“En su última columna en el periódico regional mexicano Notiver, Miguel Ángel López Velasco abordó el feminicidio, el nepotismo político y la contaminación del agua potable. Las autoridades habían prometido ocuparse de los problemas, escribió López Velasco, en aquel entonces subdirector de ese medio de comunicación del estado de Veracruz. ‘Y si no, se lo recordaremos aquí’, aseguró. Nunca se llegó a eso. Unas horas más tarde, López Velasco, alias ‘Milo Vela’, estaba muerto.
Era el 20 de junio de 2011. Los asesinos llegaron al amparo de la oscuridad mientras el periodista de 55 años dormía, destrozaron la puerta de entrada y le dispararon a él, a su esposa Agustina y a su hijo menor, Misael, de 21 años, con más de 400 balas de armas de fuego rápido. La policía, cuya comisaría estaba a menos de una manzana de distancia, ni siquiera envió un coche patrulla. Diez años después, la fiscalía aún no ha encontrado un motivo o autores. Los dos hijos mayores de la pareja tuvieron que exiliarse.”