“Durante más de dos décadas, los periodistas bolivianos han soportado intimidaciones, acoso judicial y violencia por parte de actores políticos decididos a silenciar las voces disidentes. Ahora, temen que esos ataques puedan intensificarse mientras el país se encamina hacia unas elecciones presidenciales altamente disputadas, en las que no hay un claro favorito.
‘No estamos eligiendo entre democracia y autoritarismo’, dijo el reportero Rodrigo Fernández, de Radio Erbol, una de las emisoras más escuchadas del país. ‘Estamos tratando de sobrevivir en un sistema donde el periodismo es castigado desde todos los lados, nadie nos protege’.
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En los últimos cinco años, Bolivia ha experimentado un alarmante aumento de la violencia contra periodistas, especialmente aquellos que cubren protestas y conflictos por tierras. Según los reportes, las agresiones han sido perpetradas por simpatizantes del partido gobernante MAS, líderes sociales y grupos organizados. Para los periodistas, cubrir manifestaciones es especialmente peligroso debido al uso generalizado de dinamita, una práctica que se volvió más común después de que fuera despenalizada en 2016 bajo el gobierno de Morales.”