“El Faro cumple 25 años. El camino ha sido intenso y con abundantes desafíos, que nos han llevado a evolucionar, a madurar nuestros procesos editoriales y encontrar también una voz propia para hacer periodismo. En un cuarto de siglo, El Faro se ha convertido en uno de los más dinámicos y reconocidos exponentes del periodismo latinoamericano. Ello solo ha sido posible porque, a pesar de las múltiples amenazas y las asfixiantes condiciones económicas en diversos momentos, ejercemos y hemos ejercido este oficio en libertad.
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Hemos sido siempre incómodos con el poder, pero los contrapesos necesarios en toda democracia pusieron límites al ejercicio de esos poderes (político, económico, militar), de tal manera que pudimos hacer frente a cada desafío sin sacrificar nuestra independencia o ceder a censuras. No es que no hubiera políticos corruptos, criminales o autoridades policiales y militares deseosos de silenciarnos. Es que les era mucho más difícil. El deterioro de las democracias en Centroamérica ha debilitado las condiciones para ejercer el periodismo con libertad.
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Veinticinco años después, podemos decir a los lectores de El Faro que, a pesar de los embates desde el poder, nuestro pensamiento y nuestra pluma siguen libres. Seguimos investigando a ese poder; y eso nos ha permitido confirmar la generalizada corrupción y los pactos criminales del régimen de [el presidente Nayib] Bukele, como lo hicimos antes con los gobiernos del FMLN [Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional] y de Arena [Alianza Republicana Nacionalista]. Seguimos también, y seguiremos, invirtiendo muchos de nuestros esfuerzos en contar cómo afectan a los más vulnerables las decisiones de los más poderosos.”