"Periodistas de Chilpancingo [en el estado mexicano de Guerrero] hicieron un posicionamiento y aseguraron que los trabajadores de la comunicación pasan por el peor momento de su historia: 'nunca como ahora había estado tan amenazada y en riesgo la libertad de expresión, tanto por la violencia del crimen organizado como por la censura que quieren imponer quienes ejercen el poder político y los recursos públicos'.
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‘Los grupos delictivos con la complacencia de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno pretenden imponer el silencio a través del miedo, no sólo a la prensa, sino a la sociedad en general, por otro lado, los grupos del poder político y autoridades mediante mecanismos legaloides buscan imponer la censura para mantener en la opacidad y en la impunidad sus excesos’, señala el texto que leyó la fotoperiodista Jessica Natividad Torres.
Agrega que Guerrero ha sido un lugar difícil y riesgoso para ejercer el periodismo, al grado que organismos que dan seguimiento a los casos de violencia física, agresiones y amenazas, lo ubican en el segundo lugar en asesinatos de periodistas y el primero en desplazamientos y agresiones, dejando con ello amplias zonas silenciadas".
