traducido por Silvia Higuera.